Vingegaard se viste de Indurain en el Tour con una contrarreloj marciana

El danés superó a Tadej Pogacar en la jornada decisiva sacándole 1:39 en la teórica disciplina en la que el esloveno es intratable.

Vingegaard se viste de Indurain en el Tour con una contrarreloj marciana

Vingegaard se viste de Indurain en el Tour con una contrarreloj marciana / SPORT

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Muchos todavía están asombrados y no es para menos. Jonas Vingegaard se disfrazó de Miguel Indurain tres décadas después en el Tour de Francia. El ciclista danés hizo la mejor contrarreloj de su carrera deportiva para dejar encarrilada su segundo victoria global en la ronda gala. El líder del Jumbo hizo la que para muchos es la mejor prueba contra el crono del siglo XXI.

Vayamos por partes. Vingegaard quitó una espinita que tenía clavada todo su equipo con Tadej Pogacar después de que el esloveno le arrebatase la victoria del Tour de 2020 a Primoz Roglic en una contrarreloj de similares características y de forma sorprendente. El líder de UAE ganó en una crono que terminaba en el alto de la Planche de las Belles Filles y en esta ocasión perdió gran parte del Tour de 2023 en una tremenda ascensión a Combloux.

Pogacar estuvo súper ganando al resto de mortales y si Vingegaard no hubiese existido habría sacado más de un minuto a todos sus rivales en 22,4 kilómetros. El problema para el esloveno es que su antagonista competía también y le dejó completamente en la estacada, quedándose a escasos segundos de doblarle en una prueba donde las diferencias se dispararon. "Creía que llevaba el medidor de watios roto", dijo el danés al ver su tremendo ritmo.

Vingegaard completó esa distancia con una velocidad media de 41.227 km/h, mientras que Pogacar sólo pudo hacerlo a 39.260 km/h. La barbaridad que hizo el danés se cuenta en que rodó 10 km/h más rápido que varios ciclistas que tomaron parte en la crono. Este registro es calificado por muchos como una auténtica marciana: sacó más de tres minutos a campeones de la disciplina como Remy Cavagna o Kasper Asgreen.

Hasta el impotente Wout van Aert se tuvo que quitar el sombrero a la llegada de su compañero a meta y eso que fue tercero a 2:51 de Vingegaard. El belga, ganador de una docena de carreras contra el crono, vio incrédulo como su compañero le endosaba la mayor cantidad de tiempo en un prueba de este tipo desde que es ciclista profesional.

Nivel Indurain

Sin duda, los paralelismos de esta tremenda exhibición nos llevan a retroceder a los tiempos de Miguel Indurain. El navarro, junto a Jacques Anquetil, fue el mejor contrarrelojista que ha conocido el Tour de Francia en su historia y su leyenda se cimentó especialmente en dos cronos donde cosechó un resultado igual de extraterrestre que Vingegaard y que le sirvieron para sellar sus victorias en la ronda gala.

La primera marcianada de Miguelón tuvo lugar en 1992 en la contrarreloj de Luxemburgo. El cinco veces ganador del Tour cosechó una ventaja de tres minutos exactos sobre el segundo clasificado, Armand de las Cuevas, en una prueba que constaba de 65 kilómetros llanos de recorrido. Indurain sacó más de cuatro minutos a ganadores del Tour como Greg Lemond o Stephen Roche, mientras que a los escaladores les hundió en la miseria. Chiappucci acabó a 5:26, Fignon a 6:01 y Breukink a 6:15 en dicha exhibición.

Miguel tenía el listón alto de aquella ocasión, pero en 1994 se pasó el juego con otra crono para la historia que le valió el apodo del 'Tirano de Bergerac', localidad donde terminaba la etapa. En una contrarreloj de 64 kilómetros le endosó a Tony Rominger -el hombre que luego le quitaría el récord de la hora- la friolera de dos minutos.

El resto de mortales entró a más de cinco minutos del navarro con los favoritos desangrándose en esa crono. Piotr Ugrumov -segundo a la postre en la general- se dejó 6:04, Chiappucci entró a ocho minutos, Zülle a nueve, Virenque a 10 y Pantani a 11. Lo más icónico de aquella prueba fue cómo Indurain dobló como si fuese un cohete al entonces campeón del mundo Lance Armstrong, quien perdió la nada despreciable cifra de 6:23.

Vingegaard protagonizó en apenas 22 kilómetros una gesta que se puede equiparar a lo que Indurain conseguía en su día. El danés nunca jamás había destacado en exceso en esta prueba hasta que ha llegado al día D mostrando un nivel reservado para los elegidos. Sólo nos queda la duda de saber si Remco Evenepoel, ausente en el Tour, le hubiese podido aguantar el pulso.