El calvario de Umtiti: 50 partidos en tres años y medio

Es difícil encontrar, en toda la historia del fútbol, a algún jugador al que un Mundial le haya costado tan caro como a Samuel Umtiti. El central francés forzó su rodilla para ayudar a su selección a bordarse la segunda estrella en su camiseta y no ha parado de sufrir las consecuencias de esta polémica decisión. El defensa se saltó en 2018 las recomendaciones de los servicios médicos del Barça, el equipo que le había consagrado en la élite, para no perderse la cita en Rusia. Y, desde entonces, solo ha jugado 50 partidos en tres temporadas y media.

Desde el Mundial de Rusia, Umtiti solo ha disputado 3.501 minutos con la elástica blaugrana. Se ha perdido 64 encuentros entre lesiones de rodilla, contratiempos musculares, problemas estomacales y positivos por Covid-19 (se ha contagiado dos veces), una cifra que todavía sería más elevada sin veranos ni parones de por medio y que, evidentemente, crecerá mucho más durante los próximos meses después de fracturarse el quinto metatarsiano del pie derecho en un entrenamiento.

De momento, este curso únicamente ha participado en un duelo, el del pasado 12 de diciembre frente a Osasuna. Jugó los 90 minutos y acabó con 58 intervenciones, 47 pases con un 87% de acierto, seis duelos ganados, cinco desplazamientos en largo, cuatro recuperaciones y un disparo bloqueado.

Una carrera frustrada por las lesiones

Cabe destacar que en las dos campañas al Mundial de 2018, la de la llegada al Camp Nou (2016/17) y la que finalizó con la mencionada edición de la Copa del Mundo (2017/18), Umtiti jugó 40 y 43 compromisos, respectivamente. Las cifras hablan por sí solas. El central francés –que solo se perdió un partido en el Mundial pese a los problemas en la rodilla que arrastraba, el encuentro intrascendente de la fase de grupos ante Dinamarca– ha vivido un calvario con las lesiones que le ha impedido tener continuidad y le han alejado excesivamente de su mejor versión cuando ha entrado en escena.

En muy poco tiempo, Umtiti ha pasado de ser uno de los mejores centrales del mundo a tener una participación fantasmagórica. Incapaz de encadenar varios meses al máximo nivel, el ‘23’ lleva tiempo en la rampa de salida del Barça, pero sus elevados emolumentos han frenado cualquier operación de traspaso o cesión. La situación ha llegado hasta tal punto de incomprensibilidad que el club y el futbolista llegaron a un acuerdo de renovación hasta 2026 para poder encontrar una solución que permitiera al primero rebajar su masa salarial y al segundo volver a sentirse importante en un equipo. La enésima lesión, sin embargo, lo ha frustrado todo.