El primer gran reto de Roger Grimau con el Barça en la Copa

El Barça afronta el primer gran reto de la temporada en la Copa del Rey de Málaga, aunque también será toda una reválida para el nuevo técnico del equipo, Roger Grimau. A pesar de no tener experiencia en un banquillo en la elite del baloncesto, la sección blaugrana comandada por Juan Carlos Navarro y con el apoyo total de la Junta Directiva, apostó por un ex jugador de la casa, técnico de las categorías inferiores y corazón culé como nadie.

Y es que Grimau, que jugó ocho temporadas de blaugrana, puede presumir de contar en su palmarés con tres copas, la primera de ellas en 2007, en Málaga donde regresa ahora como primer técnico del equipo, otra en 2010 en Bilbao y la última, en su temporada final, en 2011, que logró ante el Madrid en el mismo Palacio de Deportes madrileño.

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Las tres las ganó ante el Real Madrid, y ahora podría sumar su primer título como entrenador y podría ser el Madrid el rival en la final del domingo si logran superar la eliminatoria de cuartos de final ante el BAXI Manresa, y las semifinales, donde presumiblemente le espera el otro ‘coco’ del torneo además del Madrid, el Unicaja, defensor del título en Badalona.

Reivindicarse en la era post Mirotic-Jasikevicius

Aunque hacer conjeturas sobre quién será el campeón, es algo muy complicado en el torneo copero donde cada encuentro es una historia y está prohibido pensar en la siguiente ronda sin haber resuelto la primera. Para el Barça, será una oportunidad de reivindicarse a la primera oportunidad en la era post Mirotic-Jasikevicius, dos importantes actores del equipo azulgrana las últimas temporadas pero que ahora ya son historia.

Y Grimau representa justamente al nueva imagen del equipo azulgrana que ha tenido que rehacerse con velocidad este verano con fichajes estelares como el de Willy Hernangómez o dando una oportunidad a Jabari Parker para volver a sentirse importante en la pista como ya ha demostrado. Dos nombres de peso al que se añadieron otros dos fichajes a golpes de talonario –a millón de euros cada uno- como Joel Parra y Darío Brizuela.

Y el técnico azulgrana fue la guinda del nuevo proyecto, y que levantó algunas dudas en el entorno blaugrana. Con un DNI blaugrana incuestionable, nadie era capaz de interpretar como iba a funcionar un técnico sin experiencia en la elite ante un grupo de jugadores con mucha experiencia en la Euroliga.

Bien acogido en el vestuario

El cambio de maneras entre Jasikevicius y Grimau sentó muy bien en el vestuario, sin duda un punto a favor del catalán. Cansados de la rigidez y los gritos del lituano, el de Sants ha sabido ganarse a la plantilla desde el trato cercano, sin estridencias, pero dando soluciones tácticas que los jugadores abrazaron desde el primer momento, clave para el éxito del técnico.

Incluso en los momentos difíciles, en un desastroso mes de diciembre donde el equipo perdió siete de los 10 partidos disputados, no se truncó la moral ni del entrenador, que siempre se sintió capacitado para sacar el equipo adelante, ni tampoco desde la dirección deportiva, que le reiteró su apoyo, buscando soluciones a la crisis.

El equipo reaccionó en enero, dejando atrás el momento más crítico de su gestión, y con el apoyo de los jugadores, han recuperado el tono ganador que les ha llevado a ocupar una destacada posición en la Euroliga, donde ocupan la segunda posición en solitario, y terceros en la Liga Endesa, tras Madrid y un gran Unicaja.

Su experiencia debe valer

Ahora, el técnico espera que su experiencia en esta competición sea de ayuda a sus jugadores, y también como gestionar la plantilla que afortunadamente para él, la tendrá toda a su disposición tras incorporarse Caicedo y Alex Abrines.

Medirse al BAXI Manresa en el primer duelo de cuartos del viernes es toda una motivación para Grimau y ambos conjuntos ya pudieron estudiarse un poco en el encuentro de la jornada 22, que el Barça se llevó del Nou Congost en una buena actuación blaugrana (77-87).

El técnico del Barça aseguró que la Copa es totalmente diferente a cualquier otra competición por lo que se resistió a hablar de lo que no tocaba. Así es Grimau, un tipo que no habla más de la cuenta y que infunde calma a todos los que le rodean, incluido a sus jugadores a los que en muy pocas ocasiones se le ha visto levantar la voz más de la cuenta.

Con el equipo completo

Un estilo de entrenador que gusta en el club, aunque como siempre sucede en las grandes instituciones como el Barça, lo que marcará el éxito o el fracaso de un entrenador es los títulos que acabe ganando, y la Copa del Rey es la primera oportunidad importante.

Los azulgrana necesitan ganar tres encuentros consecutivos y la suerte del técnico es que el equipo parece llegar en el mejor momento de la temporada, superando lesiones y con unas sensaciones muy buenas, que deberán refrendar en los cuartos de final en Málaga.

La Copa será toda una reválida para Grimau y todo su staff y en cuartos de final tendrá enfrente a uno de los técnicos con más experiencia ACB y que le marcaron en su decisión de dar el salto a entrenador, Pedro Martínez.  

Ganar esta Copa será todo un reto pero también una ilusión para Roger Grimau que desea lograr su primer título como entrenador blaugrana y que seguro ayudaría a sacar mucha presión a él mismo y a sus jugadores de cara al tramo final de la temporada donde espera Euroliga y Liga Endesa.

Tan ilusionado como sus jugadores

Para Roger Grimau, volver a una Copa del Rey le resulta tan emocionante como a los jugadores que dirige. Con un carácter ‘caliente’ como siempre tuvo sobre la pista en su época de jugador, es el estilo que quiere de sus jugadores para una competición de este tipo donde la intensidad debe aflorar del primer al último minuto para tener posibilidades de victoria.