Un apellido ilustre que continúa muy vivo en las canchas de baloncesto

De Epi a Epi

La saga familiar San Epifanio continúa con Edgar. hijo del mítico ‘súper Epi’ y sobrino de Herminio. el basket corre por sus venas

Padre e hijo, Juan Antonio y Edgar. La saga familiar San Epifanio sigue estando muy presente en el mundo del basket

Padre e hijo, Juan Antonio y Edgar. La saga familiar San Epifanio sigue estando muy presente en el mundo del basket / sport

X. Martínez Olivar

Diecinueve años después de la retirada de ‘Súper Epi’ (colgó las botas al final de la temporada 1994-95 defendiendo los colores del Barça, su club de toda la vida), el apellido San Epifanio continúa muy vivo en las canchas de baloncesto. Y es que el hijo de Juan Antonio, Edgar (Barcelona 5 de octubre de 1987) mantiene la vinculación de la saga familiar con el mundo de la canasta como jugador del CB L’Hospitalet de la Liga EBA. Nacido en el seno de una familia que vivía el basket por los cuatro costados (además de su padre, su tio Herminio también fue jugador de élite en el Barça, Espanyol y Granollers entre otros) Edgar San Epifanio Herrero decidió seguir el ejemplo de sus mayores. Y sus primeros pasos los dio la entidad donde sus mayores habían evolucionado. En 2001 comenzó a jugar en el cadete del Barça. En 2003 dio el salto a la categoría júnior (Barça y Cornellà, club que en la época estaba vinculado a la entidad blaugrana). No llegó a debutar con el primer equipo.

Se estrenó en las competiciones FEB con el UE Mataró de Liga EBA. Posteriormente dio el salto a la Adecco Plata con el  Cornellá. Y un año después, en la temporada 2008-09, su trayectoria se dirigía a Guipuzcoa, donde militaría en el Iraurgi SB y entrenaría con el entonces Lagun Aro Gipuzkoa Basket, de ACB, bajo las órdenes del actual técnico de Madrid Pablo Laso. Fue en 2008 cuando se le brindó la oportunidad de debutar y evolucionar en la Liga ACB. Con el Gipuzkoa disputaría un total de 11 partidos en la máxima categoría (tres en su primera temporada mientras evolucionaba en el Lan Mobel de la Liga EBA y ocho en la segunda) con unos promedios de 1,4 puntos, 0,5 rebotes, 0,7 asistencias y 1,7 de valoración en 5,9 minutos de promedio.

En enero de 2010 era cortado por los guipuzcoanos finalizando así su trayectoria por la élite cestista española. En ese momento, Edgar San Epifanio decidió encarrilar su carrera deportiva por otros derroteros. Retornó a Catalunya y se enroló en las filas del Cornella, de la Adecco Oro. Categoría en la que también jugaría la siguiente temporada, aunque en este caso en el Palencia. Los tres últimos cursos los ha disputado en Liga EBA: de 2011 a 2013 en el Recambios Gaudí CB Mollet y esta campaña en el CB L’Hospitalet.

Y realmente, en el conjunto ribereño, a las órdenes de un exjugador tambiñen histórico del Barça como Miguel López Abril, está siendo un elemento muy importante en la rotación del equipo. Hace dos jornadas consiguió ser el MVP de la jornada con una actuación modélica en la cancha de El Olivar donde su equipo ganó con total autoridad (72-102). Un triunfo al que el escolta barcelonés de 1.94 contribuyó con 36 puntos (5 de 6 en triples, 12 de 18 en tiros de campo, 4 rebotes, 7 asistencias y 4 faltas recibidas) para un 42 de valoración final que significaron nuevos topes para la competición en la presente temporada. En estos momentos, Edgar San Epifanio es el tercer máximo anotador de la categoría con una media de un poco más de 17 puntos por partido.

A sus 26 años, el ‘cachorro’ de la saga San Epifanio está viviendo un momento dulce como jugador en un club que aglutina las esencias del baloncesto como el CB L’Hospitalet. De momento, los ribereños ahí están en el pelotón de cabeza de la clasificación con esperanzas fundadas de hacer algo grande esta temporada. Y para lograrlo cuentan como uno de sus estandartes a un jugador que lleva el apellido San Epifanio, Edgar. Sin lugar a dudas, de casta le viene al galgo, es un seguro para su equipo. Ahí están sus números para corroborar que por sus venas corre sangre muy vinculada al baloncesto.