¿Dónde está mi Kovacevic?

La Real Sociedad vive uno de sus momentos de mayor gloria en las últimas décadas con excelentes resultados en España y reflejo en Europa.

RCD Mallorca - Real Sociedad

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Betfair

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El contraste es llamativo. Sobre todo, por infrecuente. La Real Sociedad anda como un tiro. Los txuri-urdin encadenan quizá uno de los momentos gloriosos de su historia desde que a principios de los 80 ganaran dos Ligas consecutivas. Ahora el equipo de Imanol Alguacil ha vuelto a abrir la exclusa de los títulos (ganó la Copa del 2020) y también ha superado otras barreras. La de la Champions League es la más llamativa.

El equipo acabó primero en su grupo por delante de Inter, Benfica o Salzburgo y ahora retará al PSG con la vuelta en Donosti. Panorama atractivo en el que, obvio, la Real irá a dar la sorpresa. En las apuestas de fútbol de Betfair que hay asalto al Parque de los Príncipes se le da una probabilidad implícita del 20%. Opciones que crecerían de tener algo más. De ahí el contraste. Porque los vascos están logrando todos estos éxitos sin un ‘9’ destacado. Sin una referencia estrella. A este equipo le hace falta un Darko Kovacevic.

Un legado único

Palabras mayores, es cierto. Kovacevic hay pocos. O ninguno. El delantero serbio fue, para quien no lo conozca, caudillo del gol de la Real a finales de los 90 y principio de los 2000. En 284 partidos marcó 107 goles. Es el cuarto máximo goleador de la Real y el primero extranjero en esta lista que lideran Satústregui, López Ufarte y Ontoria. Lo logró en dos etapas: del 96 al 99 y del 2001 al 2007. Desde entonces, el equipo donostiarra no ha vuelto a encontrar nada parecido, esto es: un delantero estrella que domine el área con la contundencia que lo hacía el balcánico.

Especialmente en la última década. Lo han intentado algunos futbolistas que han dejado huella, pero sin la profundidad de Kovacevic y en roles diferentes. Sucedió con Griezmann y Carlos Vela. Juntos formaron una dupla admirable, pero que no llegó a cuajar con el poso y peligro que le ponía a cada partido el serbio. Además, coincidieron en una época en la que la Real sufría más de la cuenta. También rozó ese rol de delantero referente William José, ahora en el Betis y con un buen registro de 62 goles en 170 partidos. Pero jamás logró consolidarse en un rol de estrella absoluta. De galáctico con vistas a la playa de la Concha.

Se busca ‘9’ en La Concha

Ahora el papel de goleador en la Real lo ejerce un delantero que no es un ‘9’. Tampoco es un ‘10’ al uso, como luce en su dorsal. Mikel Oyarzabal (95 goles en 331 partidos) es leyenda con presencia en el área, pero sin ser ese ‘9’ resolutivo que ahora se echa en falta. Y no es la primera vez se añora esta figura en los últimos tiempos.

En la actual campaña ese papel de ariete lo deberían completar Sadiq y André Silva. Pero el nigeriano y el portugués están lejos de lo que deberían. Especialmente el primero, al que la lesión grave de rodilla que sufrió le apartó del camino del gol al que parecía destinado apenas firmó por el equipo por 20 millones desde el Almería.

En curso anteriores Sorloth amagó con ser ese heredero de Kovacevic… pero se quedó por el camino sin ser un referente ofensivo. Algo más lo logró Isak, pero su venta al Newcastle evitó que echara raíces triunfales en Donosti. Juanmi, Agirretxe, Bautista… la lista de nombres que lo han intentado es tan eterna como la nostalgia que genera Kovacevic entre los aficionados de la Real, que miran a su futuro con la duda de saber si sería todavía más glorioso con un ‘9’ al estilo del balcánico.

Una solución compleja

Claro que ahora encontrar y retener esa figura quizá es más complicado que antaño. Ahora la internacionalización de un mercado global hace que se haya incrementado el número de equipos con capacidad económica que pescan en el mismo caladero que la Real. Y cuando los vascos han encontrado algún jugador capaz de convertirse en ese referente mítico, ha terminado haciendo las maletas rumbo a otro destino y por cantidades importantes de dinero.

Sucedió con Isak o Griezmann. No es sencillo, pero la Real tampoco desiste. Forma parte de un espíritu combativo que está llevando, entre otras virtudes, al equipo a cotas elevadas de éxito y buenos resultados. Y todos pese a no contar con un ‘Kovacevic’ en su plantilla.