El Barça se da un homenaje en el Camp Nou

Es sorprendente la urticaria que provoca la gente que sabe divertirse. A Laporta le ocurre por partida doble porque, además de celebrar las cosas sin reservas, lo hace con 60 años. Hay que reconocerle la valentía. Nunca le ha frenado el qué dirán ni ha permitido que le arrebaten la pasión con cuestiones protocolarias. Él más que nadie está liderado los festejos de LaLiga. El último hoy ante la Real Sociedad, en un Spotify Camp Nou que ha celebrado el título, pero también el naufragio del Madrid en la Champions y la continuidad de Mateu Alemany.

FC Barcelona-Real Sociedad

LIGA SANTANDER

FCB

1

2

RSO

Alineaciones

FC Barcelona
Ter Stegen, Balde, Koundé (Marcos Alonso, 46'), Christensen, Jordi Alba, Busquets (Eric Garcia, 84'), De Jong, Kessie (Ferran Torres, 62'). Raphinha (Ansu, 62'), Dembélé (Pablo Torre, 86'), Lewandowski.

Real Sociedad
Remiro, Aritz, Zubeldia, Le Normand, Rico, Zubimendi (Pachecho, 81') Merino, Illarramendi (Gorosabel, 57'), Barrenetxea (Pablo Marin, 73'), Cho (Take, 57'), Sorloth (Carlos Fernández, 81').

Goles

0-1, Merino M.5. 0-2, Sorloth M.72. 1-2, Lewandowski M.89.

Árbitro

Javier Alberola Rojas. TA: Zubeldia (7'), Illarramendi (37'), Lewandowski (53'), Busquets (72'), Marcos Alonso (80'), Take (80'), De Jong (85').

Incidencias

Partido correspondiente a la jornada 35 de LaLiga Santander disputado en el Camp Nou con 88.049 espectadores.

Solo el lunar de la Euroliga ha rebajado la euforia de una semana mágica. Lo de menos ha sido la derrota ante la Real, la excusa para homenajear a un equipo al que todos le reconocen la mano de Xavi, que debe dirigir un nuevo ciclo ganador.

Intercambio de golpes

Los primeros minutos del partido han sido un retrato de dos momentos opuestos. De un Barça que ya no se juega nada y una Real que se juega estar en la Champions. El pasillo inicial ha sido solo un espejismo: el conjunto de Imanol ha salido agresivo ante un Barça destemplado, sin el compromiso en el repliegue que ha definido al equipo esta temporada. En apenas cinco minutos la Real se ha adelantado en el marcador con un tanto de Merino. La jugada ha empezado con una pérdida de Koundé y ha terminado con el disparo, por debajo de las piernas, a Ter Stegen. 

El gol ha sido un aviso de una primera parte vibrante, un intercambio de golpes, en el que ha brillado Ousmane Dembélé. El francés es un delantero inverosímil que invita a completarlo con la imaginación. Con lo que podría ser y solo es a ratos. Hoy ha surfeado rivales como si parara el tiempo en cada recorte. Ha empezado por la izquierda pero también ha provocado estragos por la derecha. Incluso ha estado a punto de marcar de cabeza. También Kessie, cuando lo tenía todo de cara, y Lewandowski con un remate de cabeza mordido, han rondado el empate. 

En la otra área la Real no ha logrado el segundo gol porque Ter Stegen ha vuelto a ser un coloso. Ver al meta alemán equilibrar su cuerpo como si fuera un portero de balonmano es uno de los grandes espectáculos de este Barça. Barrenetxea ha podido hasta en dos ocasiones hacer más grande la brecha pero no lo ha logrado y el partido se ha ido al descanso con una diferencia de mínimos.

Sin Pedri ni Gavi al Barça le ha costado encontrar soluciones en el mediocampo. No ha sido el mejor día de Kessie, un futbolista que mejora cuando va de tapado. El marfileño ha terminado siendo sustituido en una segunda parte insípida, sin la alegría ofensiva de la primera mitad.

Con el marcador a favor, la Real ha dado un paso atrás, cerrando con una línea de cinco, y al Barça le ha faltado precisión. Solo Dembélé ha sido una amenaza para la Real, que a pesar de defenderse ha vuelto a perdonar con un cabezazo a la línea de gol de Sorloth.

Xavi ha movido ficha y ha dado entrada a Ferran y Ansu, dos jugadores que siguen en el alambre: cuando entran no logran tener un gran impacto y su futuro sigue siendo una incógnita. No los ha sufrido la Real, que ha puesto tierra de por medio con el tanto de Sorloth en una contra quirúrgica liderada por Zubimendi. Lewandowski en los últimos minutos ha recortado distancias con un gol de cabeza.

Poco ha importado porque el Camp Nou ha jugado hoy un partido paralelo. Uno que celebraba una Liga que se festejó con una rua primero y hoy en el templo azulgrana. Lo sabe bien el Barça, los títulos sin Messi cuestan un mundo y uno no sabe cuando podrá volver a celebrar. Las cosas buenas hay que festejarlas siempre.