Adiós a las gasolineras

'Limpio' y práctico, así es este escúter eléctrico alemán

SERGI MEJÍAS / Barcelona

BMW ha apostado fuerte por la electricidad como energía alternativa. El i3 y el i8 son buenos ejemplos en coches que tienen su continuidad en las dos ruedas con el C Evolution. Estéticamente, cuenta con un diseño muy logrado aunque lo realmente interesante es lo que no vemos. Para hacernos una rápida idea, hay que destacar que disfruta de una autonomía de 100 kilómetros, la velocidad máxima está limitada a 120 km/h, pesa solo cinco kilos más que el C 650 GT y se puede conducir con el carnet de coche.

Una vez a su grupa, y después de sortear un puente en las piernas algo elevado, nos encontraremos con una pantalla de TFT que indica en todo momento el nivel de carga de la batería, así como la autonomía y el modo de conducción, además de otros datos como la velocidad. Pulsando un botón se puede elegir entre los modos Dymaic, Road, Sail y Eco Pro, que se diferencian por la forma de entregar la potencia y la retención al cortar gas, ya que se aprovecha para recargar las baterías.

CON MARCHA ATRÁS Para ponerlo en marcha basta con girar la llave y dar al botón de arranque como en cualquier moto, aunque el Evolution no hace ruido. Para maniobrar en parado cuenta con una práctica marcha atrás, mientras que al empezar a rodar sorprende gratamente, además del silencio, la suavidad de la respuesta al acelerador y la capacidad de circular a muy baja velocidad. Si necesitamos acelerar bastará con abrir gas; el Evolution acelera como ningún otro escúter del mercado. La frenada y la estabilidad son buenas, a pesar de que los kilos se acaban notando en una conducción alegre. Por suerte, el control de tracción y el ABS, de serie, son toda una ayuda.

Detalles como la luz diurna de serie, el freno de estacionamiento (que se acciona al poner el caballete lateral) y la posibilidad de guardar un casco integral bajo el asiento aumentan el atractivo de este escúter.  Debe ser entendido como un vehículo eléctrico, es decir, ideal cuando nuestros desplazamientos son rutinarios y los tenemos controlados, como ir de casa al trabajo, después al gimnasio y regresar a casa, ya que de esta manera sabemos dónde podremos cargar las baterías.  En la medida en que aumenten  los puntos de carga, crecerán sus posibilidades.

El tiempo de recarga de la batería podría ser mejor, ya que tarda cuatro horas en lograr el 100% de la carga y 2,45 horas, el 80%, en un enchufe normal. En caso de disponer del cargador rápido, en una hora se logra la carga máxima. El precio, 15.350 euros, lo convierte en una opción tan exclusiva como limpia.