Yangel Herrera y Aleix García mantienen al Girona invicto
El equipo de Míchel derrotó a un flojo Sevilla por 1-2 para llevarse todo el botín del Pizjuán
Sávio demostró tener mucha electricidad y Dovbyk falló a puerta vacía un gol cantado
El Girona sigue de dulce tras derrotar este sábado al Sevilla en el Pizjuán y mantenerse invicto tras tres jornadas disputadas. Los de Míchel vencieron gracias a los goles de Yangel Herrera y Aleix García.
Tras unos primeros compases de mucha intensidad pero de pocas ocasiones, el Girona abriría la lata al cuarto de hora de juego. A la salida de un saque de esquina, Herrera cazó un rechace de la defensa para mandar a placer el balón al fondo de las redes desde el balcón del área pequeña.
Reaccionó muy bien el cuadro de Mendilibar y pudo empatar instantes después, pero a En-Nesyri le salió muy flojo un disparo en el área que terminó atrapando Gazzaniga, que también le detuvo un golpeo lejano a Suso. Por parte rojiblanca, la electricidad la puso Sávio, que a punto estuvo de marcar un golazo tras una espectacular jugada individual.
Y cuando parecía que nos íbamos al descanso con victoria catalana, Gudelj empataría el partido en el añadido.
El central del Sevilla cazó un rechace en el área a la salida de un córner para sacarse un zapatazo imparable. Incluso pudo ser peor para los de Míchel de no ser porque la madera evitó el gol en un remate de Suso.
Gol y sufrimiento
No pudo comenzar mejor la segunda mitad para el Girona, que volvió a adelantarse gracias a un golazo de Aleix García, que recibió en el área un pase de Arnau Martínez tras un mal despeje de Rakitic.
De nuevo reaccionó muy bien y rápido el Sevilla y empató el encuentro, precisamente por medio del croata, pero el VAR anuló el golazo por la escuadra larga por fuera de juego. Ya en el 73’, quien salvó al Girona fue la madera, en un remate de Pedrosa que desvió Tsygankov.
Si bien la suerte estuvo de su lado en defensa, en ataque sucedió todo lo contrario. Sávio se metió hasta la cocina y, en el mano a mano, la mandó al palo. Posteriormente, Dovbyk, sin portero, la mandó fuera en uno de los fallos del año.
El susto más grande llegó en el 90’, cuando el colegiado pitó penalti por manos para el Sevilla que sería más tarde anulado a instancias del VAR, manteniéndose así el 1-2 definitivo.
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