Fórmula 1

La séptima y última corona de Michael Schumacher

Se cumplen dos décadas del último título logrado por Michael Schumacher en la Fórmula 1 con los colores de Ferrari

El piloto alemán, que sufrió graves secuelas en un accidente de esquí en 2013, ganó su séptimo Mundial en el GP de Bélgica de 2004

Michael Schumacher celebra su séptimo y último título mundial de F1 junto a Ross Brawn y Jean Todt

Michael Schumacher celebra su séptimo y último título mundial de F1 junto a Ross Brawn y Jean Todt / EFE

Laura López Albiac

Laura López Albiac

Tal día como hoy hace 20 años, Michael Schumacher ganó su séptimo y último título mundial de Fórmula 1. Lo logró de forma anticipada, en su circuito talismán de Spa-Francorchamps, escenario de su debut en F1, y a falta de cuatro grandes premios (entonces solo había 18) para que aquel campeonato bajase el telón en Brasil.

El alemán completó una temporada de récord, que acabó con un total de trece victorias. Teniendo en cuenta que en aquella época los triunfos solo valían 10 puntos y la diferencia con el segundo clasificado era de sólo dos, Schumacher tuvo que disputar catorce carreras para asegurarse su séptima corona, un hito histórico que con el tiempo solo ha podido igualar Lewis Hamilton.

Michael, que sumó 148 puntos ese año, culminó así sus tiempos de gloria en Ferrari con cinco títulos consecutivos. Dos años más tarde, en 2006, destronado por Fernando Alonso, abandonó la Fórmula 1, aunque tiempo después regresaría sin tanto éxito con Mercedes. La figura más emblemática del automovilismo alemán todavía conserva varios récords en su poder, pero los más importantes los perdió en favor de Hamilton, que le superó en número de victorias (105 por 91), poles (104 por 68) y podios (201 por 155).  

Después de sus dos primeros títulos, el ‘Kaiser’, llegó a Ferrari en 1996 dispuesto a forjar su leyenda. Supo rodearse de los mejores: Ross Brawn, Rory Byrne y Jean Todt le escoltaron en la época dorada de Maranello. Disfrutó de una época en la que no había limitación de test en la F1 y acumuló miles kilómetros en su afán perfeccionista. Incluso se instaló en un apartamento en la antigua casa de Enzo Ferrari en Maranello, al pie de la pista de Fiorano, para rodar más que nadie.

Rory Byrne explicó el secreto del éxito del F2004, el monoplaza que valió a Schumacher su último título: “El principal cambio esa temporada fue en términos de equilibrio aerodinámico. Hicimos que el coche fuera mucho menos sensible a los cambios de equipamiento y el comportamiento fue así mucho más estable”. Schumacher arrancó 2004 con cinco victorias y su racha se vio interrumpida bajo el túnel de Mónaco tras un contacto con Montoya detrás del coche de seguridad. Imperturbable, el alemán ganó las siguientes siete rondas. En Hungría, ya sumaba 12 victorias en 13 carreras. Lo nunca visto.

El séptimo Mundial llegó dos semanas después en Bélgica, a pesar de ceder ante Räikkönen en las Ardenas. “Obviamente, hubiera preferido celebrar el título con una victoria, pero, simplemente ese día no fuimos lo suficientemente fuertes”, recordaba Schumacher en una de sus últimas entrevistas, antes de que un maldito accidente de esquí le apartase para siempre de la vida pública.