Brahim, solución Champions al vértigo de jugar sin Bellingham en el Real Madrid

El atacante hispano-marroquí fue uno de los jugadores más destacados de la última edición de la Champions. Sin Jude, lesionado, podría tener hueco.

En el Real Madrid su protagonismo se ha ido diluyendo sin tener muy claro el por qué. Ancelotti apenas le ha dado minutos sueltos y engarza tres duelos sin jugar.

En el Milan era líder ofensivo de un equipo que quiso retenerlo, pero no pudo. Participó en 15 goles (siete que marcó, ocho que asistió), algunos clave.

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El Real Madrid afrontará la visita del Braga en la cuarta jornada de la Champions League con la tranquilidad de saber que tiene encarrilado su pase a la siguiente fase. Los blancos sólo necesitan un punto para estar en la primera fase. Autoridad que se evidencia en los pronósticos de Betfair, donde ejercen como tercer candidato al título (13% de probabilidades implícitas) sólo por detrás de Bayern y City.

Sucede que este duelo ante el Braga se vivirá también con desasosiego porque su máxima figura, Jude Bellingham, será seria duda para un partido que (lo normal) es que no juegue por una luxación en el hombro derecho. El inglés se lesionó ante el Rayo y Ancelotti podría apostar por la prudencia, aunque en el horizonte emerge la duda de saber quién hará las veces del ‘5’ merengue visto que, sin su participación goleadora, este Real Madrid se siente huérfano.

Muchas son las miradas que se dirigen al banquillo y aun futbolista infrautilizado esta temporada que, paradojas del fútbol, la pasada temporada tuvo una relación idílica con la máxima competición continental, pero que en la actual Champions sólo suma 10 minutos de presencia testimonial. Brahim Díaz, uno de los fichajes del Real Madrid el pasado verano tras tres temporadas cedido en el Milan espera turno con el anhelo de ser importante como lo fue precisamente con los rossoneri.

Excelso en Milan, desaparecido en Madrid

 

Aquel Milan llegó a semifinales y, liderado por su juego de llegada y pegada, soñó con una final que finalmente fue para el vecino del Inter. Pero clasificaciones aparte, el torneo de Brahim fue sobresaliente. No tanto en los números, pero sí en las sensaciones. Brahim sólo hizo un gol. Fue para darle la victoria en la ida de octavos. Suficiente para clasificar a su equipo. El duelo en Italia acabó 1-0 y en Londres terminó con empate a cero. Así que, sí, númericamente escasa, pero clave fue aquella aportación de este futbolista de origen marroquí que, salvo sorpresa, comenzará a competir con la selección norteafricana después de ver que con España lo tiene complicado.

Pese a sólo marcar un gol en Champions, Brahim fue catalizador del juego ofensivo del Milan. Su entrenador, Stefano Pioli, lo idealizaba y aprovechaba cada pregunta sobre el chaval (apenas tiene 24 años) para deshacerse en elogios hacia él. “Está creciendo muchísimo”, decía en a previa de recibir al Nápoles en cuartos. El técnico admitía que le habría encantado retenerlo y que, lejos de lo que pudiera aparentar su aspecto aniñado y tímido, le encantaba sentir la presión. “Se está convirtiendo en un futbolista de nivel absoluto”, le repetía.

Bajo aquel paraguas de protección, Brahim brillaba. Justo un día después, en ese partido ante el Nápoles, fue nombrado MVP del partido. Ya entonces el Real Madrid tenía claro que lo repescaría como potencial jugador de ataque recambio de cualquiera de los elementos ofensivo que maneja Carlo Ancelotti. Porque en su versatilidad de posición también reside parte del éxito del chico.

Tres partidos seguidos sin jugar

 

El problema es que, retornado a Madrid, Ancelotti no le ha dado el protagonismo que se esperaba. En Concha Espina sabían que Vinicius, Rodrygo, Bellingham e incluso Joselu podrían estar por delante, pero anhelaban que Brahim jugara más. No ha sido así. Por ahora sólo ha disputado 9 partidos y sólo uno de titular. Fue ante Las Palmas y marcó uno de los dos goles del Real Madrid. El resto de sus participaciones han sido testimoniales.

Tanto, que desde el banquillo lo máximo que ha jugado han sido 20 minutos, en el derbi frente al Atlético de Madrid. Más allá del choque en el Metropolitano, presencias testimoniales que, por cierto, no se repiten desde el 21 de octubre, cuando salió en el 88’ ante el Sevilla en el Pizjuán. Lleva tres partidos seguidos sin pisar el verde: no compitió ante el Braga en Portugal, ni tampoco ante el Barça en el Clásico o frente al Rayo en el Bernabéu. Y eso que, contra los Vallecanos o contra los culés, el Real Madrid necesitaba remontar resultados adversos.

Pero Ancelotti no cuenta (al menos eso parece) con Brahim para el corto plazo inmediato. “La idea es irle dando minutos”, dijo después de ganarle a Las Palmas con un tanto suyo. Pero aquella idea se ha desvanecido. Ahora, con la baja forzada de Bellingham y Vinicius, Rodrygo o Joselu secos de gol, las miradas se dirigen hacia esta perla con buena relación con la Champions y rendimiento suficientemente excelso en el Milan (participó en 15 goles la temporada pasada, nueve la anterior y diez en su primera salida a Italia) como para reclamar alguna oportunidad más en el Santiago Bernabéu.