Cruyff, el fichaje que revolucionó el fútbol español

Llegó con 26 años siendo una auténtica estrella y acabó rompiendo muchas barreras

Su personalidad, su estilo y su gran calidad futbolística le hicieron sobresalir

Johan Cruyff se despidió del Barcelona en 1978

Johan Cruyff se despidió del Barcelona en 1978 / SPORT.es

Francesc J. Gimeno

Francesc J. Gimeno

Diez días después de que el Barça y el Ajax cerraran su fichaje por 60 millones de pesetas (360.000 euros), Johan Cruyff aterrizó en Barcelona el 23 de agosto de 1973 junto a su mujer, Danny, y fue recibido como un auténtico ídolo. A sus 26 años, tenía ya dos Balones de Oro en su palmarés y había conquistado tres Copas de Europa con el Ajax –incluso levantó la tercera de ellas como capitán ‘ajacied’-. Era una auténtica estrella y no tardó en dejar su impronta. El neerlandés rompió muchas barreras y acabó revolucionando el fútbol español.

A nivel futbolístico Cruyff dejó un gran legado, pese a que el Barça únicamente fue capaz de rentabilizar sus cinco años de estancia en el Camp Nou con una Liga y una Copa del Rey –al ser extranjero solo pudo disputarla en la temporada 1977/78-. Pero su huella también fue muy intensa a nivel mediático y social. Su apabullante personalidad, su estilo y su peculiar forma de hablar le convirtieron en un imán para las marcas comerciales. Protagonizó varias campañas de publicidad. Anunció pijamas y calzoncillos (Jim), pinturas (Bruguer) o un tónico capilar (Kerzo).

Fue la gran estrella de la Liga española durante esos cinco años, en los que España vivió una gran transformación pasando del tardofranquismo a la transición. Durante su estancia en Barcelona Cruyff fue espectador de la muerte de Franco, de la proclamación de Juan Carlos I o de la celebración de las primeras elecciones democráticas. Tanto a nivel futbolístico como social o mediático, el Flaco fue un símbolo más de esa modernidad que estaba entrando a pasos de gigante. Su presencia fue un soplo de aire fresco.

EN PRIMERA LÍNEA

El Barça también agradeció su llegada. Volvió a situar al club blaugrana en primera línea y puso punto y final a su larga sequía en la Liga (su último título databa de 1960) en su primera campaña. Su impacto fue evidente nada más ponerse la camiseta barcelonista. Debutó el 28 de octubre de 1973 marcando dos goles ante el Granada (4-0) en la octava jornada.

El equipo de Rinus Michels había empezado el campeonato de forma muy irregular, sumando tres derrotas y dos empates, y tras el debut de Cruyff la situación dio un giro radical. El Barcelona se proclamó campeón con cinco jornadas de antelación, con exhibiciones como el 0-5 en el Santiago Bernabéu incluidas y su gol imposible ante el Atlético de Madrid en el Camp Nou. El neerlandés brilló esa primera campaña con 16 goles en 26 partidos.

Su balance en las cuatro siguientes campañas fue menos brillante. De hecho, no volvió a igualar ese registro goleador, pero no por ello su impacto puede ser discutido.