Croacia vuelve a sorprender: Los viejos rockeros nunca mueren

Estaba claro que el Croacia - Japón de octavos de final sería el partido que iba a definir qué equipo sería la alternativa a las grandes favoritas en el Mundial de Qatar. Dos selecciones a priori menores, pero que ya habían demostrado que podían derrotar a cualquiera. Y los penaltis decidieron: Luka Modric y los suyos, adelante.

Croacia y Japón estuvieron muy igualados, pero en la tanda de penas máximas no hubo color. Livakovic se vistió de ángel y se convirtió en un muro. El guardameta del Dinamo de Zagreb, de 27 años, realizó una actuación al alcance de muy pocos.

Paró tres de los cuatro penaltis que le lanzaron. De hecho, solo hay dos precedentes de tres penaltis detenidos en una tanda: Ricardo (Portugal) en 2006 ante Inglaterra y el también croata Subasic en el pasado Mundial ante Dinamarca. Ahora, Croacia se medirá a la Brasil de Neymar en un partido que, esta vez sí, parece muy difícil de superar.

Sin embargo, los ajedrezados ya han demostrado en muchas ocasiones que no son un buen equipo al que fiarse. En el último Mundial, en 2018, acabaron llegando a la final cuando todos pensaban que serían otras selecciones las que alcanzarían ese hito.

Subcampeones del mundo

En Rusia, la víctima de Croacia en octavos fue Dinamarca, también en penaltis, para después eliminar a la anfitriona en cuartos. ¿Cómo? En la tanda de desempate también. Especialistas absolutos en este tipo de situaciones. En semifinales, frente a la todopoderosa Inglaterra, vencieron por 2-1.

Aunque luego en la gran final no pudieron con Francia (4-2), esto es solo un aviso para Brasil de que Croacia ya sabe lo que es ir de sorpresa en sorpresa, a pesar de que sus mejores jugadores son algo mayores. Luka Modric, sobre todo, a sus 37 años, que sigue estando entre los mejores del mundo.

Junto a él Perisic, con 33 años; Domagoj Vida, también con 33; Kramaric y Brozovic, que también alcanzan la treintena, son las grandes estrellas de un combinado que también ha encontrado en jóvenes como Gvardiol a su contrapunto. El central del RB Leipzig está siendo uno de los más destacados y ya ha llamado la atención de los grandes de Europa a sus 20 años.