Pellegrini ya otea a Serra Ferrer para poner en el Betis guinda europea a su carrera

Manuel Pellegrini luce 70 años de escandalosa juventud en un pasaporte que traiciona su espíritu vital inagotable. El entrenador del Betis ha congelado en formol su éxito para seguir aspirando a la excelencia casi dos décadas después de aterrizar por primera vez en Europa. Una trayectoria impecable de resultados magníficos a la que, sin embargo, le falta la guinda de alcanzar un título continental. El transcurrir de la temporada con los andaluces invita al optimismo de ver al ‘Ingeniero’ poniendo guinda perfecta a una carrera para enmarcar.

Cierto. Pellegrini ya ganó un título europeo. Pero era menor. La Intertoto precisamente de 2004, el año que llegó al Villarreal. Era aquel un trofeo raro creado por UEFA que se disputaba en verano y que en verdad servía de puertas para jugar la antigua Copa de la UEFA, ahora Europa League. Algo así como transformar las rondas previas en un torneo. Nada que ver con la posibilidad de ganar la Europa League misma, algo que, viendo la trayectoria de este Betis.

No sería descabellado. En las apuestas de fútbol de Betfair los andaluces caminan de tapados, con una probabilidad implícita baja del 4%. Con el Liverpool desatado en la competición y el Leverkusen de Xabi Alonso navegando viento en popa, es normal. Bueno para el Betis que las miradas se centren en otros. Así venció precisamente el Villarreal su Europa League al tumbar al que entonces era favorito, el Manchester United. A estas alturas de competición, el Submarino tenía incluso menos opciones en las apuestas deportivas. Nada está perdido, ni mucho menos, para el Betis.

Pellegrini ya es historia

Un Betis que, además, ya ronda lo histórico aunque sea por la autopista de lo estadístico. Si no pierde en Praga su siguiente partido de Europa League igualará la mejor racha de partidos consecutivos sin perder de los andaluces en el siglo XXI. Ahora lleva 13 sin caer. Desde 2001, el récord lo tiene Juande Ramos con 14 encuentros sin caer en 2002. Claro que en la historia del Betis, la mejor racha es la que tuvo Lorenzo Serra Ferrer en 1997, cuando engarzó 14 duelos sin caer aquel curso en el que los andaluces se colaron en la final de Copa. Cayeron ante un Barça que sufrió mucho para vencer a su enemigo verdiblanco en el Bernabéu.

El caso es que dos partidos más y Pellegrini ya será historia estadística del Betis. Una muesca más que poner a su revolver de éxitos. Porque en Heliópolis ya ha logrado algunos hitos. Pro ejemplo, ser el entrenador con más de 100 partidos dirigidos al Betis que tiene mejor porcentajes de triunfos: 49,7%. En partidos dirigidos es el sexto y, si no hay vuelcos en la temporada, acabará muy cerca del top 3 que ocupa el húngaro Szusza, que dirigió 198 partidos a los andaluces en los 70 entre Primera y Segunda. Pellegrini suma 167, todos en la élite. Necesita 31 más. En liga le restan 24, más los que juegue en Europa y Copa. Sea como fuere, es un entrenador histórico para los andaluces.

A la sombra del Sevilla

Lo mismo sucedió en Villarreal o Málaga, pero en ambos proyectos, similares en cuanto a objetivos y ambiciones al de este Betis, le falto siempre la última guinda. Los títulos europeos. Y eso que en ambas ciudades adoran su rendimiento. De hecho, lo adoran sobre todo por gestas europeas, como meter al Villarreal en semis de la Champions o al Málaga en cuartos. En ambos casos fueron eliminados con mala suerte. El Submarino, por un penalti fallado por Riquelme y en los boquerones, por un arbitraje nefasto en Dortmund.

Con el Betis esa espina de ganar títulos se la quitó con la Copa del Rey de 2022, pero su anhelo es el de intentar llevar al equipo un paso más allá en una ciudad que ha vivido bajo el dominio de los títulos europeos del Sevilla desde hace casi dos décadas. Precisamente acabar delante de los de Nervión es otra de las metas de un técnico que, pese a sus 70 años, sigue dando lecciones de fútbol. Un genio de la pizarra al que sólo le falta una guinda continental para subir al último peldaño del olimpo de entrenadores sudamericanos a este lado del charco.