Mbappé vive en sus carnes la magia del Bernabéu

El francés vio cómo el Real Madrid les apeó de la Champions League con una segunda parte mágica en el Bernabéu. Y todo en presencia de sus padres en el palco.

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Si tenía una mínima duda, a Kylian Mbappé se le disiparon todas en la noche del miércoles en el Santiago Bernabéu. El delantero francés vio con sus propios ojos cómo se las gasta el Real Madrid en las grandes noches europeas y, en cierta medida, le gustó mucho lo que vio. El ariete hizo un partidazo marcando el único gol del PSG, anotando otros dos que fueron anulados por fuera de juego y dejando una sensación de peligro constante convirtiéndose en la mayor pesadilla para la defensa blanca.

Mbappé hizo un alarde de profesionalidad ante su futuro club intentándolo absolutamente todo para ganar la eliminatoria y viendo cómo en un abrir y cerrar de ojos sus esperanzas se iban al traste. El Real Madrid funcionó como una manada de leones que arrinconaron a su presa y la devoraron en poco más de 15 minutos con tres goles. El Bernabéu puso el viento a favor, Benzema los goles, Modric el talento y Camavinga una presión asfixiante que desconectó por completo al bueno de Kylian. Y todo con los padres del jugador sabiendo el porqué de su empeño por vestir la camiseta del 13 veces campeón de Europa.

Parecía imposible que al PSG se le fuese a escapar la eliminatoria tras cuajar una gran primera mitad en la que fue un cuchillo a la contra logrando un gol con Mbappé y obteniendo las mejores ocasiones. El Madrid, sin embargo, supo guardarse lo mejor para el final siendo fiel a los valores del club. No perdió la fe en la remontada en ningún momento como demostró Benzema robándole la cartera a Donnarumma en el primer gol blanco, o cómo Rodrygo hizo lo propio en el tercero madridista.

El equipo blanco puso sobre la mesa esa esencia que caracteriza a las remontadas imposibles que han registrado a lo largo de su historia en competiciones europeas. La tradición se remonta a la época de Di Stéfano, pasando por la 'Quinta del Buitre' y hasta en la época de la Séptima las hubo. El Bernabéu dio una dosis de madridismo a un Mbappé que no olvidará con facilidad porque vio con sus propios ojos que el dinero muchas veces no puede comprar el espíritu ganador y la tradición.

El Real Madrid no sólo ganó los octavos de final al Paris Saint Germain, sino que se aseguró el fichaje de un Mbappé al que no le debe quedar ninguna duda de cuál es su sitio. Al-Khelaifi y compañía harán lo posible para que se quede, pero el espíritu ganador de un club no se puede adquirir por muchos campeones de Champions que consigas reunir. Esa conclusión es la que se llevó Mbappé de su visita Bernabéu y lo vivió en primera persona tras hacer lo imposible por clasificar al PSG.