La crisis echa una mano al dispositivo de seguridad

Una cosa es que las entradas estén a diez euros y otra muy diferente que se vendan al precio habitual que rige en la Liga BBVA. En los tiempos de crisis que corren, la pasta importa, aunque estemos hablando de un derby. Por tanto, de cara al sábado los servicios de seguridad del Barça no esperan a los 200 seguidores españolistas que fueron al Camp Nou a animar al Espanyol en la Copa. La crisis, importa. Y mucho.

Según comentan fuentes de los Mossos d'Esquadra, el precio de las entradas ha sido clave para que los aficionados españolistas no acudan mañana al Camp Nou como hicieron el pasado 29 de enero en la vuelta de los cuartos de final de la Copa del Rey.

Entonces, los 200 aficionados españolistas fueron retenidos por los Mossos en la calle Maternitat hasta que el partido había consumido diez minutos de juego. Sólo entonces los seguidores españolistas pudieron ocupar sus localidades en la tercera gradería del Camp Nou.

Este dispositivo estuvo forzado por los incidentes que acaecieron en el partido de la primera vuelta de la Liga, cuando un grupo de seguidores barcelonistas que supuestamente fueron convocados por los Boixos Nois lanzaron bengalas en el Estadi Olímpic.

A día de hoy, entre el precio de las entradas -de hecho el Espanyol ha devuelto todos los tickets que le ha facilitado el equipo barcelonista- y la situación deportiva del equipo perico, la autoridad policial catalana no considera que demasiados aficionados visitantes se dirijan al estadio del Camp Nou

No obstante, la policía autonómica catalana mantendrá el dispositivo de seguridad habitual en cada uno de los partidos entre Barça y Espanyol.

"El partido se presenta tranquilo porque ninguna de las facciones más radicales de las aficiones se ha manifestado al respecto, pero mantenemos la guardia alta", ha explicado a SPORT un portavoz de los Mossos d'Esquadra.

A diferencia de otras veces, en la página web de los Boixos Nois, seguía colgado ayer el comunicado que este grupo de seguidores del Barcelona colgó tras el partido de Copa del pasado 21 de enero en Montjuïc. Se espera, por tanto, un partido plácido.

Al menos en las gradas.

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