La historia de Mazda (1991-2017)

Si en la década de los 80, Mazda había conseguido crecer a un ritmo muy rápido y se caracterizó por ser una marca innovadora dentro del mundo de la automoción, en los 90 solo hicieron que reafirmarse como una empresa fuera de lo común. Lejos de ser conformistas, la firma japonesa siguió innovando con su apuesta por el motor rotativo y otros sistemas como la puerta FreeStyle, un tipo de puerta que se asemeja mucho a las de estilo 'suicida' y que montó el famoso RX-8.

El AZ-1 fue uno de los primeros modelos de Mazda que vio la luz en la década de los 90. Este pequeño coupé de 3,30 metros de largo, se diseñó para el mercado local en el marco de la legislación de los "Kei cars" y montaba un motor de tres cilindros turbo en posición central de 16 válvulas y 64 CV. Con este vehículo, la marca cumplió un reto al crear un coche fuera de lo común en las líneas generales de la empresa. Por otro lado, en 1990, Mazda presentó un lujoso coupé deportivo llamado Eunos Cosmo, con un motor rotativo de tres rotores y 280 CV. En 1995, se produjeron 8.875 unidades de un vehículo que sigue siendo exclusivo. El Eunos Cosmo se vendió exclusivamente a través de Eunos, la red de gama alta y deportivos de la marca.

EL MOTOR DE HIDRÓGENO

Por otro lado, y siguiendo con el espíritu innovador de la marca, Mazda presentó, en 1991, un prototipo de vehículo con motor rotativo de hídrogeno, con el fin de que su combustión no generara CO2. Bautizado como Mazda HR-X, este coche aprovechaba una de las grandes ventajas del motor Wankel. El hidrógeno, más inflamable que la gasolina, es peligroso en un motor de combustión interna tradicional, porque existe mayor riesgo de autoencendido. Por su parte, el motor rotativo tiene la cámara de combustión separada de la admisión, hecho que disminuye en gran medida el peligro. Por este motivo, el motor Wankel está especialmente bien adaptado al uso con hidrógeno.

Mucho más tarde, en 2006, Mazda se convirtió en el primer fabricante de automóviles que ofreció un vehículo con motor rotativo que podía funcionar con hidrógeno o gasolina, el Mazda RX-8 Hybrid RE. La experiencia, bastante positiva, prosiguió con el suministro programado de estos vehículos a Noruega en verano de 2009. De forma paralela, Mazda lanzó en 2005 el Premacy Hydrogen RE Hybrid, que combinaba un motor rotativo que admitía gasolina e hidrógeno, un motor eléctrico y un sistema de corte de ralentí. Solo con hidrógeno, este coche tenía una autonomía de 200 km y, hoy en día, se sigue probando en las carreteras japonesas. En la actualidad, Mazda es el único fabricante que produce motores rotativos de serie.

LA COMPETICIÓN EN LA SANGRE

Los directivos de Mazda siempre han sido amantes de la competición y durante la historia de la marca, no han podido rechazar la oportunidad de que la firma estuviera presente en muchas competiciones. Concretamente, desde 1968, el fabricante japonés ha corrido en campeonatos tan icónicos como el WRC o las 24 horas de Spa-Francorchamps. Sin embargo, la competición que más ha marcado a Mazda ha sido las 24 horas de Le Mans.

Mazda ha conseguido victorias en WRC y en pruebas de resistencia como las 24 horas de Spa-Francorchamps. Sin embargo, la más emblemática fue su corona en las 24 horas de Le Mans en 1991.

En 1969, Mazda se presentó por primera vez en las 24 horas de Spa-Francorchamps, quedando en quinta y sexta posición con dos R100 Coupé con motor rotativo. A partir de entonces, la progresión del fabricante en la competición fue silenciosa pero efectiva. En 1980, Tom Walkinshaw, un piloto y preparador británico empezó a utilizar el Mazda RX-7 en las carreras de resistencia y en 1981 quiso dar el golpe en la prueba belga. Finalmente, Walkinshaw se alzó ganador ese año con una sorprendente victoria con su RX-7 con motor rotativo de dos rotores y 240CV, con el que venció a los todopoderosos Camaro y sus V8. Entonces, el RX-7 adquirió renombre en Estados Unidos y empezó a participar en la IMSA, donde ganaría todos los campeonatos entre 1980 y 1987, protagonizando un hito histórico en esta disciplina. 

LA VICTORIA MÁS ESPERADA

Las 24 horas de Le Mans es una de las pruebas de resistencia más famosas y prestigiosas del mundo. En 1970, Mazda participó por primera vez en la carrera francesa con un Cosmo birrotor montado en un Chevron B 16, pero unos problemas técnicos acabaron con cualquier esperanza de ganar. Durante la década de los 70, y con la introducción del Grupo C y el Grupo C Junior, la marca fue acumulando experiencia para avanzar por un camino que terminaba en un único destino, la victoria. 

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En 1987, después de años destacando, un 757 terminó séptimo en la clasificación general y ganó su categoría, hecho que aún motivó más a la marca para seguir buscando la victoria. En 1991 se produciría el hito. Los favoritos para la edición eran Mercedes, Jaguar y Porsche y pocos apostaban por Mazda. Herbert-Weider-Gachot se subió a un 787 B, con motor rotativo de 2.6 litros y cuatro rotores que entregaba 710 CV, y salió desde la decimosegunda plaza de la parrilla. Conservador al principio, el domingo por la mañana asestó el golpe definitivo para imponerse por encima de los Mercedes y Jaguar, que perdieron fuelle durante la carrera. Los otros dos Mazdas en aquella edición quedarían sextos y octavos respectivamente.

LOS 2000, EL ZOOM-ZOOM

Desde los 2000 hasta la actualidad, Mazda ha seguido avanzando hasta convertirse en una de las marcas más prestigiosas del mundo consiguiendo grandes logros con sus coches, mejorando sus modelos del momento y lanzando nuevos vehículos que se convertirían en leyenda. En primer lugar, en el mismo año 2000, el MX-5 pasó a la historia al ganar un Récord Guinness que le acreditaba como el roadster biplaza más vendido de la historia, título que aún mantiene tras haber alcanzado el millón de unidades fabricadas.

En 2002, Mazda arrancaría una serie de presentaciones, que duraría una década, en las que se desvelarían gran parte de los modelos que conforman la gama actual de la marca. Ese mismo año vería la luz el Mazda 6, el primer modelo de la generación Zoom-Zoom, que a palabras de la marca simboliza "el placer de la conducción que aúna de forma idónea dinamismo, prestaciones, economía y respeto por el medio ambiente. Se basa en esa emoción por el movimiento que se remonta a la más tierna infancia: el "brum-brum" de los niños". Un año más tarde, Mazda presentaría un prototipo que se acabaría convirtiendo en uno de sus modelos más famosos, el RX-8, un deportivo con cuatro plazas que se produjo desde ese mismo año hasta 2012 y que motnaba un motor rotativo de 1.3 litros de 192 CV. 

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Siguiendo con su filosofía de gestión eficaz y cuidado por el cliente final, en 2003 Mazda presentó uno de los modelos que más se ven en la actualidad, el Mazda3. En 2005, la marca se aventuraría con el Mazda5, su primer monovolumen compacto con puertas traseras deslizantes. En 2006 llegaron el pequeño Mazda2 y el Mazda6 y, en 2010, la empresa presentaría su nueva generación de Mazda 5 en el Salón de Ginebra, culminando una década en la que terminó renovando casi toda su gama.

PERSEPECTIVAS DE FUTURO

En 2012, Mazda lanzó una nueva generación de modelos con diseño KODO, una gama eficiente y accesible al público. Los ingenieros de la marca decidieron apostar por la búsqueda de la máxima eficiencia en la combustión interna a través de nuevos motores de gasolina y diésel que cuentan con una cilindrada correcta y con la relación de compresión más alta del mercado, la más baja en diésel, que consiguen unas cifras de consumo realmente sorprendentes para seguir la normativa Euro6.

La firma japonesa ha ido introduciendo este tipo de diseño, que se adapta mucho más a su filosofía, en los nuevos Mazda3, Mazda2, Mazda6, CX-5 y CX-3. Con esta nueva generación de vehículos, y el pequeño MX-5 aún presente, Mazda es una de las marcas mejor valoradas del mundo de la automoción, consiguiendo cifras récord de ventas en muestras como el <strong>Automobile Barcelona</strong>. 

Según la empresa, seguirá trabajando para ofrecer a sus clientes soluciones tecnológicas prácticas cada vez más respetuosas con el medio ambiente, idóneas para favorecer el desarrollo sostenible y armonioso del sector. Mazda inició su camino bajo el nombre de Toyo Cork Kogyo Company Ltd. dedicándose derivados del corcho. Hoy, casi 100 años después, se ha convertido en una de las marcas más reputadas del mundo gracias a la dedicación y esfuerzos por ser respetuosos con el cliente y con el planeta sobre el que circulan sus vehículos.