Garnacho, la esperanza del United es de Madrid

El joven atacante del Manchester United (19 años) es de los pocos argumentos optimistas que mantienen los diablos rojos en su búsqueda por ir a la Champions.

Garnacho celebra su doblete y el tercer tanto definitivo de su equipo en Old Trafford

Garnacho celebra su doblete y el tercer tanto definitivo de su equipo en Old Trafford / AP

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Lleva años el Manchester United siendo espacio habitual para las esperanzas vaporosas. Apenas surge algún pequeño motivo de ilusión, se desvanece tan rápido cómo ha llegado. Por eso si algún rayo de luz dura más de dos suspiros, es objeto de idolatría en Old Trafford. En ese proceso se encuentra Alejandro Garnacho (19 años), una esperanza de bandera argentina, pero nacida en Madrid a la que la Albiceleste ha reclutado a toda velocidad ante el miedo de que España lo reclamara para sus inferiores.

Porque Garnacho no nació en ninguna ciudad argentina, sino en Madrid. Su papá es español y su mamá, argentina. Por la vía del pasaporte materno (en España está permitida la doble nacionalidad sólo de países que fueron una vez colonia española) es por donde el chaval ha abierto la puerta a una participación en vigente campeona del mundo no carente de polémica. Con los mayores ya ha competido en tres partidos: dos amistosos ante Australia e Indonesia y un partido oficial ante Bolivia.

Todo apariciones fugaces, pero suficientes para que el chaval no piense en un cambio de bandera, algo que tras el cambio de la normativa FIFA en 2020 aún sería factible, pero poco improbable. Cabe recordar que Garnacho ya fue internacional sub-18 con España, pero esta participación no invalidaba la posibilidad de ir con la absoluta de Argentina. Además, poco después fue llamado con la sub-20 argentina, con la que ha jugado en cuatro ocasiones.

Esas primeras llamadas con la Selección Argentina generaron revuelo porque, en un intento de adaptarse al entorno, Garnacho incluso forzó el acento argentino. De natural, su acento es de castellano tirando a castizo puro. Haberse criado en el cinturón sur de la capital aporta ciertos tonos más que inidentificables. Sea como fuere, aquel no fue más que un proceso adaptativo ajeno a lo deportivo. Porque Scaloni y sus compañeros lo recibieron de brazos abiertos. Como si hubiera nacido en el barrio de la Boca.

Esperanza de Champions

Quizá es esa mezcla de ADN argentino y cultura de barrio española la que le ha otorgado un estilo de juego peculiar, cargado de descaro sobre el que se cimenta buena parte de la ilusión del Manchester United por acceder a puestos que den derecho a jugar competiciones Europeas e incluso la Champions League. En las apuestas de fútbol de Betfair no le dan muchas opciones, pero aún no pierden las esperanzas. Cotiza a una probabilidad implícita del 10,5%, con Tottenham y Villa por delante en las cuotas para hacerse con la cuarta plaza. Las tres primeras parecen sí o sí asignadas al City, Liverpool y Arsenal.

El caso es que buenas partes de las opciones de llegar arriba dependen de Garnacho y su juego, ése que suma ya siete goles esta temporada. Dos de ellos para estrenar febrero frente al West Ham, uno de los equipos que, como el United, aspira a un milagro europeo. Por ahora, las estadísticas del chaval son mejores que las de la temporada pasada, cuando hizo cinco goles y dio cuatro asistencias en su estreno como jugador de los Red Devil de pleno derecho con la primera plantilla.

¿Líder de una generación?

Su talante descarado y juego vertical (a veces también cargado de provocación) lo han convertido ya en un ‘bad boy’ típico de la Premier con incluso ramificaciones hacia el resto de jugadores de su generación que juegan en el United. Hay medios incluso que hablan de los ‘Garnacho Boys’ como si de una potencial Quinta del Buitre se tratara. No es casual toda vez que el United siente mucha vinculación con los chicos que han emergido de su Academia.

Garnacho no se crío en ella, sino que antes de su salida en 2020 a Manchester siendo un juvenil se formó en las inferiores del Getafe y del Atlético de Madrid. Aun así, en Manchester lo consideran un canterano más que ahora genera esperanzas por lograr el objetivo de jugar, una temporada más, la Champions League en esa eterna búsqueda de la esperanza estable en la que parece haberse zambullido el Teatro de los Sueños.