MEDIO AMBIENTE

Los conductores barceloneses tendrán que "cambiar el chip"

La contaminación se apodera de Barcelona, un fenómeno que trae consigo cambios en la forma de moverse.

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El transporte público es una de las apuestas para una ciudad más sostenible. / motor

Laerke Saura Birk

Las ciudades más grandes del mundo tienen un problema: la contaminación. Se trata de una anomalía no solo afecta la belleza de una ciudad, pero también la salud de las personas. Aunque la contaminación por movilidad se concentre en cifras que pueden parecer menos dramáticas de lo que son en realidad, el problema está en que la mayor parte de los contaminantes se concentran en puntos muy concretos: las ciudades.

Veamos el caso de Barcelona. El Real Automóvil Club de Catalunya (RACC) ya dio señales alarmantes hace unos meses en un estudio que realizó, donde contaba que, aunque el uso del coche se ha reducido desde el año 2008 en la capital catalana, la congestión en Barcelona puede crecer un 50% si no se toman medidas y si los conductores no "cambian el chip".

CÓCTEL DE CONTAMINANTES

Por lo tanto, el tráfico ha aumentado, y la calidad del aire ha ido de mal en peor. La contaminación está creciendo de forma peligrosa y sobrepasando las recomendaciones de la OMS. Cada año mueren en España unas 21.000 personas por los efectos contaminantes del aire, según el Instituto de Salud Global (ISGlobal)

Hay que tener en cuenta qué es lo que emiten nuestros vehículos para ver cuál es la magnitud del peligro. Uno de los contaminantes más peligrosos, el dióxido de nitrógeno (No2), ha aumentado un 11% en Barcelona desde 2014. Se trata de un elemento que irrita la mucosa, y que lleva a tener problemas respiratorios y daños irreparables a los pulmones si se inhala en grandes cantidades.

El ozono troposferico (O3) es otro problema persistente en el aire, ya que mezclado con el No2 y el NO (monóxido de nitrógeno), puede irritar los órganos de nuestro cuerpo y afectar al rendimiento respiratorio y del corazón. 

Además, estos contaminantes tienen efectos aún más evidentes en algunas fracciones de la población como gente mayor, bebés y niños, y gente con enfermedades crónicas del sistema respiratorio y del corazón. También hay un estudio realizado por ISGlobal que confirmaría que los niños que estudian en colegios cercanos a zonas contaminadas muestran menos concentración y rendimiento.

Es por eso que la situación puede empeorar si siguen entrando vehículos contaminantes sin ton ni son. La movilidad híbrida y eléctrica empieza a parecer muy buena idea.

CIUDADES LIMPIAS Y SIN ALBOROTOS

En el momento en que el Ayuntamiento de Ada Colau intenta parar la situación, los fabricantes de vehículos ofrecen cada vez más coches coches con emisiones reducidas.

Lo que ha hecho el Ayuntamiento es conseguir prohibir el paso de vehículos altamente contaminantes durante los episodios críticos de contaminación (que, de momento, son unos tres días al año). Además, parece que el transporte público, peatones y bicicletas van a tener que tomar importancia en el ecosistema barcelonés. Pero no solo eso, sino que algunas claves se van a encontrar también en el e-commerce, por ejemplo.

¿Y qué podemos hacer los conductores? Un primer paso será fijarnos en el consumo y las emisiones a la hora de comprarnos un vehículo, o, si el bolsillo nos lo permite, pasarnos a la faceta eléctrica o a la bicicleta siempre que podamos. No solo por un tema de salud y de tener una entorno limpio, sino también para conseguir ciudades para poder pasear sin alborotos.