Luis Enrique, perdónanos porque hemos pecado

España se clasificó para la final de la Liga de las Naciones de la UEFA venciendo por 1-2 a Italia. Fue la venganza perfecta contra la campeona de Europa con una dirección magistral de Luis Enrique desde el banquillo

Fue la venganza perfecta contra la campeona de Europa con una dirección magistral de Luis Enrique desde el banquillo

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Al César lo que es del César. Luis Enrique ha vuelto a pintar la cara a sus críticos con una exhibición al alcance de muy pocos equipos. Ya lo ha venido advirtiendo el Lucho en los últimos tiempos tras golear por 6-0 a Alemania, alcanzar las semifinales de la Eurocopa y ahora devolviéndonos a una final de un torneo internacional ocho años después. La selección española es un equipo de AUTOR y Luis Enrique su novelista principal. ¿Quién demonios iba a confiar en un chaval que ni ha jugado 300 minutos en Primera División como Gavi para darle la titularidad con 17 años y 60 días ante la todopoderosa Italia.

Este es un mero ejemplo de la personalidad de un Luis Enrique que asaltó el jardín de uno de sus grandes fantasmas, Mauro Tassotti, quien defendió la camiseta del AC Milán durante 17 temporadas. El asturiano clavó la bandera en el centro de San Siro con un fútbol atrevido y moderno donde destacó la movilidad de sus puntos volviendo loco a Bonucci -acabó expulsado- y posteriormente a Chiellini. Oyarzabal y Ferrán, asistente y goleador respectivamente en dos secuencias eléctricas, son dos ejemplos que con confianza Luis Enrique convierte un Haas en un Mercedes salvando las distancias automovilísticas.

Porque Italia no se presentaba a la cita como una birria ni mucho menos. Venía con el equipo que había sido campeón de Europa tres meses antes en Wembley ante Inglaterra, que sumaba una racha de 37 partidos sin conocer la derrota y con los ojos ensangrentados tras ver cómo España ya les dio un baño de juego en su último envite. Los nuestros no vacilaron ni lo más mínimo dominando el partido táctica y posicionalmente ante un rival al que le podía haber caído un saco.

Luis Enrique, lejos de cortarse, sacó a los jóvenes como Bryan Gil o Yéremi Pino para que se fogueen en grandes escenarios antes de lo que nos espera dentro de un año en Qatar. Ambos cumplieron con creces y permitieron al técnico sacar pecho sobre su palabras del día anterior. "No os leo porque creo que sé más de fútbol que la mayoría y porque tengo más información que vosotros. No hay una opinión que pueda leer que me pueda interesar. No tengo noticias de las críticas porque no leo, no os escucho. Así que para mí es la misma lista de siempre. Me genera lo mismo. Confío en lo que traigo", dijo el técnico defendiendo a los que hoy le encubraron.

Este domingo, España tiene la oportunidad de volver al mapa futbolístico mundial de la mano de Luis Enrique. El técnico ha conseguido que en tres ratos España no juegue como un combinado nacional, sino como un equipo trabajado y serio. Los méritos de unos y otros están claros. Muchos echarán fuego por la boca por el carácter del seleccionador, pero todo en la vida hay que reconocerlo más pronto que tarde. No hay excusas. Luis Enrique es nuestro jugador franquicia. Y eso que no estaban ni Morata, ni Gerard Moreno ni Ansu Fati...