La cruzada de Ricky Rubio contra el cáncer

La AEACaP y la fundación de Ricky Rubio ponen en marcha hoy la campaña ‘Si mi pulmón hablara’

La vida de Ricky cambió con la muerte de su madre por un cáncer de pulmón. Desde 2016 lucha contra esta enfermedad

Josep González

Josep González

Ricky Rubio es un crack en las pistas. Fuera de ellas, incluso más, aunque su labor no tiene la repercusión mediática de su faceta de deportista, pero supera, sin duda, sus logros bajo una canasta. En 2018, dos años después de que un cáncer de pulmón se llevara la vida de Tona Vives, su madre, creó The Ricky Rubio Foundation, una institución dirigida a mejorar la vida de los pacientes oncológicos y ayudar a sus familiares, recaudar fondos para la investigación, desarrollar proyectos, dar visibilidad a la enfermedad…

Este martes 8 de noviembre, precisamente, su fundación y la Asociación Española de Afectados de Cáncer de Pulmón (AEACaP) ponen en marcha la campaña #SiMiPulmónHablara para pedir a las instituciones sanitarias que hay fórmulas para escuchar al cáncer de pulmón, para determinar sus características moleculares.

Ricky reconoce que el fallecimiento de su madre “supuso un antes y un después en quién soy yo. Ella estaba muy presente en mi vida y que dejara de existir me dolió muchísimo; quería respuestas. Sé que no las voy a encontrar pero igual puedo ayudar a otra gente a no pasar por lo mismo o, si les pasa, que sea más leve y tengan apoyo".

The Ricky Rubio Foundation, un legado a la vida de su madre

En los últimos cinco años compagina el baloncesto con su lucha contra su peor rival, el cáncer de pulmón. Y aunque, por ahora, no puede derrotarle, intenta ‘meterle’ todas las canastas posibles a través de su fundación, cuya idea nació en una de sus últimas conversaciones con su madre. “Fuimos a Rochester, en Minnesota, a la Mayo Clinic, y tuvo acceso a medicinas y tratamientos de última generación que eran muy caros, pero que le sirvieron para tener una mayor calidad de vida en sus últimos años. Al final te sientes un poco culpable de por qué yo puedo hacerlo y otra gente no. Y la promesa que le hice a mi madre, por mi posición privilegiada, era que ayudaría a otras personas. Por eso creé la fundación, para dar un legado a la vida de mi madre, a su forma de ser, sus ganas de vivir”.

En cierta ocasión, Ricky Rubio dijo que “abrir una sala para pacientes de cáncer importa más que ganar un Mundial” y en esa cruzada sigue: “Me llena egoístamente poder ayudar a los demás. Lo seguiré haciendo porque son los valores que me dejó mi madre y que me hacen sentirme mejor. Intento hacer un mundo mejor”.

Tampoco tiene reparos en reconocer, resignado, que “aunque me tiro piedras sobre mi propio tejado, pero se le da más eco a un futbolista, a un jugador de baloncesto, que a un doctor. Hay que dar más visibilidad a eso, como sociedad tendríamos que dar un paso adelante y reconocer más a gente que sacrifica su vida para mejorar un tratamiento, una enfermedad”.

Ahora vuelca sus energías en la última campaña para concienciar sobre el diagnóstico precoz del cáncer de pulmón. Y seguirá batallando...