El Olympiacos de Mendilibar rompe la maldición balcánica

Pese al enorme talento de la región, hasta el título de Olympiacos en la Conference League sólo otros dos clubes habían conseguido un título continental

El primero en lograrlo fue el Steaua de Bucarest, campeón de Europa en 1986. Lo siguió el Estrella Roja de Belgrado con el mismo título en 1991

Olympiacos, campeón de la Conference League

Olympiacos, campeón de la Conference League / AP

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José Luis Mendilibar, entrenador del Olympiacos, ya siempre será eterno en este histórico del fútbol europeo. También será eterno en Grecia y, por extensión, en los Balcanes. Lo que ha hecho el técnico vasco, flamante ganador de la Conference League, es una hazaña. No sólo por haber levantado un título europeo frente a equipos de mucho mayor potencial que el suyo, sino por haber otorgado a Grecia el primer título continental que jamás haya levantado un equipo heleno. De hecho, toda la región es una maldición. En la historia de las cuatro competiciones europeas más importantes, sólo tres conjuntos han logrado levantar algún trofeo continental.

Se estrenó como campeón continental con origen balcánico el Steaua de Bucarest, que en 1986 le ganó al Barça, en Sevilla, la Copa de Europa. Después le siguió el Estrella Roja de Belgrado, que en 1991, hizo lo propio ante el Olympique de Marsella precisamente en una final disputada en Atenas. Desde entonces, ningún otro equipo balcánico había logrado un título europeo. Ambos, rumanos y serbios eran los únicos. Hasta ahora que el Olympiacos de Mendilibar ha hecho algo más que historia.

Llamativa contradicción que, con el peso de las grandes ligas, parece que seguirá perpetuándose. Lo de los griegos, salvo sorpresa seguirá siendo excepción que, sin embargo, podría no repetirse en el caso de los combinados nacionales, donde ahí, sí, hay más esperanzas. De hecho, para esta Eurocopa cuatro países balcánicos acudirán a la cita (Albania, Croacia, Rumanía y Serbia) con opciones de dar guerra, especialmente con la mirada puesta en Croacia, a la que las apuestas de Betfair dan opciones de ser semifinalista, con una probabilidad implícita del 16,7%.

Mucho talento, pocos títulos

La sequía continental de títulos continentales en esta región resulta llamativa. Seguramente sean los Balcanes una fuente de talento inagotable, especialmente en el plano individual, de donde han salido alguno de los mejores talentos del fútbol moderno y no tan moderno.

Cabe recordar que la Península de los Balcanes está integrada por once países: Albania, Bosnia y Herzegovina, Bulgaria, Croacia, Eslovenia, Grecia, Macedonia del Norte, Montenegro, Serbia, Kosovo y Rumania. Incluso una parte de Turquía está integrada dentro de este fenómeno geográfico que ha dado otros fenómenos futbolísticos.

El elenco puede ser interminable: desde Modric o Suker con Croacia, hasta Dzeko con Bosnia, pasando por Zahovic en Eslovenia, Charisteas en Grecia, Stoichkov en Bulgaria, Mijatovic en Montenegro, Savicevic con Serbia o Hagi con Rumanía. Ocurre que, pese a ser una región de alta pasión por el deporte, la alta atomización regional impide ser fuertes en lo que a talento colectivo se refiere, tanto en clubes, como en selecciones.

Decadencia futbolera

En los primeros, cuando Yugoslavia todavía era un país unificado, conjuntos como el propio Estrella Roja o el Partizan de Belgrado (finalista de la Copa de Europa en 1966) eran capaces de llegar lejos en el Viejo Continente. Como selección, la misma Yugoslavia apuntaba maneras como candidato a ganar grandes trofeos hasta que la desintegración lo evitó.

El testigo lo recogió Croacia, subcampeona del Mundo en 2018 y tercera en 1998. Sin embargo, su potencial como país jamás lo ha trasladado a sus clubes. Lo mismo ocurre con Bulgaria (tercera en el Mundial de 1994) o Rumanía (cuarto finalista en aquella cita). Grecia ganó la Euro en 2004, pero jamás había visto ganar a uno de sus clubes un trofeo continental.