La ‘nueva’ vida de Lamine Yamal

Lamine Yamal afronta su décimo curso en el Barça con la ilusión de ganarse la confianza de Xavi en la pretemporada

Con sólo 16 años, Lamine ha quemado todas las categorías del fútbol formativo a un ritmo de vértigo gracias a su brillante talento

FC Barcelona - Betis | El pase de Lamine Yamal a Dembélé

El pase de Lamine Yamal a Dembélé tras debutar con el primer equipo del Barça / LALIGA

Jaume Marcet

Jaume Marcet

Lamine Yamal Nasraoui cumple hoy dieciséis años. De ellos, nueve los ha vivido jugando en el Barça, club en el que iniciará su décimo curso. La gran perla de la Masía ya puede firmar su primer contrato profesional y aunque todavía es un adolescente , Lamine afronta su primer año como juvenil con un bagaje a sus espaldas impropio de su edad.

Sus apellidos son Nasaraoui Ebana y no Yamal, que es su segundo nombre. De padre marroquí y madre de Guinea Ecuatorial, Lamine Yamal nació en Esplugues pero su familia se mudó primero a Mataró y después a Granollers.

Reside en La Masia

Sus últimos años los ha vivido en Sant Joan Despí, en la Masía. En la residencia del Barça, Lamine es un chico muy querido gracias a un comportamiento muy correcto. Allí destacan su humildad y su timidez aunque también es conocido por sus bromas y se lleva bien con el resto de residentes. La pasta es su plato preferido y le pierden los dulces. Como todos sigue a rajatabla los consejos del director Mike Puig.

Cinco años en el Fútbol 7

Verano del 2014. Con siete años recién cumplidos Lamine Yamal inicia su formación futbolística en el Barça. David Sánchez, entrenador del prebenjamín, consigue reunir un grupo de chicos del 2007 con muy buena pinta entre los que se encuentra Lamine Yamal, un delantero zurdo muy habilidoso que llega procedente de La Torreta.

¿La Torreta? Hay quien nunca ha oído hablar de este modesto club de la Roca del Vallés pero a los observadores del club no se les escapa ningún equipo de toda Catalunya para rastrear y captar talento, algo que define a Lamine desde su primer entrenamiento y su primer partido.

En sus cinco años en el fútbol-7, desde el prebenjamín al alevín A, Lamine Yamal sobresale por su calidad técnica. Su zurda es una maravilla, capaz de rematar, regatear y pasar siempre con precisión quirúrgica. Sus entrenadores lo sitúan de delantero centro aunque en el esquema 1-3-2-1 del fútbol-7 del Barça también se adapta a jugar de lateral izquierdo.

Convivir con la COVID

El salto al fútbol-11 no es sencillo, pero para el pequeño Lamine el fútbol no tiene secretos. En el infantil B, con Albert Puig de entrenador, Lamine Yamal continúa sumando cifras enormes de goles y asistencias. Pero lo más destacado de su fútbol es que carece del egoísmo típico de algunos superdotados técnicos.

Cuando eres mejor que tus compañeros y adversarios corres el riesgo de querer jugar solo pero Lamine nunca cayó en esa tentación. Su fútbol es explosivo pero a la vez generoso, sus jugadas son brillantes pero sin perder nunca de vista que el objetivo es ganar. Jugar bien y bonito no es lucir una técnica de fuegos artificiales. Sus regates o sus toques geniales son para superar líneas, para crear y marcar goles, no para ganar un concurso de vistosidad.

Su fútbol es muy estético pero tiene siempre un componente altísimo de practicidad. En estos dos años de infantil la pandemia frena su proyección ya que en marzo del 2020 finaliza su primer curso de infantil y el segundo se reanuda a partir de las primera semanas del 2021, teniendo que jugar un campeonato exprés.

Primer salto importante

Aunque suma pocos partidos en el fútbol-11 a causa de la pandemia, desde la dirección del fútbol base se decide que tiene que competir directamente con el Cadete A de Iván Carrasco saltándose el Cadete B que dirigía Pol Planas. Era una decisión arriesgada que salió bien, muy bien.

Si en los dos años de infantil Lamine alternaba la posición de ‘9’ con la de ‘7’, en la temporada 2021/22 Lamine se consolidó como un falso ‘9’ brillante. En esta posición, Lamine podia ser creador y definidor, participar mucho en el juego y a la vez pisar área para rematar la faena.

Su último partido con el Cadete A en la final del Campeonato de Catalunya contra el Sant Andreu fue antológico. Los comentarios de los aficionados que se acercaron a Martorell coincidían. La exhibición futbolística que habían presenciado era de otro nivel. Todo hacía prever que en su segundo año de cadete el club decidiría subirlo un escalón más y ascenderlo al Juvenil B. No fue así. Se optó por otro salto inédito en la historia de la Masía, un cadete iba a empezar la temporada a todos los efectos con el Juvenil A. Ni con Messi se tomó una decisión tan valiente. Y volvió a salir muy bien.

Otro impulso inesperado

A las órdenes de Óscar López , Lamine Yamal ha vuelto a sorprender con un nuevo salto de calidad extraordinario. En este caso, su posición ha vuelto a variar y se ha consolidado durante todo el curso actuando de extremo derecho.

No ha sido un ‘7’ al uso, de esos que esperan el balón e intentan desequilibrar y centrar. Lamine ha ofrecido mucho más. Ha conseguido que el equipo lo busque de tal manera que el juego ha pivotado hacia un sector del campo que normalmente es colateral. Lamine ha hecho del extremo derecho, una posición de partida desde la que ha conseguido enlazar con el lateral y el interior de su banda y a su vez con el ‘9’ y el extremo izquierdo de una manera muy natural. Su sinfonía de pases ha sonado a música celestial. Lamine no ha perdido chispa, velocidad ni capacidad para regatear y definir pero este último curso ha conseguido destacar sobremanera con sus pases milimétricos e imaginativos.

Su fútbol mágico me hizo exclamar en una narración en Barça TV: “¡No es Lamine Yamal, es Lamine Genial!”. Un genio aún en pañales, por pulir y mimar, con el que hay que tener atrevimiento pero también paciencia. Un supertalento cien por cien Masía al que Xavi sabrá moldear y potenciar para que los culés lo disfruten durante mucho tiempo.