50 años de la primera Trobada

La Penya Blaugrana de Manresa, con motivo de su 15º aniversario, impulsó un encuentro desafiando a las autoridades franquistas

Montserrat acogió el 16 de julio de 1972 la primera Trobada de Penyes Barcelonistes

El cartel de la primera Trobada de Penyes Barcelonistes (1972) y una imagen de la plaza del monasterio

El cartel de la primera Trobada de Penyes Barcelonistes (1972) y una imagen de la plaza del monasterio / PB Manresa

David Salinas

David Salinas

Hoy se cumplen 50 años de la primera Trobada de Penyes del FC Barcelona, celebrada en Montserrat el 16 de julio de 1972. La Penya Blaugrana de Manresa, conjuntamente con la entidad azulgrana, impulsó el encuentro con motivo de su 15º aniversario (se había creado en junio de 1957) y la cita pasó a la historia por el escenario y la espectacular respuesta que dio la afición en unos momentos en los que el equipo apenas daba alegrías a su gente. “El sufrido seguidor azulgrana da siempre mucho para recibir, a cambio, muy poco”, comentó el semanario ‘RB’.

Origen

La Junta Directiva de la PB Manresa, presidida por Josep Juncadella, pidió permiso al abad de Montserrat, Cassià Maria Just, para poder celebrar la Trobada en la montaña santa. El clérigo no dudó en concederlo: “Decid que os he dado permiso y ya no deberéis pedir nada más, porque Montserrat es mi casa, la casa de todos los catalanes”. Juncadella, de todas formas, fue amenazado con prisión por las autoridades de la dictadura, que no veían con buenos ojos la combinación Montserrat-Barça por el elevado número de personas que se podían movilizar. El Gobierno Civil, de todas formas, acabó dando autorización al acto gracias a una gestión de última hora del presidente Agustí Montal.

Unas diez mil personas se dieron cita en Montserrat hoy hace medio siglo. El éxito de convocatoria fue rotundo en un acto que sirvió para reforzar los lazos entre el Barça y su afición. El barcelonismo peregrinó para demostrar su fidelidad y amor a los colores. “Y ofreció a la Moreneta lo mejor que podía darle: la unidad y la esperanza que con su ayuda siempre encontrará”, pudo leerse en la prensa. Se contabilizaron 240 autocares, entre otros medios de transporte, y fueron más de cincuenta las penyes que estuvieron representadas en la Trobada.

Actos

Empezaron a las 11 con la entrada del presidente del FC Barcelona en la Basílica mientras sonaba el himno del club, como recuerda el libro que editó la penya de la capital del Bages en 2007 con motivo de sus Bodas de Oro. El abad Cassià Maria Just ofició la misa, ceremonia en la que intervino el Orfeó Manresà y la Escolania de Montserrat, que interpretó la Salve y el Virolai, momentos cargados de gran emoción y simbolismo.

El templo no pudo albergar a todos los asistentes y una multitud tuvo que seguir la misa a través de los altavoces que se instalaron en el exterior de la Basílica. Posteriormente hubo concurso de sardanas entre las 63 ‘colles’ desplazadas, resultando ganadoras Violetes del Bosc, Alba i Rosa d’Abril, Rosa de Sant Jordi y Joventut Sardanista, las cuatro primeras de Barcelona y la última, de Puig-reig. Después tuvo lugar una exhibición de los Castellers de Vilafranca del Penedès y la comida de hermandad en el restaurante del santuario.

 

Parlamentos

Intervinieron Josep Juncadella, el presidente Agustí Montal, el capitán del primer equipo Joaquim Rifé, el exjugador Josep Maria Fusté, el presidente de la Gran Peña Barcelonista Climent Vidal Porta en representación de las penyes, Joan Mas Cantí, directivo azulgrana delegado de las penyes y Nicolau Casaus, entonces ya estrechamente vinculado al mundo de las penyes. Sentidas fueron las palabras de Quimet Rifé: “Es casi increíble que el Barcelona, sin ir bien, tenga esta masa tan impresionante. Pueden estar convencidos que nosotros, los jugadores somos los primeros en lamentar que no se consigan estos éxitos que ustedes tanto se merecen”, según reflejó el Boletín del Barça.

La jornada siguió por la tarde con distintos bailes tradicionales en la plaza del monasterio a cargo del grupo Joventut de Perpinyà y el Esbart Manresà de Dansaires de l’Agrupació Manresana de Folklore. La Trobada, que tuvo un presupuesto de unas 600.000 pesetas y fue sufragada por entidades, empresas y particulares, bajó el telón con los emotivos cánticos del Vilorai, la Salve y L’Hora dels Adéus.

El futuro

A pesar de que se habló de repetir la Trobada al año siguiente, la realidad es que después de ver la exaltación barcelonista y catalanista en Montserrat, las autoridades no facilitaron más permisos y la segunda edición se demoró hasta el 18 de septiembre de 1977. La PB Manresa siguió al frente de los actos, conjuntamente con la PB Montserrat de la vecina Monistrol.

La Trobada tuvo una periodicidad anual a partir de 1979 y pasó por distintas poblaciones de Catalunya, Andorra, España e incluso Europa (Schaffausen, en 1997). Desde 2011 se celebra en Barcelona coincidiendo con el Congrés Mundial de Penyes y el Trofeo Joan Gamper.