El Camp Nou apenas se acordó de Luis Enrique

Luis Enrique, junto a Unzué, en el banquillo

Luis Enrique, junto a Unzué, en el banquillo / EFE

Francesc J. Gimeno

Francesc J. Gimeno

Tres días después de haber hecho oficial su renuncia a prorrogar su contrato con el FC Barcelona, el Camp Nou no dedicó una atención especial a Luis Enrique Martínez. El entrenador blaugrana vivió el partido contra el Celta prácticamente como si fuera cualquier otro, como si la afición barcelonista aún no hubiera asumido que la próxima temporada no será él quien se siente en el banquillo del Camp Nou.

Resultó curioso comprobar que el adiós del técnico asturiano pasó desapercibido durante la mayor parte del partido. No se escucharon gritos de agradecimiento o aplausos de forma unánime, ni reproches. Tampoco se vieron pancartas en las gradas del Camp Nou con alguna dedicatoria especial dirigida a quien dentro de cuatro meses pondrá punto y final a su etapa en el Barcelona por decisión propia.

fría reacción

La cercana despedida de Luis Enrique no mereció apenas atención. Fue necesario esperar a que los integrantes de la Grada de Animación se arrancasen con gritos de 'Luis Enrique' un minuto antes del descanso para ver la primera reacción de la grada. La fría reacción del resto del estadio no alteró la sensación de que el barcelonismo no tiene ninguna prisa por decirle adiós a Luis Enrique.

La Grada de Animación se quedó sola en su cánticos y apenas se escucharon unos tímidos aplausos y algún silbido aislado. El resto del Camp Nou no le siguió la corriente. La situación se repitió en el minuto 87, aunque cuando desde ese sector de la grada se empezó a cantar "nosotros te queremos, Lucho quedate", una parte del Camp Nou se animó y secundó el cántico.

La lectura que se puede hacer es que la afición barcelonista está a la espera de ver qué ocurre en lo que resta de temporada para dictar sentencia. De momento, se impone la indiferencia. En el partido del próximo miércoles ante el París Saint-Germain la situación puede cambiar en un sentido u otro.

El técnico asturiano actuó con normalidad y celebró los goles de su equipo con una sonrisa en la boca. La espectacular victoria lo merecía.