Creer en La Masia, la mejor receta económica

Los datos demuestran que en la historia reciente del Barça destacan más los fichajes decepcionantes que las contrataciones exitosas

Apostar por la cantera reduce los riesgos económicos de una incorporación fallida, que en estos casos no conlleva la ruina económica

Sergio Busquets, sobre su posible sustituto en el FC Barcelona

Sergio Busquets habla de su posible sustituto en el FC Barcelona / Marta Fernández

Jaume Marcet

Jaume Marcet

Triunfar en el Barça nunca fue fácil. No hay fórmula mágicas. Cracks mundiales como Riquelme o Ibrahimovic no lo hicieron y en cambio han funcionado otras apuestas de relumbrón como Romario, Ronaldinho o Luis Suárez.

Hay mil ejemplos de éxitos y fracasos, pero si revisamos los números de los últimos 23 años el porcentaje de aciertos es más limitado de lo que podríamos pensar a priori.

DATOS SIGNIFICATIVOS

En el siglo XXI, el Barça ha fichado para el primer equipo, sin contar la actual temporada, un total de 108 jugadores. De estos, encontramos 40 éxitos rotundos, 52 jugadores que no triunfaron y podríamos hablar de 19 casos dudosos. En este último grupo, situaríamos futbolistas como Van Bommel o Alexis Sánchez con un rendimiento efímero e irregular o casos como los de Umtiti o Lenglet con una participación excelente al principio pero decreciente en sus últimos años.

Con todo, las cifras son contundentes. Sólo el 37% de los fichajes del Barça en esos últimos 23 años han rendido cumpliendo las expectativas. La cifra de jugadores que han decepcionado y no se han consagrado sube a un 57% mientras que en un 17% estaríamos hablando de fichajes dudosos que generan opiniones diversas como Afellay, Pinto o Dembelé, por citar algunos ejemplos.

Mejorar el grado de acierto en los fichajes es fundamental para poder superar la delicada situación económica en la que el Barça está inmerso, pero en estas circunstancias parece más necesaria que nunca la apuesta sin complejos por La Masia.

LA MASÍA, LA GRAM ALTERNATIVA

Apostar por La Masia siempre ha sido sinónimo de éxito en el Barça. Los mejores equipos de la historia del club han destacado por contar con una base importante de jugadores formados en casa. Así fue en el Barça de Samitier de los años 20 y también en el Barça de les Cinc Copes y el de HH. Más recientes son los casos más conocidos del Dream Team de Cruyff o el Barça de Rijkaard, Guardiola y Messi.

Es una fórmula que requiere valentía, paciencia y mirada a largo plazo. Puede parecer un riesgo apostar por un joven cuando el mercado ofrece alternativas a priori más seguras y solventes.

La exigencia competitiva ahoga la osadía de los entrenadores que se ven condicionados a decidirse por jugadores de presunto rendimiento inmediato. Pero apostar por jugadores consagrados tampoco es garantía absoluta y cuando la apuesta es fallida, la ruina económica posterior supone un lastre económico.

Apostar por La Masia también tiene sus riesgos y hay quién recurre a nombres como los Lucendo, Babangida, Deulofeu o Gai Assulin para recordar que hay muchos casos de aspirantes a cracks que acaban sin ser apuestas de éxito.

Van Gaal acertó con Xavi, Iniesta, Puyol o Valdés pero también hizo debutar a jugadores como Tortolero, Jofre o Mario Rosas que no se consolidaron. Cruyff había hecho triunfar a Guardiola, Amor, Ferrer o Sergi Barjuan pero también lo intento sin éxito con Carlos Busquets, Velamazán o Sánchez Jara entre muchos otros. Hay ejemplos en todas las épocas.

Vistos los antecedentes, si solo triunfan un tercio de los que debutan, las consecuencias deportivas y económicas son 100% positivas.

¿Compensa que los Jeffren, Cuenca, Fontás o Tello entre otros no triunfasen en el Barça a cambio de que sí lo hicieran Pedro o Busquets? Podríamos repetir la ecuación con los nombres de Carles Pérez, Mingueza o Riqui incluyendo a Gavi y Balde.

En cambio cuando inviertes altas cantidades económicas en varios jugadores, la apuesta comporta mayor riesgo en el equilibrio rendimiento-dinero.

EL EQUILIBRIO, LA CLAVE

El futuro del Barça pasa por trabajar a fondo la formación de talentos de La Masia, apostar sin miedo por estas promesas de casa y limitar los fichajes a apuestas que mejoren sensiblemente el nivel que lo que surge de la cantera.

No se trata de renunciar a fichar sinó de incrementar el porcentaje de operaciones exitosas. La clave está en otorgar a los roles secundarios de la plantilla un valor económico inferior al que han tenido en los últimos años, apostando por perfiles de La Masia. Un buen ejemplo es, en este sentido, la figura del segundo portero. La apuesta por Iñaki Peña es más económica y productiva que la que antes representaban Cillessen o Neto.

Apostar por La Masia sin complejos puede convertirse en la mejor medicina económica para que el club sea sostenible a medio y largo plazo.