Las 3 peleas más salvajes de la historia del baloncesto

La tangana en el Real Madrid-Partizán pasa a engrosar la lista negra del baloncesto europeo con hasta 21 jugadores expulsados.

Las 3 peleas más salvajes de la historia del baloncesto

Las 3 peleas más salvajes de la historia del baloncesto / SPORT

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El mundo del baloncesto asistió este jueves a una pelea sin precedentes en la Euroliga. Y eso que no fue en una de las canchas más calientes. Una falta de Sergio Llull sobre Kevin Punter desencadenó una pelea que terminó con 21 jugadores expulsados y el partido finalizado pese a quedar 1:40 para la conclusión, otorgándole la victoria a un Partizan que ganaba en ese momento por 80-95.

El segundo partido de la eliminatoria de cuartos de final entre españoles y serbios ha entrado por derecho propio a la lista de tres peleas más salvajes que ha vivido el baloncesto en toda la historia. El parte de guerra dejó a Dante Exum con una lesión en el tendón del pie que le dejará fuera el resto de la temporada.

El alero australiano, que fue agredido salvajemente por un Yabusele que se enfrenta a una suspensión de uno a cuatro años, fue el que salió peor parado de una pelea en la que el capitán Llull no estuvo a la altura. El base propinó un puñetazo en el pecho -fruto de la frustración- a la estrella rival, desencadenando la pelea posterior.

Musa, estrella madridista, se fue a por Punter y éste le soltó una lluvia de puñetazos al aire con algunos impactando en una cara que quedó enrojecida. Por fortuna para todos, la pelea no fue más allá de dentro de los límites de la cancha, pese a que algunos jugadores del Partizán se marcharon lanzando besos a la grada del Real Madrid.

La Euroliga hará públicas en las próximas horas sanciones ejemplares a diversos jugadores actuaron fuera de la ley. La organización continental nunca había vivido una pelea de estas dimensiones y se espera que, como mínimo, varios de los jugadores de Chus Mateo no puedan viajar el martes a Belgrado para un tercer choque que será caliente como nunca.

Australia vs. Filipinas: 2018

Siguiendo el orden cronológico de las peleas más salvajes que ha vivido el baloncesto mundial, encontramos una que tuvo lugar en 2018 en los clasificatorios para el Mundial de 2019. Australia y Filipinas estaban jugando un partido que iban dominando los oceánicos por 78-49.

En ese momento, el australiano Daniel Kickert soltó un codazo sin venir a cuenta a un jugador filipino. El equipo asiático saltó como un resorte a la cancha y la pelea fue una batalla campal donde hubo puñetazos, patadas voladoras, rodillazos y hasta sillas de por medio.

Tras analizar las imágenes, los árbitros decidieron expulsar a 10 jugadores de Filipinas y a tres de Australia por comportamiento antideportivo, pero siguió disputándose el encuentro. Filipinas, con apenas tres jugadores de campo, forzó la finalización del choque cuando se quedaron con sólo un jugador de campo al final del tercer periodo.

Este bochorno supuso sanciones duras para el seleccionador Vicent 'Chot' Reyes, quien hizo una recordada rueda de prensa rajando de la FIBA y sus normas. Lo cierto, es que ni los árbitros se libraron de ser retirados una larga temporada de las canchas tras permitir que se reanudase el choque tras una pelea que fue sencillamente brutal.

Pistons vs. Pacers (Malice at the Palace): 2004

La mayor tangana de la historia de la NBA se produjo en un partido de temporada regular de 2004/05 sin aparentemente nada en juego. Detroit e Indiana se la tenían jurada de los Play-Offs de la temporada anterior y ajustaron cuentas al final del partido cuando los Pacers iban ganando por 82-97 ante los locales.

Ron Artest cometió una falta totalmente desmedida contra Ben Wallace a pocos segundos del final y ahí se desencadenó una pelea en la que el alero de Indiana se fue contra el público agrediendo a varios espectadores, mientras éstos le lanzaban todo tipo de refrescos y comida.

En medio de la cancha, Ben Wallace y Jermaine O'Neal intercambiaban una lluvia de puñetazos. El balance total fueron 146 partidos de suspensión para todos los implicados (137 para jugadores de Indiana y 9 para jugadores de Detroit) y 11 millones de dólares en suspensiones de sueldo.

El mayor afectado de todos fue un Ron Artest que no volvió a jugar esa temporada y que quedaría marcado para el resto de su carrera como un jugador que pierde los estribos. El alero pasó de ser un All-Star a convertirse en un jugador de rol. Por suerte para él, enrolarse en los Lakers fue la mejor decisión de su vida puesto que pudo ganar un anillo de campeón y redimirse de aquella mancha.