¿Por que la Serie A es la liga más divertida de Europa?

De un tiempo a esta parte el catenaccio que tanto estigmatizó al fútbol italiano durante las últimas décadas ha pasado a mejor vida. Los goles son ahora la seña de identidad de la Serie A

betfair

Hubo un tiempo en que el fútbol italiano no lo veían ni sus propios compatriotas. Pese a contar con algunos de los mejores jugadores del mundo, el catenaccio había conseguido poner el talento bajo sospecha dejando rienda suelta a un tipo de fútbol poco vistosos y muy agresivos. Leyendas como Maradona, Van Basten, Roberto Baggio, George Weah, Zidane, Ronaldo Nazario, Del Piero o Totti jugaron sus años de plenitud futbolística rodeados de defensas y centrocampista que hicieron todo lo posible por impedir que sus cualidades saliesen a la luz.

Italia colapsó hace una década y media con el Moggigate. Aquel escándalo que llevó a la Juventus a Segunda también generó una crisis de desconfianza en la competición. De las estrellas rutilantes del pasado, los grandes equipos se convirtieron en cementerios de elefantes como demostró el Milán a finales de la década de los 2000 reuniendo a los peores Ronaldinho y Ronaldo. Esa imagen prevaleció en un fútbol italiano que cayó hasta los infiernos por no saber modernizarse a tiempo.

En 2016, se produjo un hecho relevante con la contratación de Gian Piero Gasperini por parte de la Atalanta. A pesar de que perdió cuatro de los cinco primeros partidos, la Dea sorprendió a propios y extraños con un estilo de juego completamente inusual para el fútbol italiano jugando al ataque sin cuartel durante esa temporada y como consecuencia alcanzando un inaudito cuarto puesto en la clasificación al término de esa competición. Promediaron casi cuatro goles por partido y encajaron una media de dos. Los iconoclastas del catenaccio empezaban a ir al psicólogo.

Lejos de ser criticado por su innovación, los elogios le empezaron a caer a un Gasperini que importó con éxito su modelo incluso alcanzando las semifinales de la Champions League. Muchos equipos pequeños se animaron a imitar un estilo de la Atalanta como experimentaron con éxito el Sassuolo o el Hellas Verona. La escuela Gasperini se expandió por Italia como un virus y la gente aplaudió el hecho de volver a ver buen fútbol y goles, aunque hay incluso algún que otro crítico que intenta cargarle el 'muerto' de los malos resultados de Italia a nivel de selecciones -se quedaron fuera del Mundial 2018 y están en la repesca del 2022-, pese al reciente triunfo en la Eurocopa.

Jugar a marcar goles sin especular tiene sus evidentes beneficios y también sus perjuicios. Lo que es un hecho es que la Serie A ve en cada partido 3,06 goles, mientras que la Liga española disfruta de 2,42. La diferencia es evidente con los marcadores elevados cada fin de semana y también en las opciones de vender unos highlights que en Italia crecen cada día más como se puede observar en su potente canal de YouTube. Hace 10 años nadie hubiese sido capaz de pronosticar la recuperación meteórica de una competición donde el 2-2 es ahora el resultado más repetido en lugar del 1-0 de antaño.