ESPIONAJE y AUTOMÓVIL

Wikileaks advierte del uso por parte de la CIA del software del coche conectado

La web de filtraciones desvela en su documento Bóveda 7 el uso de la conectividad de los vehículos

La CIA, en el ojo del huracán por el uso de sistemas para controlar los coches.

La CIA, en el ojo del huracán por el uso de sistemas para controlar los coches. / db/cu mda PML

Xavier Pérez

Xavier Pérez

Hace unas horas el CEO del grupo Volkswagen, Matthias Müller, hablaba del desarrollo del vehículo autónomo y de la conectividad como base de apoyo de su plan estratégico de futuro al presentar su prototipo Sedric. Y hace unas horas también, el portal de filtraciones Wikileaks daba a conocer una nueva entrega de documentos confidenciales de la CIA,  con el nombre clave de <strong>Vault 7 </strong>(‘Boveda 7’ en español), en los que el coche autónomo y conectado juega un papel fundamental para el sector del espionaje.

Coincidencia, tal vez, lo que está claro es que la conectividad y las nuevas tecnologías aplicadas al automóvil también son una fuente de pirateo notable, ya sea por parte de la CIA como de otras entidades de espionaje. Tanto de los ‘buenos’ como de los ‘malos’.

Pero ¿Por qué puede convertirse el coche en un elemento susceptible de formar parte del argumentario de una agencia de espionaje? Muy sencillo. La conectividad de la que todos los fabricantes alardean en la actualidad es una fuente de ventajas… y de problemas. Ya se ha hablado mucho (y recientemente más con motivo del Mobile World Congress) del control de los datos que se generan en la comunicación entre vehículos, entre vehículos y dispositivos móviles y entre vehículos y sistemas de control de tráfico.

Un entorno interconectado en el que el prototipo Sedric presentado por Volkswagen en Ginebra se desenvolvería como pez en el agua. Ese mundo tecnológico, sin embargo, plantea un paradigma¿Quién controla y usa nuestros datos? La respuesta no ha tardado en llegar: la CIA puede.

INFECTAR EL COCHE CONECTADO

De hecho, no solo puede controlar los datos, sino que puede controlar los dispositivos que los generan y transmiten. Todo el mundo ha visto en películas y en la realidad lo fácil que es rastrear un teléfono móvil. Por eso no es descabellado pensar que se puede hacer mucho más. En el documento filtrado por Wikileaks se especifica que “desde octubre de 2014 la CIA estaba estudiando la manera de infectar el software de los sistemas de control, comunicación y conectividad que usan los coches y camiones modernos. El propósito de este control no estaba especificado, pero sin duda podía permitir a la CIA usarlos para cometer presuntos asesinatos y atentados sin ser detectados”. Seguramente a Müller se le pondrían sus blancos pelos de punta si se enterara que sus coches pueden ser pirateados. Y no sería para menos.

La historia que se desprende del documento Bóveda 7 nos hace reflexionar de nuevo sobre el tema de la conectividad y permite ir un poco más allá. De hecho, el coche conectado vuelve a saltar al centro de la polémica como ya sucedió en julio de 2014 con los informes del FBI, filtrados por The Guardian, que alertaban del posible uso de vehículos autónomos para cometer atentados por parte de grupos terroristas. Eso generó un amplio debate legislativo en Estados Unidos donde muchos de los estados tienen unas leyes que permite la circulación de vehículos de este tipo.

UN ‘HAKEO’ EXISTENTE

Cruzando esta alerta del FBI con los informes de Bóveda 7 es lógico pensar que lo que el FBI temía podría estar cocinándose al otro lado de la calle por parte de sus amigos de la CIA. Como en los mejores escenarios de las novelas de Tom Clancy. Aunque claro está que del mismo modo que se puede emplear la conectividad para alterar los parámetros digitales de los vehículos mandando señales erróneas para su funcionamiento, se puede emplear para controla y evitar atentados.

No hay que se la CIA parar hackear un coche y detenerloBMW, Mercedes-Benz, Audi y muchas marcas del sector disponen de la tecnología para hacerlo como un servicio de seguridad para sus clientes en caso de que les roben el vehículo. Y es perfectamente legal. Como sea. Ciencia ficción, sí, pero no tanto. Seguro que los fabricantes de automóviles ya trabajan en sus cortafuegos para evitar situaciones indeseadas. La carrera de la contra-tecnología ni ha hecho más que empezar.