El Barça, sin identidad y sin dinero

El empate a dos de Pamplona complica un poco más la situación de un Barça que solo aspira a ser cuarto en la Liga

Cuarto para jugar la próxima Champions. Cuarto para empezar a recuperar el crédito. Quedar cuarto. Increíble

Tebas lo tiene claro: "No, el Barça no puede fichar a Haaland"

Tebas confirma que el Barça no puede fichar a Haaland viendo sus datos económicos / VALENTÍ ENRICH

Xavi Torres

Xavi Torres

A finales de abril de 2012 el entrenador del Barcelona, Pep Guardiola, comunicó a sus jugadores que lo dejaba. El arquitecto de uno de los mejores equipos de la historia decidió marcharse del club de su vida porque se sentía cansado, vacío, según explicó él mismo. Guardiola estaba agotado psicológicamente tras dejarse la piel en el vestuario y tras escuchar como el presidente de entonces, Sandro Rosell, explicaba sin complejos que con el equipo que había cualquier entrenador sería capaz de ganar.

El técnico y el presidente jamás coincidieron en sus miradas futbolísticas -ni vitales- por lo que Pep se vio sin fuerza para luchar sin escudo en un proceso de renovación del vestuario que ya entonces consideraba necesario. Y se fue. Y tras él llegó Tito y, después, el extraterrestre Tata para certificar que las palabras de Rosell eran ciencia ficción. Luego regaló su gobierno a Josep María Bartomeu, que fue cambiando de Secretario Técnico y de entrenador hasta marear el balón y perder la identidad, ese tesoro futbolístico admirado por todo el mundo. Y tras la identidad, también perdió el dinero. Los 222 millones de euros que dejó Neymar en la caja se malgastaron con nocturnidad y alevosía, en fichajes estériles y sobrevalorados que han conducido al barcelonismo al agujero de la Liga Europa. Para entender el actual escenario es importante recordar que no hace mucho -de hecho, muy poquito-, el Barcelona era el club más rico del mundo en identidad y uno de los más poderosos, en dinero. Hoy, ni una cosa ni la otra.

Querer no (siempre) es poder

La actual Junta Directiva del club se mostró ilusionada en la campaña electoral pero su humor cambió al día siguiente de la victoria. El enfermo estaba mucho más grave de lo previsto. El plan deportivo se vio radicalmente condicionado por el económico hasta el punto extremo de tener que prescindir de Messi porque, tras la última gestión de Bartomeu y la pandemia, era imposible sobrevivir a las normas del fair-play financiero. El Barça es el club del mundo que más paga a sus futbolistas... ¿Sabrían ustedes dar una explicación de por qué Umtiti está a la misma altura salarial de Lewandowski o De Bruyne? ¿Y por qué Coutinho y Dembélé, por ejemplo, por encima? El bloqueo es insufrible.

La plantilla del Barcelona cada temporada rinde menos pero cada año es más cara. Así lo dispuso el anterior presidente. Como consecuencia, no hay ningún futbolista que quiera cambiar de club y tampoco hay ningún club que quiera futbolistas del Barcelona. En su último viaje a Manchester, Mateu Alemany planteó distintas operaciones de jugadores para tratar de negociar por Ferran Torres. Los ingleses no aceptaron ninguna opción: la balanza del rendimiento-precio siempre sale negativa.

Y ahora llegará el mercado de invierno, de momento, con el Barça a cinco puntos de la deseada cuarta posición -los 18 puntos de diferencia con el líder, el Real Madrid, no son objetivo de recuperación-. Así las cosas y visto lo visto, a la Junta Directiva no le queda otro remedio que actuar con contundencia incluyendo en sus intenciones el término rescisión de contrato. O sea, más dinero a la basura pero, a la vez, la única salida posible para salir del desastre.

Con el asunto del aval a punto de solucionarse por la vía política, Laporta debe recuperar la determinación y radicalidad en sus planteamientos deportivos. No está Johan Cruyff ni Pep Guardiola. Tampoco Txiki Begiristáin. Pero como el club debe seguir y sus planteamientos son muy transparentes el presidente debe reconstruir una estructura capaz de resucitar la identidad futbolística y de acertar en los fichajes en tiempos de frío y calamidades. Con los números bien cubiertos por el talento del CEO Ferran Reverter y la estrategia de operaciones preparada en base a la experiencia de Mateu Alemany, solo falta que alguien hable en nombre del balón. El club prepara una comisión de expertos entre los que Jordi Cruyff y Xavi Hernández van a tener voz y voto. Rehacer el cordón umbilical con la identidad del club es el primer paso para saber qué va a ser de mayor el Barcelona.

Los amantes del músculo, los que quieren un Barça que juegue como el Chelsea, quizás con Pogbá, deberán esperar. Laporta y Xavi prefieren otro escenario. Porque además jugadores como Gavi o Nico, pequeños o grandes, muestran el camino a base de talento pero también de físico, capaces de correr y de jugar al mismo tiempo. Como dijo el entrenador de Terrassa en su rueda de prensa en Pamplona, el problema es tener que poner de ejemplo a los más jóvenes...

La determinación de Xavi

El nuevo entrenador del Barcelona se ha dado cuenta de que la actual plantilla es menos top de lo que esperaba y, como consecuencia, ha entendido que no va a ser fácil quedar cuartos a final de temporada. ¡Cuartos, eh, que ya nadie habla de títulos! Al Sr. Hernández le va a tocar ponerse el traje de entrenador que se alinea e interviene con las decisiones del club. Para reflotar la plantilla, o cambios o cambios.

Antes de Navidad el Barça deberá enfrentarse al Elche y al Sevilla. Tras el día 21 de diciembre, mini-vacaciones y vuelta al trabajo con la esperanza de la recuperación de futbolistas importantes como Ansu y Pedri y del éxito de la operación salida que se plantea el club con jugadores sin apenas minutos, como Umtiti, Luuk de Jong o Neto, o con posible mercado, como Coutinho, Lenglet o Dest. El objetivo es bajar como sea el límite salarial de la LFP para inscribir a Dani Alves y fichar un par de delanteros. El adiós obligado y precipitado del Kun Agüero inicia el proceso de las salidas. En este punto hay que recordar que el club tiene una bolsa de dinero para fichar pero no el margen necesario para inscribirlos bajo la ley que rige los comportamientos financieros de los clubes. Y que quede claro para no despistar a nadie: la culpa no es de nadie más que de los dirigentes del F. C. Barcelona.

Para convencer a estos jugadores -y, quizás, a alguno más- Xavi deberá mostrar su determinación. Para ir de la mano del club quien sabe si deberá condicionar sus alineaciones para provocar la reacción del futbolista. A partir del día 21, ni un gesto benevolente más: el club ha decidido aprovechar la ventana de invierno para ejecutar la primera limpieza que de paso al verdadero cambio de ciclo que se completará en verano, con más bajas y quizás de más impacto. Que nadie se sorprenda si vacas sagradas como Ter Stegen o Frenkie de Jong, que no han cubierto las expectativas de asumir el liderazgo del grupo, o los veteranos de la casa -Sergio, Piqué, Alba y Roberto-, se convierten en protagonistas inesperados. Recuerden: es imprescindible para avanzar solucionar antes los problemas con el tope salarial de la plantilla.

Sobre Dembélé, veremos. El club quiere renovarle pero su agente hace semanas que ha desaparecido oliendo ya la prima de fichaje que se va a llevar tras cinco años de mayúscula decepción en clave azulgrana -y sin dejar ni un euro de traspaso-.

El vestuario que viene

La llegada de Xavi Hernández al Camp Nou no ha traído buenos resultados deportivos pero sí la esperanza de que un futuro mejor es posible. Ser cuartos para jugar la Liga de Campeones el año que viene, como se ha dicho, es una necesidad vital -por el dinero de la UEFA y para atraer jugadores al Camp Nou-. La actitud de los futbolistas es positiva a pesar de que las bajas -en Pamplona, Alba, Ansu, Braithwaite, Kun, Memphis, Pedri y Roberto- lo condicionan casi todo. Es sorprendente, a estas alturas, ver titulares a Luuk de Jong o Umtiti y, también, la precaria puesta en escena de jugadores como Coutinho, sin ninguna duda, futbolistas todos ellos sin futuro en el Barcelona.

Al mismo tiempo y a pesar de los resultados, apetece mirar los partidos del Barcelona para ver a Gavi y Nico a la espera del regreso de Ansu y Pedri. Gusta imaginarse un Araujo mejorado e incluso descubrir a Abde, sorprendente aparición con su partidazo ante Osasuna. Y hay que esperar que las ideas de Xavi, cuajen. El equipo ya juega con extremos, con los interiores más arriba y, en determinados momentos, con la defensa avanzada y la presión, efectiva. Sin embargo, hay mucho por mejorar, empezando por entender que el balón es el tesoro más grande de este deporte y que hay que saber cuidarlo. La inercia de la obra de Guardiola y el paraguas de Messi ha escondido el rosario de errores cometidos en la última década y que condenan hoy al club.

Pero hay que avanzar. Hay que traer dinero al Barça -durísimo reto a pesar del prestigio de la marca, sin estrellas ni resultados en el campo- y convencer a futbolistas y representantes de que en el Barça hay futuro. Ver a Joan Laporta reunido con Mino Raiola para hablar de Erling Haaland es esperanzador para el seguidor del Barcelona pero no se sabe si muy realista en la situación vital azulgrana. Uno es periodista y no da para más, pero no quisiera estar en la piel del presidente y de sus compañeros de Junta. Uno se imagina la ilusión que pueden tener ellos, incluso sus ejecutivos, y a la vez, el mal cuerpo que les queda de ver como deben servir al club gestionando la miseria que han dejado aquellos que tantas lecciones dieron. Y toca rebelarse porque seguir lamentándose no sirve de mucho -del pasado ya se encargará el forensic, la famosa investigación interna que parece no acabar nunca-. El socio espera que Laporta saque su orgullo, que es el de todos, y por eso le votaron. Ahora que la losa del aval va a desaparecer, toca iniciar el proyecto, toca crecer en el campo y fuera de él. Toca recuperar la identidad ya y, poco a poco, el dinero