La restricción de líquidos desaparecerá en 2024 en el aeropuerto del Prat

Pronto, los viajeros experimentarán un cambio significativo en uno de los procedimientos habituales de cada vuelo. A partir de 2024, la preocupación por los líquidos y las computadoras en las maletas durante los controles de seguridad en el Aeropuerto de Barcelona se volverá obsoleta. Aena tiene previsto sustituir las máquinas actuales por escáneres con tecnología de rayos X en 3D, brindando así una visión más detallada del contenido de las maletas.

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La transición, que se llevará a cabo de manera progresiva, se implementará completamente durante el verano de 2024. Inicialmente, los equipos de inspección EDS reemplazarán las máquinas de seguridad en la T2, seguidas por la T1. Eva Valenzuela, directora del aeropuerto, asegura que este cambio acelerará considerablemente el proceso de acceso a las áreas de embarque.

El Prat, junto con Madrid-Barajas, que representan el 40% del tráfico aéreo, liderarán la implementación de este nuevo sistema. Posteriormente, a finales de 2024, se extenderá a Palma de Mallorca y, gradualmente, se instalará en otros aeropuertos.

Es importante destacar que la modernización de los controles de seguridad no será uniforme en todos los aeropuertos. Gema Martín, directora de seguridad de Aena, señala que "puede ser que en el aeropuerto de destino sigan manteniendo restricciones en la cantidad de líquidos".

Aunque el Aeropuerto de Barcelona-El Prat lidera con tecnología avanzada, algunos aeropuertos podrían mantener restricciones en líquidos, al menos a corto plazo.

Esta medida forma parte de un conjunto de acciones para modernizar los filtros de seguridad de los aeropuertos españoles, bajo la dirección de Maurici Lucena. En los meses venideros, se esperan más novedades, como la implementación de líneas automatizadas para la gestión del equipaje de mano (ATRS), el sistema de inspección remota (Remote), controles biométricos para el acceso y un nuevo sistema de inspección de equipajes en bodega.

En definitiva, Aena tiene un plan integral en seguridad que implica una inversión de 1.170 millones de euros entre 2018 y 2028.