Raúl González se asoma al abismo del descenso con una Fábrica atascada

El Real Madrid Castilla está cerca de los puestos que lo mandarían de Primera RFEF a Segunda RFEF. Sus últimos resultados invitan poco al optimismo

Ocurre que, además, el filial no está sirviendo para nutrir al primer equipo. Casos como los de Nico Paz o Álvaro han quedado como meras anécdotas

El Castilla de Raúl, a la deriva

El Castilla de Raúl, a la deriva / Valenti Enrich

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Raúl González Blanco, leyenda del Real Madrid y entrenador del Real Madrid Castilla (filial blanco) no es un tipo acostumbrado al fracaso en la expresión más rotunda de su significado. En fútbol, pocos fracasos como el descenso. Sucede que esta temporada irregular en Primera RFEF, el segundo equipo blanco está precisamente asomándose a un precicipio que tiene al entrenador en alerta máxima. La opción de que los merengues pierdan la categoría ha dejado de ser una amenaza, para ser una realidad potencial dentro de una cantera que, además, últimamente no produce talento como antaño. La Fábrica (así se le conoce) está atorada.

La derrota ante el Recreativo de Huelva ha dejado al Castilla a sólo tres puntos del descenso. La racha merengue es para hacérselo mirar. De los últimos cinco partidos, el Castilla sólo ha conseguido cuatro puntos de los 15 en juego. No es la primera vez. Recientemente ya vivió algo parecido cuando, en un rush de seis encuentros, sólo logró un punto. El resto fueron todo derrotas. Los fogonazos de esperanza cada vez son menos en un equipo que teme perder la categoría. Aunque eso no es lo peor de todo.

Sin crisis no hay paraíso

Porque, cuando este tipo de crisis deportivas emergen, cuando un filial de un equipo grande se asoma al precipicio, es cuando se hace fuerte el discurso de que, en verdad, las categorías inferiores no tienen como objetivo competir, sino nutrir al primer equipo. Ocurre que el Castilla tampoco está cumpliendo esa máxima. Más allá de fogonazos aislados y chavales a los que se le mira con la esperanza de futuro (Lucas Cañizares en la portería es quizá la más estable), poco presente está aportando el conjunto de Raúl al que dirige Carlo Ancelotti.

No ayuda que los mayores están atravesando un buen momento de forma. Tanto es así, que en las apuestas de Betfair ya se da por descontado que ganarán LaLiga con una probabilidad implícita del 99%. Habitualmente las grandes hornadas de jugadores emergen precisamente en escenarios de complicación. Que se lo pregunten al Barça, que en los últimos años de crisis, sin apenas capacidad económica, ha tenido que mirar a las inferiores con notable éxito. Casos como los de Gavi, Fermín o Abde demuestran que los malos tiempos suelen ser buenos para las inferiores.

Chavales a cuentagotas

Ha habido algún amago de brote verde, como Nico, chaval de 19 años que en Champions, ante el Nápoles en la fase de grupos, marcó un gol que dio esperanzas. Fue apenas un fogonazo. Apenas ha disputado 128 minutos repartidos en ocho partidos (ocho ratitos) que tuvieron en Copa, ante la Arandina, su máxima expresión. Entonces disputó 70 minutos. Pero desde entonces (seis de enero) no ha tenido presencia con los mayores.

Algo parecido le sucedió a Álvaro Rodríguez la pasada temporada. Cuando este chaval de 19 años se estrenó como delantero en el primer equipo dejó notas de calidad que hicieron pensar en que podría tener continuidad con los mayores. De hecho, siguió una senda similar a la de Raúl en su debut: asistencia en su debut y gol una jornada después ante el Atlético de Madrid. Ancelotti, sin embargo, se ocupó de enfriar las expectativas que se pusieron sobre él, y aunque anunció que haría la pretemporada, no viajó en verano con los mayores. Este curso sólo ha tenido tres minutos con el primer equipo.

Una barrera hasta para Güller

Nada sorprendente si se tiene en cuenta que el Real Madrid firmó a Arda Güller por unos 20 millones de euros, pero que esta temporada apenas acumula 98’ en competiciones oficiales. Cierto es que sus lesiones lo han frenado, pero no menos cierto es que este talentoso mediapunta turco no termina de entrar en los planes de Ancelotti, en parte, por la altísima competencia que tiene en el puesto. Un proceso idéntico, pero multiplicado en el caso de los canteranos, que en muchas ocasiones deben salir a foguearse en otros equipos para retornar.

Para el curso que viene podría seguir esa senda Rafa Marín, cedido ahora en el Alavés y que apunta a ‘fichaje’ merengue para el eje de la defensa. Es en la retaguardia donde más canteranos están encontrando huecos para lucirse en la última década, con casos como los de Carvajal, Nacho, Fran García o Lucas Vázquez como mejores ejemplos.