Por un verano más seguro

El verano ya está aquí, y con él llegan también el buen tiempo y las vacaciones. Es en esta época cuando millones de personas y familias optan por pasar los largos y calurosos días estivales lejos de sus casas, aprovechando esas fechas libres que han guardado en su trabajo durante el resto del año.

Algunos optan por la opción de irse a lugares lejanos, o paraísos tropicales en avión para olvidarse de los problemas del día a día. Pero otros muchos, se podría decir que la mayoría, se trasladan en coche a sus destinos vacacionales, mayormente fuera de las ciudades buscando la tranquilidad del campo.                                                                                 

En la temporada de verano, por desgracia, también se generan muchos accidentes de tráfico. Aunque las condiciones meteorológicas no sean tan adversas como en invierno, el peligro de sufrir un accidente es muy alto durante el verano. Según los datos publicados por la DGT, el año 2015, durante los meses de julio y agosto, se contabilizaron un total de 226 muertes por accidentes en la carretera.

Las primeras salidas a la carretera en primavera, con tiempo soleado, dan una mayor sensación de seguridad y disfrute al conductor, por lo que hay una tendencia a aumentar la velocidad, lo que propicia un accidente más grave. Al igual que el resto del año, en verano también es muy importante que respetemos la velocidad máxima y las señales de tráfico para reducir el número de accidentes.

Hay quienes piensan que solamente se corre peligro en la carretera cuando las condiciones meteorológicas son malas, como suele suceder en los meses invernales. Pero hay que tener en cuenta que, aunque no lo parezca, los meses de verano son igual de peligrosos para aquellos que cogen el coche. En las siguientes líneas podremos ver una serie de recomendaciones que ayudarán a reducir las probabilidades de sufrir un accidente durante los meses estivales.

El primero de los consejos alude al estado del vehículo. Nos tenemos que preocupar de que nuestro coche esté siempre en óptimas condiciones para salir a la carretera, independientemente de la época del año, y no solo a cuando tenemos que embarcarnos en un viaje de larga distancia, ya que los trayectos cortos son igual de peligrosos. Para ello, además de llevar el coche al taller para su inspección periódica y contar con todos los recambios necesarios en nuestro vehículo (bombillas, neumático de repuesto…), es muy importante revisar el estado de nuestros neumáticos, ya que son los que nos unen al asfalto cuando vamos a 120 km/h por la autopista.

Al igual que hay neumáticos especializados para invierno, también los hay para verano, con una huella y una composición distinta. La utilización de gomas de invierno en verano no está prohibida, pero no es nada recomendable dada su escasa practicidad. Además también es indispensable revisar que la profundidad del dibujo sea suficiente (nunca por debajo de los 1,6 mm.). La presión también debe ser revisada de vez en cuando, sobre todo en verano, cuando las altas temperaturas tienen un mayor impacto sobre los neumáticos y propician la perdida de control y el desgaste prematuro de nuestras cubiertas.

Investigaciones europeas afirman que un 76% de los conductores no comprueba la presión de las gomas al menos una vez al mes, mientras que un 5% solo revisa la profundidad del dibujo una vez al año o nunca.

Aprovechando el calor de los meses veraniegos la gente opta por una vestimenta más fresca durante el día, sobre todo cuando van a la playa, pero hay que tener en cuenta que puede que no sea adecuada para ponerse al volante de su automóvil. Lo más recomendable es llevar ropa holgada y transpirante, y no conducir nunca en bañador o ropa de baño, ya que es muy incómoda y la piel podría producir rozaduras al contacto con el cinturón de seguridad.

El calzado también es uno de los puntos a tener en cuenta a la hora de conducir. Aunque las leyes de tráfico no sean del todo concluyentes en este tema, se recomienda no hacer uso nunca de chancletas para conducir, ya que pueden deslizarse con facilidad del pie y no permiten el total control sobre los pedales. Se recomienda el uso de un calzado estrecho y flexible que se ajuste bien a nuestro pie y nos permita controlar en todo momento nuestra pisada sobre el acelerador o el freno. Los cordones, puede tener peligro de engancharse en los pedales, por lo que si nuestro calzado los tiene, es aconsejable que sean cortos o estén recogidos.

Es importante acordarse de secar las suelas de nuestros zapatos antes de entrar al coche porque perjudican a la conducción y pueden provocar un resbalón en el momento más inoportuno. Tampoco es recomendable usar zapatos con tacón, ya que no son muy cómodos y perjudican la flexión de los tobillos.

Las gafas de sol se convierten en verano en un inseparable aliado para muchos, también a la hora de conducir. Es necesario tener siempre en el coche unas gafas con lentes polarizadas o que cuenten con filtro polarizado, ya que bloquean la luz reflejada por la carretera, el agua o por las lunas de los otros coches. Lo más recomendable es optar por unas lentes grises o ligeramente azuladas, ya que son las más efectivas en estas situaciones.

Se estima que las altas temperaturas provocan un aumento de entre 15% y 25% en los accidentes. Aunque no lo veamos a simple vista, el calor afecta de manera importante a nuestro cuerpo, aumentando la fatiga y reduciendo considerablemente nuestros reflejos, a la vez que aumenta la probabilidad de un fallo mecánico del coche. Para evitarlo, se recomienda no circular en horas de máximo calor, como puede ser al mediodía. Las horas más recomendables para conducir son las primeras horas del día o pasado el atardecer. Hay que procurar que la temperatura del habitáculo sea la adecuada para el ejercicio de la conducción, entre 20º y 23.

Si vamos a conducir durante una larga distancia es importante planear con antelación el viaje previamente, sabiendo en todo momento la ruta que tenemos seguir y dónde vamos a hacer las paradas para descansar y repostar. Hay que recordar que si vamos a estacionar nuestro vehículo en algún lado es importante que lo hagamos en un lugar donde haya sombra, para evitar que cuando regresemos al vehículo la temperatura del mismo no sea muy elevada.

Al igual que en el resto del año, se recomienda que tras superar las dos horas de viaje o los 200 kilómetros al volante se haga una parada para descansar y refrescarse. En ese sentido, también es muy importante que llevemos siempre con nosotros bebidas refrigerantes, no alcohólicas, y que controlemos en todo momento la temperatura del motor, para evitar que se caliente demasiado y suframos una avería.

AHORRAR EN LA CARRETERA

El verano también puede ser una buena época para ahorrar, y para ello, estos consejos te ayudaran a conducir de una manera más eficiente y reducir así los gastos.

Si vamos a necesitar un vehículo para nuestras vacaciones de verano, lo más rentable es alquilar un coche pequeño y ligero, ya que esto hace que se reduzca mucho la cantidad de combustible que vamos a requerir en el trayecto. Evitar el equipaje innecesario también ayuda a que el peso del coche se reduzca y a su vez, el consumo.

En los últimos años, los vehículos están al día de todos los adelantos aerodinámicos para que el coeficiente aerodinámico sea el adecuado para cada vehículo, los que evita que se aumente el consumo de combustible. En ese sentido, la recomendación es la de no alterar, si es posible, la carrocería del coche para incluirle una baca, portaequipajes… ya que estos pueden provocar un aumento hasta del 10% en el consumo de gasolina.

Igualmente, se recomienda que no se abuse del climatizador, ya que en trayectos cortos por ejemplo, puede aumentar hasta en un 30% la gasolina que quemará el motor.

Si se tienen en cuenta este tipo de advertencias y recomendaciones, contribuiremos a mejorar la seguridad en la carretera para estos meses de verano y contribuirá a que todos disfrutemos aún más si cabe de nuestras vacaciones.