Se busca reemplazo para Iago Aspas

A sus 36 años para 37, el delantero gallego ha sido clave en la salvación de un Celta que deberá empezar a pensar en un recambio dentro de no mucho

El ariete termina contrato en 2025 y por edad (estará al borde de los 38) la lógica dice que no le quedará mucho. Aún así, su rendimiento sigue siendo excelente

Aspas sí quiere al Celta en Primera

Aspas sí quiere al Celta en Primera / Agencias

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Hay algo en las dinastías que convierte el relevo generacional en cuestión complicada. Nunca es fácil encontrar el reemplazo ideal a un monarca, especialmente si todavía no ha abdicado y si el objetivo de su reinado es el gol. Claro que a Iago Aspas, en Vigo, lo conocen no como Rey, sino como Príncipe. El de las bateas. Para el caso, es lo mismo. La complejidad del relevo aplica igual que si luciera corona. No será sencillo para el Celta hallar un nuevo referente. El reloj apremia. La tarea urge.

No, Iago Aspas no se ha retirado. A sus 36 años al de Moaña le queda aún cuerda para rato. Contractualmente hablando, doce meses más. En 2025 finaliza el vínculo que tiene el ariete con su club de toda la vida. Para entonces rondará los 38 años. Los cumple el 1 de agosto, el mes en el que inician todas las temporadas. Como si el destino ya lo hubiera predestinado para respirar fútbol, en lugar de oxígeno.

Bajada de números

El caso es que el Celta ha festejado este curso el centenario con una nueva permanencia en Primera (complicada, eso sí) que ha sostenido en el tramo final de temporada en el liderazgo de su capitán y número ‘10’. No ha sido una campaña especialmente fructífera para él en la búsqueda del gol.

De hecho, por primera desde 2011 marcó menos de 10 tantos. Nueve en concreto. Con diez asistencias, eso sí. Generosidad que demuestra su rol cambiante, pero igualmente de peso. Aún así, no le ha dado para ir a la Selección que en la Euro es, según las apuestas de Betfair, cuarta candidata al título, con una probabilidad implícita del 12,5%.

El portazo a las puertas con España no es más que otra muestra de que empieza a tocar cambio de ciclo en un equipo que ha vivido demasiado pegado a los tantos de su referente en ataque. La opción del relevo con el ariete todavía en activo, sin haber abdicado, asunto algo más fácil, pero igualmente complejo. Primero, porque Aspas sólo hay uno. Segundo, porque rendimiento como el suyo tampoco sobran. La combinación resulta compleja, pero no imposible de restituir.

Lo primero, se podría solventar mirando a casa, esto es, tratando de encontrar en la cantera algún reemplazo que aporte esa dosis de celtismo que el ‘10’ inocula en cada jugada que hace. En cada balón que toca. Un criterio, el de buscar ‘Galiza Calidade’ que podría habitar en Hugo Álvarez. 

Hugo Álvarez y Gabri Veiga

Este chaval, de apenas 20 años, ha sido la buena noticia final con la que el Celta ha puesto broche a su temporada. Referente ofensivo en el Celta Fortuna (el filial del Celta) su gol y asistencia para el triunfo gallego ante el Athletic, con el que se sellaba la salvación, ha provocado oleada de mensajes que se atrevían a situar a este chico como el heredero de Aspas. Quizá demasiada responsabilidad para su edad y su trayectoria. Aunque también puede ejercer de motivación para construir su propia carrera. Ocurre que en Vigo tampoco quieren hacerse demasiadas ilusiones toda vez que el que parecía que iba camino de ser reemplazo de Iago en esa representación casi como estandarte del Celta acabó haciendo las maletas y yéndose a Arabia Saudi. Gabri Veiga, aunque en una posición diferente, la de medio centro, estaba llamado a ser ídolo local. Pero el club le abrió pronto las puertas de salida para mejorar la economía de la entidad y su partida al calor de una gran oferta económica provocaron un desencanto que lo descartó para el encargo de reemplazar a Aspas aun incluso en caso de (parece ser) improbable retorno.

Con todo y con eso, el Celta seguirá tratando de moldear algún nuevo ídolo que sea capaz de hacerse cargo de la gigantesca responsabilidad que supone, ya no sólo ser el líder de un histórico como el Celta, sino hacerlo reemplazando a un mito como es Iago Aspas. Nunca es fácil encontrar reemplazo a un monarca. O, en este caso, a un príncipe.