Siete años para ver a Mbappé de blanco

Florentino Pérez se ha hecho este verano con el cromo por el que suspiraba desde 2017, cuando irrumpió en el Mónaco con tan solo 18 años: Kilyan Mbappé. Siete años y tres intentos fallidos le ha costado al presidente del Real Madrid tener a su último capricho. Un capricho por el que ha pagado 150 millones en concepto de prima de fichaje, otros 70 netos de sueldo por cinco temporadas y el 80 por ciento de los jugosos derechos de imagen que produzca el internacional francés.

El Real Madrid intentó su incorporación aquel lejano 2017, pero Mbappé no vio claro aterrizar en un equipo en el que la BBC -Bale, Benzema y Cristiano- monopolizaba el ataque blanco. Entonces apareció el PSG y puso encima de la mesa 180 millones para incorporar al futbolista.

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Florentino esperó pacientemente el final del contrato de Mbappé con el PSG, en verano del 2022, para reclutarlo a coste cero. El presidente del Real Madrid tenía acordadas las condiciones para su incorporación a falta de la firma. Pero las presiones del presidente de Francia, Emmanuel Macron, de Qatar, organizador del Mundial que se disputaba a finales de aquel año, y una oferta de renovación mareante hicieron que el internacional galo dejara tirado a Florentino.

El PSG le cubrió de oro con un contrato de dos temporadas más una tercera opcional a razón de 72 millones brutos por cada una de ellas. A ello sumó una prima de fichaje de 130 millones y un bonus de 180 a cobrar en tres plazos si cumplía esos tres años de contrato.

Pese a esta traición, Florentino volvió a intentar su fichaje el verano siguiente, haciendo una oferta de 200 millones que el PSG rechazó, a pesar de que Mbappé ya había anunciado que no cumpliría el tercer año opcional que tenía firmado. El culebrón toca este verano a su fín, tras siete años de asombrosos capítulos.