Una década sin gigantes o cuando la Copa del Rey fue sólo territorio de modestos

Hubo un tiempo en el que la Copa del Rey era espacio para humildes. Territorio de grandes gestas que parecían ajenas a los más grandes de nuestro fútbol, que casi despreciaban el torneo del KO y lo veían más como estorbo que como título al que aspirar. Fue así como se inauguró la que se podría bautizar como la década de Copa sin gigantes, diez años en los que el torneo del KO no fue ganado ni por FC Barcelona, ni por Real Madrid, ni por Atlético de Madrid. Entre 1999 y 2009 los campeones fueron otros.

Un espacio de reivindicación modesta que ahora el torneo aspira a recuperar, aunque sea mezclando una de cal y otra de arena. Esto es, la ausencia de los equipos que disputan la Supercopa (habitualmente los más grandes) en estas fases iniciales del torneo evita sorpresas que agita el modelo de duelos a partidos único.

Fue así como precisamente se produjeron algunos de los campanazos más sonados del torneo, como la eliminación del Real Madrid a manos del Toledo en El Salto del Caballo o la del FC Barcelona de Van Gaal a manos del Novelda. Pero esos tropiezos son, cada vez más, cosas del pasado. Las eliminaciones del Real Madrid ante el Real Unión, (2008), Alcorcón (2009) y Alcoyano (2021) son ramalazos de una Copa que cada vez deja menos espacio a sorpresas. Sirva como referencia que en las apuestas de fútbol de Betfair Real Madrid, FC Barcelona y Atlético lideran los pronósticos a ganador. Las probabilidades implícitas de un triunfo de los tres se mantienen similares a las de la disputa de LaLiga, donde rondan entre el 70% del Real Madrid y el 9% del Atlético de Madrid.

Una Copa más repartida

Pero hubo un tiempo en el que no fue así. No sucedió hace tanto tiempo. Aquella década de dominio modesto en el torneo del KO la inauguró el Valencia, que en la final de 1999 venció al Atlético de Madrid (3-1, golazo de Gaizka Mendieta). Desde entonces, y hasta 2009, cuando el FC Barcelona de Guardiola ganó al Athletic la Copa para inaugurar su histórico sextete, los campeones fueron Valencia (dos veces), Espanyol (dos veces), Zaragoza (dos veces), Deportivo de la Coruña, Mallorca, Betis y Sevilla.

Eran tiempos diferentes, en los que el glamour de otros torneos (Liga y Champions, fundamentalmente) eclipsaba el esfuerzo de los gigantes por batallar por la Copa. Aunque alguno rozó conseguirla, como el Real Madrid, al que el Deportivo aguó la final que se jugó el día de su centenario (6 de marzo de 2002) en su estadio. El famoso Centenariazo (1-2) fue espina clavada de una temporada en la que, al menos, los merengues elevaron al cielo la Octava Champions con el golazo de Zidane. También la rozaron en 2004, pero el Real Zaragoza de David Villa tumbó al equipo galáctico de Carlos Queiroz, con Beckham, Ronaldo, Zidane, Figo, Raúl o Roberto Carlos poblando la plantilla merengue. Aquel fue el inicio del fin en una temporada que acabó con uno de los peores cierres madridistas de la historia.

Hazañas modestas y el amago del Getafe

Pero esta década de Copa sin gigantes también escondió otras historias de hazañas. Como el título que en 2000 le ganó el Espanyol al Atlético con el famoso gol de Tamudo, ése que le quitó casi literalmente de la mano a Toni, portero colchonero, cuando se disponía a sacar un balón en largo. O las finales de 2003 y 2005, que midieron a Mallorca y Recre y Betis y Osasuna respectivamente en sendas fiestas del fútbol moderno. Equipos poco acostumbrados a los títulos peleando por ser protagonistas en el baile de los grandes.

El Getafe fue, de hecho, uno de aquellos humildes que casi se cuela entre los conjuntos modestos que levantaron una Copa del Rey. Jugaron dos finales consecutivas ante Sevilla (derrota 1-0 en el Bernabéu) y Valencia (derrota 3-1 en el Calderón) que no engrosaron sus vitrinas, pero sí la leyenda de un equipo que aquellos años incluso reto al Bayern de Múnich en la UEFA. Precisamente uno de sus verdugos, el Sevilla, comenzó a hacerse más grandes impulsado no sólo por los éxitos en Europa, sino también por sus andanzas en una Copa del Rey que sirvió de catapulta a un proyecto que entonces ni se imaginaba lo que lograría tres lustros después.

Vuelta al dominio de los grandes

Pero con la llegada de Guardiola al FC Barcelona y el pique con el Real Madrid elevó el interés de los gigantes de nuestro fútbol por la Copa del Rey, ésa que los blancos celebraron en 2011 por todo lo alto porque precisamente se la arrebataron al todopoderoso equipo azulgrana. Así, desde 2009 hasta ahora, Real Madrid y FC Barcelona se han repartido la mayor parte de los títulos, con siete para los culés y tres para los blancos. El Sevilla, el Valencia, la Real, el Atlético y el Betis, con un título para cada uno, han sido los únicos capaces de colarse en este duopolio que, durante una década, fue anécdota. Ahora la Copa busca nuevos humildes que subirse al relato de éxito que siempre ha gustado abrazar este torneo.