Pellegrini y Aguirre, viejos rockeros contra la ‘excepción ibérica’ en LaLiga

Anda la temporada 2023-2024 en España desperezando sus equipos para iniciar en breve el curso que arrancará con las toallas y sombrillas invadiendo aún el litoral patrio. El 11 de agosto comenzará un campeonato con fuerte sabor nacional. Al menos en sus banquillos, territorio vetado para las pizarras extranjeras salvo en la excepción de cuatro nombres ilustres. A saber: Carlo Ancelotti, Diego Pablo Simeone, Javier Aguirre y Manuel Pellegrini. El resto de los otros 16 equipos tienen a técnicos españoles al frente. Otra muestra más del potencial que tienen los técnicos amamantados en LaLiga.

Foto fija (luego llegarán los ceses, las ideas y venidas…) que se hace especialmente relevante en los dos últimos. En Aguirre y Pellegrini. Primero, por cuestión de edad. Ni el mexicano, ni el chileno están precisamente en el inicio de sus carreras. Tiene el entrenador del Mallorca ya 64 años (“Pues ya algunos me ven como un viejo”, bromea de vez en cuando) y 69 el del Betis.

Pellegrini, a por Herrera

Ha sido precisamente Pellegrini noticia en estos días por haber alcanzado acuerdo para renovar con los verdiblancos hasta… ¡2026! Esto es, tres temporadas más de ‘don Manuel’ (con permiso de Lopera) en Heliópolis. De cumplir su contrato, acabaría su vínculo luciendo ya 72 años, al borde de los 73. Los cumple en septiembre. Sería de récord.

El entrenador más veterano en entrenar en España fue Helenio Herrera (todos de pie) a la nada despreciable edad de 71 años. El argentino (autor de la famosa frase “Jugamos mejor con 10 que con 11”) llegó casi a los 1.000 partidos desde que comenzó su carrera de técnico, allá por 1948 en el Real Valladolid, hasta su último equipo, el Barça en 1980. Precisamente Pellegrini y sus 69 años suponen el segundo entrenador más veterano de LaLiga. A sus espaldas, 1.437 partidos entrenados y el anhelo de seguir haciendo historia.

Por ahora, el Ingeniero ya consiguió el curso pasado devolver al Betis a la Europa League y, por momentos, soñó incluso con la Champions. Por ahora, en los pronósticos de Betfair el Betis aparece para la temporada que está por llegar como el 7º favorito al título (67€ por euro apostado), lo que sitúa a los del Villamarín de nuevo en la órbita europea. Buen augurio para un equipo que maneja equilibrios entre altas y bajas y que se mueve en el alambre de un límite salarial siempre farragoso.

La mano de Manuel se sigue notando, como ya ha sucedido en todos sus proyectos, especialmente en el Villarreal (aquellas semifinales de Champions) o en el Betis (aquella Copa del Rey). Con el City también ganó una Premier en 2014. Su única espina clavada fue no triunfar en aquel primer Real Madrid galáctico de Cristiano Ronaldo frente a un Barcelona lanzado que le valió el puesto para dar entrada a Mourinho.

Aguirre, ‘viejo zorro’ salvador

La carrera de Javier Aguirre no está tan trufada de títulos, pero sí de milagros. Sólo así se explica que el preparador mexicano haya sido hacedor de salvaciones que parecían imposibles en Zaragoza, Espanyol y Mallorca. El único descenso de su carrera sucedió en Leganés y entonces se quedó a un gol (o un penalti) de lograrlo contra todo pronóstico. En aquel último partido de la temporada post pandemia los pepineros empataron a dos contra el Real Madrid en un partido polémico por un mano de Jovic que no se señaló como penalti. De haberse castigado y marcado, quizá ahora otra salvación épica formaría parte de su currículum.

Una carrera extensa que en España está teniendo una segunda parte allá cuando nadie la esperaba. Precisamente su fichaje por el Leganés lo rescató del anonimato. Un movimiento que no era el prioritario. Los pepineros tenían un acuerdo con Poyet para ser relevo de Mauricio Pellegrino, pero a última hora le rebajaron la oferta salarial y el uruguayo se marchó. Finalmente Aguirre fue el escogido. E hizo un buen curso pese al descenso.

Previa parada por Monterrey, donde convirtió a los Rayados campeones de la Champions de la Concacaf, volvió a enrolarse en el Mallorca para salvar en nueve partidos a los bermellones y, la temporada pasada, darles un curso de calma y sin apuros. Casi un trofeo en un Mallorca que ha vuelto a confiar en su sapiencia (y su verborrea picarona, y su pillería eterna) para repetir gesta y continuar dando argumentos que explique que el DNI en los banquillos no entiende edades. Sólo de rendimientos.