La evolución de Xavi

Campeones de Liga: una proeza teniendo en cuenta de dónde venía el equipo y el club. El esfuerzo de la junta del FC Barcelona para renovar la plantilla ha dado sus frutos. Tras mover fichas, el técnico Xavi Hernández ha dado con la combinación perfecta.

Koundé, Araujo y Christensen

Las estadísticas en el fútbol suelen confundir aunque, en este sentido, como los números defensivos del Barça son históricos, habrá que tenerlos en cuenta. Los 15 goles encajados o las 25 porterías a cero hablan bien del encaje del sistema a pesar de que Ter Stegen haya sido uno de los mejores futbolistas de la temporada. El objetivo, por supuesto, es organizarse todavía mejor para conceder menos oportunidades a los rivales.

El trío Koundé-Araujo-Christensen se ha consolidado de manera brillante en una defensa de cuatro completada por Balde, con mucho por aprender en materia defensiva pero con una velocidad extraordinaria que le ayuda en su propia corrección. Las 11 victorias por uno a cero y las 14 por la mínima, refuerzan la sensación de que el equipo ha sabido sufrir con el marcador ajustado. Y como más allá del orden para defender se necesita actitud habrá que convenir que la del Barcelona ha sido extraordinaria. Desde la humildad, el trabajo y el compañerismo el equipo azulgrana ha resistido para sacar adelante partidos complicados. Apunten gran parte del mérito a la insistencia de Xavi Hernández.   

Presión ejemplar

Y también por la lucidez en la presión post pérdida, una de las señales de identidad de este equipo. El técnico de Terrassa aprendió con Pep Guardiola que si el equipo ataca con orden, cuando pierde el balón -que, con toda seguridad, lo va a perder- estará automáticamente bien posicionado para tratar de recuperarlo lo antes posible -y cuanto más cerca de la portería rival, mejor-. En este sentido, el equipo lo ha hecho mejor sin balón que con él. Mención especial para Gavi, el encargado de la primera presión. Su voracidad ha llevado al resto de sus compañeros a darle continuidad a su esfuerzo con un éxito notable.

En la presión también ha habido una gran evolución en la confianza del equipo: Araujo ha liderado la línea defensiva para situarla en el centro del campo sin miedo a tener que correr hacia atrás; Koundé y Christensen han estado brillantes en las vigilancias ofensivas -marcaje a los delanteros rivales cuando ataca su equipo-; Sergio y De Jong han defendido con convencimiento hacia delante y el resto del equipo se ha mostrado agresivo desde el primer pase con Raphinha, por ejemplo, corriendo tanto hacia delante como hacia atrás -su aprendizaje en el Leeds con Marcelo Bielsa, clave-.

El esfuerzo no se ha negociado y ante las dificultades del juego con balón en muchos momentos de la temporada, la presión post pérdida le ha dado al equipo goles decisivos.

Los cuatro centrocampistas

En cuanto a la posesión, Xavi soñaba con un equipo capaz de atacar con extremos abiertos en un 4-3-3 académico, pero la realidad lo descolocó. La pelota no engaña y la temporada le demostró que el equipo se sentía más cómodo con el foco en el centro del campo. Las ideas de Xavi, además, afectaron al dibujo de los medios, tradicionalmente ubicados en forma de rombo -con Cruyff y Guardiola, especialmente- y ahora, en su ya famoso cuadrado.

En este sentido, con Sergio y Frenkie en la base y con Pedri y Gavi, por detrás de los centrocampistas rivales, los cuatro jugadores han encontrado sus mejores versiones, cada uno en su rol y cada uno, al servicio del equipo. Quizás éste sea otro de los grandes éxitos de Xavi, jugador con mentalidad colectiva y entrenador, con visión coral. Sergio se va a ir del Barça jugando un gran fútbol; Frenkie ha encontrado un hábitat similar al que le llevó a ser considerado el mejor medio de Europa -hace ya cuatro años- en su última temporada en el Ajax; Pedri es inteligencia, pausa y precisión, el timón del equipo, y Gavi, la clave para presionar y también para darle profundidad al juego por dentro.

El 'factor Balde'

Alejandro Balde ha sido uno de los nombres de la temporada. La evolución del equipo de Xavi no se entendería sin las capacidades del lateral azulgrana. Gracias a sus virtudes, el equipo ha podido defender con cuatro -él, como lateral izquierdo- y atacar con bandas asimétricas en un 3-4-3 -con Balde como extremo zurdo-. El crecimiento del lateral barcelonés tuvo su obra maestra en el reciente partido contra el Espanyol, con asistencia y gol, incluidos.

El entrenador le ha dado tanta confianza que, con 19 años, ya debutó en e l pasado Mundial catarí. Su presencia en el once titular ejemplifica el cambio de ciclo liderado por Xavi. Hubo quien dudó de su personalidad para pensar en el futuro pero, otra vez, la realidad ha puesto a todo el mundo en su sitio. De los veteranos solo Sergio ha mantenido la titularidad pero, como se ha visto, con fecha de caducidad; Sergi Roberto y Jordi Alba son suplentes y éste último está en la cuenta atrás de su salida del club; y Gerard Piqué dejó el fútbol superado por las circunstancias. La gestión del vestuario de Xavi va a ser recordada. La renovación de los liderazgos es un hecho.

25,7 años de media

A Xavi le ha costado más de lo que él mismo había imaginado hacer funcionar el equipo pero cuando uno mira ahora el once titular del Barcelona es capaz de ilusionarse. Es cierto que ha habido partidos muy aburridos y que la unidad B debe ponerse las pilas para aspirar a ser importante -quizás ésta sea una de las principales asignaturas pendientes- pero la juventud del equipo titular invita a soñar.

Solo Sergio (34), Lewandowski (34) y Ter Stegen (31) superan la treintena pero el primero se va y el tercero, es portero. El equipo tiene a Pedri (20), Balde (19) y Gavi (18) casi en edad juvenil y el resto, en plena madurez: Christensen (27), De Jong (26), Raphinha (26), Araujo (24) y Koundé (24). ¿Podrá el presidente Joan Laporta mantener la base o deberá desprenderse de algunos de sus futbolistas para cuadrar las cuentas y satisfacer las demandas de Javier Tebas y la Liga de Fútbol Profesional?

El futuro

En éstas está el Barça, con un equipo campeón de Liga pero en plena construcción que para aspirar a Europa necesita completar la plantilla con jugadores de mayor talento. ¿Podrá el club ayudar al equipo? Xavi Hernández debe exigir aunque sabe que la realidad económica de la institución es tozuda y que puede haber sorpresas, especialmente, con alguna venta dolorosa.

El titulo aporta confianza al equipo y a Xavi. Ambos han crecido juntos. El técnico, conocedor de los altibajos del equipo y de las dificultades que él mismo ha tenido para exhibir el fútbol deseado con continuidad. Por ejemplo, el Barcelona se ha atascado en su ataque estático, una de las modalidades del juego que a Xavi le encantaría que su equipo dominara. El juego de posición debe mejorar mucho porque Lewandowski -el jugador franquicia-, a pesar de sus goles, ha vivido demasiado aislado en muchos momentos de la temporada.

La imagen del equipo durante la primera parte de Cornellà-El Prat debe servir de motivación para soñar en un futuro lleno de éxitos. Eso sí, con mucho trabajo por hacer porque a pesar de la exagerada distancia de puntos con el Real Madrid -uno de los mejores equipos del mundo- el Barcelona ha demostrado que debe crecer futbolísticamente porque llegar es difícil pero mantenerse en lo más alto, todavía lo es más.