La sequía de Lewandowski o porqué la cantera siempre es esperanza para el Barça

El delantero polaco apenas lleva 8 goles en Liga esta temporada, con sólo tres tantos en las últimas 14 jornadas. Hace dos cursos sumaba 30 a estas alturas.

El bajón de rendimiento del polaco es una de las explicaciones por las que el Barça se mantiene alejado de los puestos de cabeza en LaLiga.

La esperanza para los culés pasa por la chavalería de la cantera, que en las últimas jornadas está demostrando descaro y también puntería.

FC BARCELONA / GIRONA

FC BARCELONA / GIRONA / Siu Wu

Betfair

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El FC Barcelona cierra 2023 con la misma sensación de incertidumbre creciente que ha ido manchando su temporada, ésa que en Liga lo deja alejado de la cabeza que ocupa el Real Madrid y un sorprendente Girona. El bache azulgrana se explica por muchos motivos, pero en la simplificación de las áreas se encuentra buena parte del dilema. Los culés defienden con menos efectividad y marcan menos. Un problema, el del ataque, con un nombre en la diana (Lewandowski) y una solución en la mente: la cantera, siempre la cantera.

Esa solución, insisten en Can Barça, debe llegar cuanto antes. Porque, de no enderezar el rumbo y refrescar su dinamita, lo normal es que siga alejado de sus principales objetivos. Al menos según Betfair, aunque alejados de esas posiciones elevadas de la tabla, el equipo mantiene posibilidades sensatas de ganar el título, con una probabilidad implícita del 14%.

Además, en Betfair no dudan de que los culés se clasificarán sí o sí para la Champions de la próxima temporada, opción que más de una voz pesimista empezaba a colocar como objetivo real para este curso. Los azulgrana (como el Real Madrid) ni cotizan. Esto es, se da por seguro que el equipo de Xavi estará la temporada que viene en la máxima competición continental.

En busca del gol perdido

 

La situación del gol azulgrana es llamativa. Los azulgranas llevan sólo 34 dianas, con (por este orden) Girona, Real Madrid o Atlético por delante. No es lo normal. Tampoco que el máximo goleador azulgrana a estas alturas (Lewandowski) sólo lleve ocho tantos y el segundo, apenas tres. Son Ferrán Torres y Joao Félix. El bagaje es escaso y la preocupación, grande, porque todo ese torrente perdido pasa sobre todo por las botas del mismo Lewandowski.

Al polaco no se le ve con la puntería de antaño y su participación en el juego del equipo es menor también. Desde el 26 de septiembre, en los últimos 14 partidos, sólo ha sido capaz de ver puerta tres veces: su doblete al Alavés y el gol que le hizo al Girona en la derrota 2-4 de los catalanes. A estas alturas la temporada pasada ya había marcado 18 goles entre todas las competiciones y un año antes, el último que militó en el Bayern, el polaco había anotado 30. La comparativa es llamativa. También la situación de un jugador con contrato todavía hasta 2026 (lo que resta de temporada y dos más), 35 años en su DNI y un salario creciente curso tras curso.

La cantera como esperanza

 

En medio de este escenario, aparece la cantera como esperanza de un Barça que precisamente está encontrando en la chavalería parte del gol que no termina de encontrar. Se ha visto en el amistoso que ha disputado para cerrar año en Dallas ante el América de México, un partido que acabó en derrota (2-3), pero que tuvo dos goleadores canteranos. Igual que en las últimas jornadas, donde alguno de los integrantes de La Masía ha aparecido para devorar con hambre las porterías contrarias.

En el caso del Barça, la mirada a las inferiores no es sólo nostalgia, sino también utilidad. De hecho, de la última crisis azulgrana han salido figuras ahora intocables, casos de Araujo, Gavi o Balde, por poner algunos ejemplos. Sucede que en ataque suele ser más complicado encontrar dinamita si se mira atrás, pero no sería la primera vez que el filial emerge para rescatar al equipo en la parte más ofensiva. Más allá de Messi, el caso más paradigmático, otros nombres como Pedro, Luis García, Gabri, Roger u Óscar son ejemplos de chavales que desde los 90 han ido trufando las plantillas para aportar gol en momentos puntuales y con más o menos regularidad.

Una solución que ahora podría retomarse, pero siempre con el apoyo de las figuras ya presentes en el equipo. Esa fórmula mixta permitiría al FC Barcelona recuperar el tono y, de paso, sentirse de nuevo candidato a todo, un cartel que, ahora mismo, no termina de perder, pero tampoco de creerse.