El Mallorca, un no tan sorprendente finalista de Copa

El Real Club Deportivo Mallorca ha conseguido colarse en la final de la Copa del Rey siendo capaz de eliminar a la Real Sociedad en la tanda de penaltis.

RCD Mallorca - Girona

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El Real Club Deportivo Mallorca ha conseguido, contra todo pronóstico, eliminar a la Real Sociedad y clasificarse para la final de la Copa del Rey. El equipo ‘txuri-urdin’ era el claro favorito en la eliminatoria, y más después del partido de ida que terminó con el resultado de empate a 0 y con el añadido de disputar la vuelta en casa, en Anoeta, pero Javier Aguirre supo jugar perfectamente sus bazas, y tras un tremendo ejercicio de supervivencia, su equipo pudo doblegar a su adversario en la fatídica tanda de penaltis.

Y esta clasificación vale su peso en oro para el Mallorca. En primer lugar, por motivos obvios, tener la posibilidad de ganar el título. Y después en segunda instancia, por lo que supone y puede suponer. Y es que, si gana la Copa, el conjunto mallorquinista disputará la próxima temporada competición europea, y lo que ya es seguro, es su presencia en la próxima edición de la Supercopa de España. El conjunto bermellón, premio económico aparte, tendrá el privilegio de codearse con los más grandes de nuestro fútbol, al menos con el Real Madrid que prácticamente ha asegurado su participación en Arabia, si atendemos a los pronósticos de Betfair, que dan a los blancos una probabilidad implícita del 95,23% de ganar la Liga. Otro caso bien diferente es el del FC Barcelona que ahora mismo se quedaría fuera de la competición al ser tercero en la clasificación por detrás del Girona. Eso sí, a tan solo ya dos puntos.

Es por tanto un auténtico éxito lo que ha conseguido el técnico mexicano Javier Aguirre esta temporada con el conjunto balear, aunque no se trate de algo sin precedentes, puesto que el Mallorca va a disputar este 6 de abril en el estadio de la Cartuja, la cuarta Final Copera de su historia.

Su primera vez

Fue hace 33 años, en la temporada 90-91 y su rival fue el Atlético de Madrid. La gran final se disputó en Madrid, en el estadio Santiago Bernabéu y un jovencísimo Miguel Ángel Nadal era el emblema del equipo, actuando en el centro del campo, con otro clásico, Lorenzo Serra Ferrer en el banquillo. El partido resultó un choque tremendamente igualado y un solitario tanto de Alfredo Santaelena en la prórroga acabó danto el triunfo a los rojiblancos, que levantarían así su séptimo trofeo de la historia. Los aficionados mallorquinistas se quedaron con la miel en los labios, pero orgullosos de su equipo, que habían peleado de tú a tú ante todo un Atlético de Madrid.

El Barça, rival en la segunda final

Seguramente, muchos aficionados del conjunto balear creyeron que nunca más iban a ver a su equipo disputando una nueva final de Copa, pero nada más lejos de la realidad, tan solo seis años después, en 1998, el Mallorca volvió a repetir. Esta vez en Valencia, en Mestalla, y con el Barça en frente.

Todo empezó maravillosamente bien para los intereses mallorquinistas, ya que en el minuto cinco ya se pusieron por delante en el marcador gracias a un tanto de Stankovic, pero en el segundo tiempo, Rivaldo puso las tablas en el electrónico. El partido se pondría aún más cuesta arriba debido a las expulsiones de Mena y Romero, que dejarían al equipo con nueve jugadores para disputar la prórroga, pero aún así, el equipo dirigido por Héctor Cúper fue capaz de llevarlo a los penaltis, donde eso sí, terminarían sucumbiendo ante los azulgranas, perdiendo así su segunda final.

A la tercera fue la vencida

Pasaron cinco años, y otra vez el Mallorca pudo disputar otra final (año 2003). Aquel equipo, dirigido por Gregorio Manzano había sido capaz de golear al Real Madrid de los galácticos en las semifinales y esta vez tendrían enfrente a un rival, mucho más modesto que en las dos ocasiones anteriores, el Recreativo de Huelva.

Los problemas llegaron antes del choque, porque el Mallorca tuvo que lidiar con la Federación Camerunesa para liberar a su estrella Samuel Eto’o de la Copa Confederaciones y poder disputar el encuentro. Como no podía ser de otra manera el club lo logró y el camerunés se convirtió en el gran protagonista consiguiendo anotar un doblete, que junto a otro gol de Pandiani sellaron un brillante 3-0, que supuso el ansiado primer título de la Copa del Rey de la historia del Mallorca.