Carlos Alcaraz desvela una de sus manías y preocupa a su entrenador

A su entrenador no le gusta que Carlitos mire tanto el teléfono móvil durante los torneos

"Como un chico de 20 años, tengo muchísimas cosas que mejorar; el tema del teléfono es una de ellas", admite Alcaraz

Carlos Alcaraz, campeón de Wimbledon

Carlos Alcaraz, campeón de Wimbledon / AFP

SPORT.es

SPORT.es

La victoria en Wimbledon ante Novak Djokovic ha acabado de situar bajo los focos a Carlos Alcaraz. Desde entonces, y quizás también algo antes, el mundo entero quiere saber a qué hora se levanta, a qué hira se acuesta, qué come y cuáles son las manías del murciano.

Pues bien, una de ellas, de las manías de Carlitos, la reveló su entrenador, Juan Carlos Ferrero, en varios medios en la previa de la final de Wimbledon: le gusta demasiado mirar el teléfono móvil.

"Le aconsejé que estuviese más aislado del teléfono, de todo lo que se dice del partido y de todo lo que le llega", explicó Ferrero. "Todo este tipo de informaciones que se dan en el día previo a la final. Que si este es muy bueno o que él es muy bueno, o que si gana el primer juego no sé qué, si gana el primer set no sé cuanto. Todas esas cosas, indirectamente, no acaban de ayudar... no sé si al final lo conseguiremos, porque es un poco batalla perdida", reflexionó el bueno de su entrenador.

"Juan Carlos siempre me dice que no me acueste tarde y que deje el teléfono", reconoció Alcaraz a 'Relevo' después de Wimbledon. "Tengo que mejorar. Como un chico de 20 años, tengo muchísimas cosas que mejorar, el tema del teléfono es una de ellas". Genio y figura, Carlitos.

El entrenador valenciano desveló en 'Relevo' que antes de la gran final en 'La Catedral del Tenis' intentó que Alcaraz evitase distraerse con el teléfono móvil.

"Todo este tipo de informaciones que se dan en el día previo a la final... Que si este es muy bueno o que él es muy bueno, o que si gana el primer juego no sé qué, si gana el primer set no sé cuanto... Todas esas cosas, indirectamente, no acaban de ayudar", comentó.