Las cinco grandes gestiones de Ortega que han hecho realidad la Final Four

El Barça ya está en la Final Four de Colonia y además por la puerta grande tras evitar los octavos de final al ser segundo del Grupo B y pasar por encima del PSG en la segunda parte de la ida (22-30) que convirtió en casi un formulismo la vuelta de este jueves en un Palau con casi 5.500 espectadores (32-31).

El pasado verano todo el castillo del balonmano azulgrana pareció desvanecerse con la confirmación de que Ludovic Fàbregas se marcharía al Veszprém, la rescisión obligada de Luka Cindric (Dinamo Bucuresti) y la grave lesión en la pretemporada de Domen Makuc que dejaba tiritando la posición de central.

Ortega: "No es nada fácil lo que hemos logrado"

El caso es que Ortega llegó al banquillo en una época de vacas flacas después de la incomprensible destitución de Xavi Pascual y de David Barrufet, quienes están haciendo 'magia' en Rumanía con la clasificación del Dinamo para otra Final a Cuatro, la de la Liga Europea. El andaluz es clave en el éxito colectivo con cinco extraordinarias gestiones.

1. La gestión de la portería

El pasado verano fue tortuoso para Gonzalo Pérez de Vargas. El toledano confirmó que no aceptaría la oferta de renovación del club y que se marcharía (en principio al Kiel) en julio de 2025, aunque incluso se llegó a especular su marcha a finales de la presente campaña.

Por su fuera poco, la decisión de Ortega de desposeerlo de la capitanía para dársela a Dika Mem levantó más ampollas. Era una situación complicada. El Barça tenía quizá la mejor portería del planeta con Gonzalo y con Emil Nielsen, pero había que gestionarla. Que, por cierto, el galo se sabe aún más líder a las órdenes del exjugador del Dream Team.

"La relación es correcta y con mucho respeto, aunque es verdad que como no soy el capitán no hablamos tanto", explicó Pérez de Vargas a SPORT el pasado mes de diciembre. Repartiendo minutos y responsabilidades, el técnico ha conseguido tener enchufados a sus dos porteros. Incluso dio cariño al internacional español cuando el danés estaba a un nivel impresionante.

2. La gestión del central

La política de 'recortes' se llevó por delante a un Luka Cindric que, eso sí, había vivido una temporada muy irregular por sus continuos problemas físicos y por sus dificultades para jugar con dolor, algo prácticamente obligatorio en un deporte que se basa en el contacto continuo.

Sin Cindric, la responsabilidad recaía en Domen Makuc y en Pol Valera, pero el esloveno sufrió una gravísima lesión de rodilla en la pretemporada que aún lo mantiene en el dique seco y el catalán no ha dado el paso adelante que necesita para ser verdaderamente útil para el equipo.

Sin volverse loco y sin recursos para cometer un fichaje, Ortega ha recurrido a Melvyn Richardson, a Blaz Janc, al propio Valera e incluso en contadas ocasiones a Carlsbogard como centrales. Al mismo tiempo, el balonmano moderno con continuos intercambios ha permitido mitigar esa gran carencia y además lo ha hecho con nota incluyendo también a Petar Cikusa... pero los de Bordils merecen capítulo aparte.

3. La gestión de los Cikusa

Al Barça le ha tocado la lotería con los hermanos Cikusa, al igual que en su día al Athletic con Iñaki y Nico Williams o al Barça con Pau y Marc Gasol (aunque los disfrutó poco por culpa de la NBA). Nacidos en Bordils por el pasado como jugador de su padre Zoran, los gemelos cumplieron 18 años el pasado 8 de diciembre ya como internacionales absolutos con los Hispanos.

Sobre todo con Petar, Ortega ha sabido gestionar a la perfección su crecimiento, frenándolo cuando copó las páginas por su colosal actuación en Montpellier en los albores de la actual Champions e incluso haciéndole jugar en Plata con el Barça B.

Sin prisas y sin pausas, al malagueño ha ido modelando ese crecimiento de rol en el primer equipo de Petar y también de Djordje, dos jugadores llamados a ser importantes en el Barça en lo mucho que resta de década. Por cierto, que Petar también ha ayudado en el puesto de central al igual que su hermano, capaz de salir por ambos lados por su condición de ambidiestro.

4. La gestión del pivote

Al adiós de Fàbregas y la imposibilidad de reforzar el pivote con un jugador cotizado como Magnus Saugstrup (Magdeburgo), Johannes Golla (Flensburg) o Atrsem Karalek (Kielce) motivó la llegada de dos jóvenes promesas como los Hispanos Javi Rodríguez y un Jaime Gallego que llevaba un año KO por una grave lesión de ligamentos de rodilla.

Todo ello convertía a Luís Frade en el jerarca de una posición deficitaria. La labor de Ortega ha sido doble en este apartado. Por un lado, concienciar al portugués de que está plenamente capacitado para marcar diferencias contra cualquier pivote y, por otro, ir consiguiendo que los madrileños vayan ganando confianza.

Frade ya es uno de los mejores pivotes del planeta por su capacidad defensiva, sus buenas manos y por cómo corre la contra en segunda oleada o marca a puerta vacía. Con Gallego renqueante desde diciembre, Javi Rodríguez también ha progresado, ya no incurre en exclusiones evitables y sigue creciendo.

5. La gestión del centro defensivo

Es quizá la más importante y la más complicada de las cinco. Una de las claves del éxito del Barça de Xavi pascual radicaba en el 'centro' defensivo que lideraban Thiagus Petrus y Ludovic Fàbregas. La marcha del galo dejaba este vital apartado en una situación difícil cuando el trío Petrus-'Ludo'-Carlsbogard había funcionado a la perfección en el curso anterior.

A Petrus ya lo conoce todo el mundo. Con una prodigiosa rapidez de manos y un magnífico uso del cuerpo, el brasileño es el 'mariscal' defensivo de este Barça. Apadrinado por el entrenador de porteros Tomas Svensson, el renovado Jonathan Carlsbogard (hasta 2028) llegó del Lemgo en 2022 y no ha parado de progresar hasta el punto de igualar al sudamericano en sus prestaciones.

El escandinavo no incurre casi nunca en exclusiones y aprieta a los atacantes con su poderío físico. Y el tercero en discordia es Frade, capaz de ir al suelo con la velocidad de Blaz Janc o de Ariño. Entre los tres han formado un 'centro' de categoría que facilita las cosas a otros habituales en defensa como Dika Mem o N'Guessan.