Carlos Alcaraz, un tenista ‘canalla’ y ‘estrella pop’ en el US Open

El murciano sigue destrozando rivales con un tenis fresco y burbujeante que marida acciones espectaculares con toma de decisiones arriesgadas

Con el paso de los partidos, Alcaraz está empezando a reducir distancias en favoritismo con Djokovic mientras se agiganta el fenómeno fan que lo envuelve.

Carlos Alcaraz

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Betfair

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Carlos Alcaraz juega y enamora. Y en un tenis post Big Three, con Rafa Nadal en duda y Djokovic perfilado en modo devorador de mundos, no se sabe muy bien qué es más importante. Si lo primero o lo segundo. Versión de estrella al cuadrado que está luciendo con inteligencia al otro lado del charco en el US Open.

Flashing Meadows ha acogido a su vigente campeón con aires renovados. Como si, siendo el mismo jugador que se hizo con su primer grand slam hace un año, fuera, diferente. Ayuda haber ganado Wimbledon, tener a Djokovic como rival a batir después de dos ediciones ausentes y el nuevo toque canalla que Carlitos está imprimiendo a sus partidos y sus intervenciones. Ahora, en Nueva York, es casi tratado como una estrella del pop que llena gradas merced a un juego épico, pero también a su carácter desenfadado y fresco.

Un tenis burbujeante y canalla


En el juego, Carlos domina todas las suertes del juego con un burbujeante tenis cargado de espectáculo. Verle es observar algo más que la gestión excelente y académica de un partido de tenis. No, hay algo más. Transgresión controlada con la raqueta que le hace ejercer golpes cuando el guion de la ortodoxia dice que no toca. Sus globos o dejadas en la red son buena muestra de ello.

Le sobra calidad para ejercerlos, pero también descaro para hacerlo en las circunstancias más imprevistas. Ya sea con una bola de break amenazando su servicio o buscando cerrar sets y partidos. Esa faceta descara de un juego imprevisible es lo que le hace ser peligroso. Y también atractivo para el espectador que busca el juego delicioso mezclado con algo de picante y burbujas.

Normal que, con el paso de las fases, la distancia en los pronósticos de Betfair entre el favoritismo de Djokovic y el de Alcaraz se haya ido recortando. Ahora el serbio es el máximo candidato, con una cuota de 1.91, pero Alcaraz le pisa los talones con una cuota de 2.6. La distribución del cuadro y el juego exhibido por ambos impiden que haya una alternativa seria sobre la pista dura de Nueva York. Las siguientes opciones son Medvedev (cuota 10.0) y Zverev (cuota 18.0). No hay mucho más que añadir.

Desparpajo juvenil


O quizá sí. Que más allá de lo que suceda en los partidos, Carlos también ya nuevo ídolo del tenis por cómo gestiona sus gestos antes, durante y después de esos encuentros. En la previa todo lo afronta con desparpajo insultantemente sereno, que, sin alcanzar la sobradez, se mueve en la confianza plena. No le importa admitir que es favorito a ganar el torneo y cuando se le pregunta por la comparativa con los grandes, con Nadal, Federer y el mismo Nole, no responde con resortes manidos, si no que mira al reto de intentar acercarse a ellos con calma. Sin alardes. Luego, durante los partidos, su química con el público especial. Le gusta conectar con ellos, jalearse y reír. Como si estuviera todavía jugando en el Real Club de Tenis de Murcia o haciendo ‘parkour’ urbano por las calles de su Palmar natal.

Sin pudor para dar el cante


Carlos tiene todavía mucho de crío feliz al que las responsabilidades no le agobian el gesto. Bueno para el star system, ése en el que tampoco le importa zambullirse cuando le piden fiesta. En este US Open ya dejó muestra de ello cuando, tras ganar uno de sus primeros partidos, no le importó cantar la canción ‘Vagabundo’ del colombiano Sebastián Yatra delante de una pista central que aplaudió el gesto (que no el tono, su voz no es tan afilada como su raqueta) con el mismo Yatra delante.

Ese desparpajo que ya demostró en la previa del torneo, durante los actos del llamado ‘US Open Fan Week’ (jugó una exhibición con Yatra de compañero ante el francés Tifoe y la estrella gala de la NBA Jimmy Buttler) le ha hecho ganarse adeptos que, en una hipotética final ante Djokovic, podrían decantarse por el español gracias a esa bocanada de aire fresco que representa.