El brasileño supo que tenía opciones de ser central tras el choque de Lisboa

Adriano, el 'camaleón' azulgrana

Tito preparó durante la semana la nueva posición del brasileño, que jugó ante el Madrid como central, su sexta posición como blaugrana

J.Giraldo

Lo dejó dicho durante su presentación, a mediados de julio de 2010. “Puedo jugar en cuatro posiciones, donde me diga el entrenador”. A su lado, Pep Guardiola ponía cara de circunstancias y admitía su escepticismo sobre los jugadores versátiles, esos comodines que cualquier plantilla debe tener para casos de emergencia. Adriano Correia es uno de ellos, y lo volvió a demostrar en el clásico ante el Madrid: en el partido más exigente de la Liga, Tito dio otra vuelta de tuerca a la versatilidad del brasileño y le situó en el eje de la defensa.

Sorpresa para todos... salvo para Adriano, que confesó que el técnico le había desvelado sus planes tres días antes, después de jugar en Lisboa ante el Benfica. “Sabía que había esa posibilidad, pero no supe que sería titular hasta pocas horas antes del partido”, confesó el jugador, tan capaz de recorrer la banda como central, interior o extremo como de cumplir con solvencia en el centro de la defensa.

Desde que firmó por el Barça, Adriano ha ido recorriendo la pizarra de su entrenador de posición en posición como si fuese una pieza de ajedrez: ha actuado como lateral zurdo y diestro, ha jugado de interior y también como extremo, especialmente por la banda izquierda.

Por la banda derecha del ataque también ha aparecido, pero siempre reconvertido, es decir, una vez iniciado el partido, como ocurrió el año pasado en El Molinón, donde marcó el gol de la victoria (0-1), antes de acabar, curiosamente, como jugador más avanzado... por la banda izquierda. Tres posiciones distintas en un mismo partido.

Y frente al Madrid, añadió una posición más, la de central, la sexta que ocupa desde que llegó procedente del Sevilla. Tito dio prioridad a su velocidad y a su capacidad para corregirse en carrera frente a la solidez de Song, un jugador más pesado y que previsiblemente hubiera sufrido mucho ante la rapidez de Benzema, Cristiano o Di María.

Durante los días previos al partido, Tito entrenó a Adriano como central. Le instruyó sobre los peligros de los delanteros del Madrid, sobre su colocación en el campo y sobre la manera de sacar el balón jugado. También sobre su compatibilidad con Mascherano, el central corrector.

La versatilidad de Adriano viene de lejos: durante sus cinco años en el Sevilla actuó en cuatro posiciones: lateral izquierdo, volante por la izquierda y extremo, por la misma banda. Y también jugó, de manera muy puntual, como lateral derecho; una de las virtudes que enamoraron a Andoni Zubizarreta a la hora de avalar su fichaje.