Mas, el atleta de la Edad de Oro

Lideró la retaguardia del Barça en tiempos heroicos, junto a Walter primero y Zabalo, después. Dejó huella por su velocidad y anticipación

Defensa zurdo, fue azulgrana entre 1927 y 1933 y destacó por su fútbol acrobático y su encanto

Una imagen de Enric Mas con la camiseta azulgrana. Una de sus especialidades fue el llamado “salto inglés”, una acrobacia que consistía en despejar balones suspendido en el aire con el doble objetivo de anticiparse al remate del delantero y alejar el balón a la mayor distancia posible

Una imagen de Enric Mas con la camiseta azulgrana. Una de sus especialidades fue el llamado “salto inglés”, una acrobacia que consistía en despejar balones suspendido en el aire con el doble objetivo de anticiparse al remate del delantero y alejar el balón a la mayor distancia posible / Archivo Familia Mas

David Salinas

David Salinas

Hubo un tiempo en el que la afición de Les Corts se rindió al juego y al encanto de Enric Mas Mirandes (Palafrugell, 27 de septiembre de 1906). Defensa izquierdo, Mas destacó por su fútbol acrobático −popularizó el “salto del inglés”− y un físico atlético y hercúleo. Azulgrana entre 1927 y 1933, su estrella resplandeció hasta que una lesión de menisco fue retirándolo poco a poco de los terrenos de juego. 

Hijo de Joan Mas Casamada y Maria Dolors Mirandes Curet, Enric fue el tercero de ocho hermanos. Empezó jugando en la calle y en la escuela y le costó horrores contar con la autorización paterna para practicar el fútbol. Como se recoge en las páginas del libro ‘Cent Anys de futbol a Palafrugell’, de Evarist Puig, su padre, médico de profesión [una plaza de Palafrugell lleva su nombre], le impuso reposo para no perjudicar su periodo de crecimiento, además de confiscarle las botas. Pero era tal era la devoción de Mas por el balón que llegó a jugar a escondidas de su progenitor y descalzo para no destrozar los zapatos y ser descubierto.

Pasó por el Sporting Palafrugellenc y jugó en las filas del Palafrugell entre 1922 y 1927. En esta etapa se lanzó a practicar el “salto del inglés” (o “salto inglés”), que aprendió de su entrenador, Ramón Encinas. “El suyo era más corto. Yo llegué a saltar más que él”, recordó en una ocasión. Esta acrobacia consistía en despejar balones suspendido en el aire con el doble objetivo de anticiparse al remate del delantero y alejar el balón a la mayor distancia posible. En Canet de Mar, de un brinco, quitó el silbato a un árbitro tras pitar el cuarto penalti contra el Palafrugell

El Barça

Fichó por el Barça −al parecer recomendado por el guardameta Plattkó, que lo vio jugar en Palafrugell− a cambio de un partido amistoso. Debutó en marzo de 1927 y, por su fútbol técnico y de anticipación, le costó ser aceptado por la grada, entonces acostumbrada a los zagueros rudos y contundentes. Mas, ambidiestro, dominador del juego aéreo y el corte tanto frontal como perfilado, acabó siendo ídolo y figura por su amplio catálogo de recursos, además de poseer una excelente colocación, serenidad y nobleza. 

Fue azulgrana hasta 1933 y su mejor recuerdo lo grabó en la triple final de Copa de 1928, contra la Real Sociedad en Santander. Mas, casi imberbe y admirador de Norma Shearer, entonces la actriz más adorada del firmamento de Hollywood, fue campeón con 21 años. Mantuvo que el secreto de aquel equipo fue la base catalana: “Éramos nueve, prácticamente diez pues Arocha se adaptó al temperamento de nuestra tierra, aun sintiéndose orgulloso de su condición canaria”. Formó una dupla histórica en la retaguardia con Walter primero y Zabalo después (con el dibujo 1-2-3-5). Ganó el Torneo de Campeones (1928), una Liga (1928-29), una Copa (1927-28) y cuatro Campeonatos de Catalunya (1928, 1930, 1931 y 1932). Jugó 176 partidos (104 oficiales) y anotó 3 goles.

La cruz de las lesiones

El 2 de febrero de 1929, en un amistoso contra el equipo argentino Sportivo Barracas, en Les Corts, experimentó la amargura de las lesiones. Se rompió en el primer tiempo (menisco) y empezó el segundo hasta que la rodilla le dijo basta. Estuvo cinco meses en el dique seco. Regresó en mayo, en Sabadell, y se resintió. No volvió hasta septiembre. A partir de entonces entró y salió del equipo, encadenando etapas a un gran nivel y otras de paro forzoso. En marzo de 1932, en una excursión del Barça a París, fue tentado por el Red Star Olympique, que le ofreció 4.000 francos mensuales. “No hablamos mucho porque no me interesó la oferta. Preferí que no me acabaran de tentar”, se sinceró en la prensa.

 Jugó su último partido oficial en marzo de 1932 y fue operado en septiembre del mismo año por el doctor Puig Sureda (extirpación de menisco). En diciembre el presidente Joan Coma, tras los malos resultados del equipo, hizo una liquidación general y el Barça dejó en libertad, entre otros, a jugadores como Samitier −amigo personal de Mas y el único del equipo que fue testigo en su boda−, Piera, Gual, Vidal de Cárcer y el propio Mas. 

El ocaso

Fichó por el Espanyol en febrero de 1933 pero su rodilla ya no era fiable, aunque firmó alguna actuación heroica, como en San Mamés en junio de ese año. El equipo blanquiazul perdió 1-0, recibiendo el gol cuando Mas estaba siendo atendido en la banda… El Espanyol lo homenajeó el 30 de mayo de 1935 en Sarrià contra un combinado de viejas glorias del Barça (3-5). En septiembre de 1940, casi con 34 años y cinco después de colgar las botas, desafió toda lógica deportiva y se ofreció al Barça. Se sentía con fuerzas y su afición era inextinguible. Jugó dos amistosos y topó con la realidad…

Aunque se dedicó al negocio inmobiliario, no se alejó del Barça por su amistad con Samitier y Plattkó cuando éstos pasaron por el banquillo azulgrana. Su eterna sonrisa la borró el cáncer en la mañana del 15 de febrero de 1975, con 68 años, en su domicilio de la calle Lesseps. El pabellón de la familia Mas, aunque no en el Barça ni en el fútbol, sigue ondeando a gran altura gracias a las hijas de una de sus nietas, Marta Jaulent, las gemelas Patricia y Adriana Baeza, jugadoras de baloncesto en las filas del Vedruna Gràcia, en Primera Catalana. La mayor de las hermanas, Andrea, fue campeona de gimnasia con La Salle.