Blanca Suárez: "Soy del Barça por romanticismo"

"Me cuesta simpatizar con la parte del business del fútbol, me explota la cabeza con algunas cosas", asegura a SPORT

La actriz presenta la película 'El test', una comedia negra de Dani de la Orden, donde interpreta a una gurú

Blanca Suárez presenta estos días la película 'El test'

Blanca Suárez presenta estos días la película 'El test' / SERGIO BORONDO

Dídac Peyret

Dídac Peyret

Blanca Suárez (Madrid, 33 años) asegura que el principal rasgo de su carácter es la calma. En los otros admira la constancia y a veces se reprocha un punto de pereza. Entre sus miedos recurrentes nombra la soledad y la oscuridad. Su última gran obsesión es mirar muebles por internet y si cada habitación fuese una forma de autoretrato la suya tendría cada cosa en su sitio.

Los actores tenéis una profesión muy intensa e inestable. En el momento que estás de tu carrera, ¿qué pesa más la adrenalina o la búsqueda de la tranquilidad?

Yo creo que con la edad lo que acabas aprendiendo es a colocar las cosas en cada momento. No es que no quieras vivir esa euforia, pero eres consciente de que no puedes vivirla todo el tiempo. En el día a día quieres estar en un lugar cercano a la calma. La euforia es muy importante que exista, pero no se puede vivir en ese estado porque no es real. 

Tuviste éxito desde muy temprano, ¿te gusta mirar atrás y analizar las cosas? 

No me considero una persona nostálgica pero me gusta mucho recordar las cosas. Me parecen interesantes los mecanismos de la nostalgia. Como tendemos a tamizar todo tipo de situaciones. El cerebro hace un acto de supervivencia y vas olvidando lo malo. Pasa con todo: con las relaciones, con el trabajo.... Pero me parece bonito no olvidar según que momentos. Eres lo que eres ahora por esas situaciones. 

¿Piensas mucho en cómo te ha cambiado la vida?

Es verdad que yo empecé a currar muy joven y mi vida ha cambiado mucho, pero en una edad relativamente temprana hacía las mismas cosas que hago ahora. Entonces no he vivido de una forma muy prolongada la transición esa hasta lo que llamamos madurez. El momento en el que te vas de casa, que llegan poco a poco las responsabilidades.... esa transición de me estoy haciendo mayor en mi caso fue como pim-pam-pum. Así que no he sentido ese vértigo. Además siempre he sido como muy responsable, muy seria para algunas cosas. Entonces tampoco he tenido ese vértigo de hacerme mayor. No me pesan según qué responsabilidades.

En la película ‘El test’ interpretas a una gurú que divide las personas entre triunfadoras y perdedoras, ¿qué te parece esa etiqueta?

No comparto esa división, pero sí creo que el ser humano se puede clasificar entre los cuidadores y los que necesitan que los cuiden. Entre los que guían a la gente y los que necesitan que alguien les diga lo que tienen que hacer. Eso sí creo que existe. No creo que el grueso de personas se sientan cómodas en la incertidumbre, en el no saber. En general necesitamos colocar las cosas para seguir un camino en el que no sintamos más o menos cómodas y no sentirnos perdidos. 

Ese relato de triunfadores y fracasados está muy presente en el deporte, ¿ves parecidos con el mundo de la interpretación?

Creo que el deporte funciona de una forma diferente porque es una competición. Mi profesión no debería, no es, una competición: es un trabajo. Claro que haces una película y tu aspiración es que lo pete muchísimo. Que sea un éxito. Pero no es una competición. Es verdad que hay deportistas están mucho tiempo arriba, son encumbrados y luego reciben críticas feroces. En mi profesión al final es imposible que estés en primera división todo el rato. Es muy improbable que seas de los que te dan ‘protas’, porque hay muy pocos papeles. Así que te va a trocar de secundario. En el deporte si no estás al primer nivel a lo mejor no puedes vivir de eso.

Naciste en Madrid pero eres del Barça, ¿qué hizo que te hicieras culé?

Mi vínculo ahora es prácticamente inexistente, pero es algo romántico que me viene de niña. De pequeña conocí a unos chavales, hablo de muy pequeña, ¿eh? Y me dijeron: ‘tú vas a ser del Barça y lo vas a ser para siempre’. Y desde entonces es así. Así que es algo medio romántico, porque no profundizo demasiado en el fútbol. Más que con el juego me cuesta simpatizar con la parte del business. Me explota la cabeza con algunas cosas.

¿Qué hace que te sientes delante de la televisión a ver un partido?  

Solo lo sigo en momentos en los que hay que estar, porque es algo histórico o estamos todos pendientes, pero no estoy atenta en el día a día.

¿Qué papel ha tenido el deporte en tu vida?

Un papel importante. Yo estuve haciendo patinaje artístico durante muchos años. Mogollón de tiempo. Luego se acabó y ahora trabajo con mi entrenadora. El deporte está en mi vida desde muy pequeña por mi familia, que siempre lo ha practicado. Desde que tengo uso de razón he estado haciendo cosas. Si no era alpinismo en verano, era esquí, en invierno. 

¿Cómo vivías toda la parte relacionada con la disciplina?

Recuerdo que a veces practicaba deportes, me rallaba y mi padre me decía: ‘Ok, empieza otra cosa pero elige tú. Métete en internet, mira los deportes que existen en el mundo y elige. Pero elige. Haz’. Entonces esa ha sido como una constante en mi vida.  

¿Qué parte disfrutas más?

Pues es una mezcla: para empezar, es un momento que te estás dedicando a ti. También puede ser un momento de ocio cuando viajas para hacer deporte al aire libre con amigos. Y luego hace que esté muy conectada conmigo misma: dejo el móvil; siento que estoy haciendo solo eso. Ahora que estamos en la era de hacer mil cosas me gusta del deporte que te obliga a hacer una sola cosa.