La venganza del PAO llega 13 años después

La ancestral rivalidad entre el Panathinaikos y Olympiacos en Grecia incluso supera a la que mantienen históricamente Barça y Real Madrid en España con el añadido de los continuos escándalos entre las aficiones que siguen siendo habituales en la llamada cuna de la civilización occidental.

Por ello ha sido enorme el bombazo que se ha producido este sábado en tierras helenas. Si el jueves ya se supo que Kostas Sloukas no seguiría finalmente a las órdenes del extécnico azulgrana Georgios Bartzokas en el vigente subcampeón europeo Olympiacos (también ha perdido a su estrella el exazulgrana Vezenkov) y que podría regresar al Fenerbahçe, al final se produjo un giro de 180 grados que acabó con el base en el nuevo Panathinaikos de Ergin Ataman (dos veces ganador de la Euroliga con el Anadolu Efes), que contará con un fuerte apoyo económico después de varias temporadas nefastas en Europa.

“Gracias de corazón por todo lo que has ofrecido a Olympiacos a lo largo de estas tres temporadas y por tu gran contribución para ganar cinco títulos nacionales en Grecia y en la clasificación para dos Finales Four de la Euroliga seguidas. Te deseamos todo lo mejor en tu carrera”, publicó el club rojiblanco en sus redes con cariño hacia un referente que se convertirá en encarnizado rival.

La llegada al PAO de un Sloukas que también ha gustado mucho en los últimos veranos tanto al Madrid y como al Barça permite de paso a los azulgranas respirar más tranquilos ante el firme interés que había mostrado el club del trébol verde en Nico Laprovittola pese a que tiene contrato en vigor hasta 2026.

El internacional griego firma con Olympiacos para las próximas tres temporadas y se une así a los ya conocidos fichajes de Mathias Lessort, del exbaskonista Luca Vildoza y el regreso de la NBA de Georgios Kalaitzakis más la posibilidad cada vez más firme de no ejecutar la opción de corte del anotador Paris Lee.

Y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid como suele decirse, el PAO se quitó de encima una molesta espina que llevaba martirizándolo desde 2010, cuando Vassilis Spanoulis decidió cambiar el cuadro ateniense por el de El Pireo para convertirse en un mito rojiblanco con dos Euroligas y 11 campañas.

Antes de aquel fichaje que tanta polémica suscitó, el genial escolta griego había militado en el Panathinaikos en dos etapas, primero en el curso 2005-06 y después entre 2007 y 2010 después de su gris paso por los Rockets de Houston (2006-07).