Opinión

Las desgracias que trajo Neymar

Neymar celebra en el estreno liguero del PSG

Neymar celebra en el estreno liguero del PSG / AFP

El llamado juicio Neymar 2 ha vuelto a despertar en mi las sensaciones de lo que supuso el fichaje de la gran estrella mediática brasileña por el Barcelona. Un cúmulo de desgracias para el Barça que parece no tener fin. Una auténtica pesadilla.

Todo se parió mal desde el principio. La prepotencia de exhibir que se le había quitado al Real Madrid a la perla brasileña del momento, no podía salir barato. Desde aquel día, como si de una maldición se tratara al Barcelona le han perseguido desgracias tras desgracias.

Su presencia en blaugrana solo ha dado problemas. Incluso es muy elevado el precio pagado por conseguir la quinta Champions en Berlín en Junio del 2015. No sabemos qué hubiera pasado sin él o si se hubiera fichado otro crack del momento. Una Champions en cuatro temporadas con la gran plantilla que armó el Barcelona incluso parece un precio excesivo por todo lo que vino después.

Hay tres momentos especialmente negros desde su llegada a Barcelona: El más grave, por supuesto, la condena al propio club. Otro, la reiteración en su fichaje del 17 millones de euros y punto, cuando se sabía que había un conglomerado de acuerdos y de cifras que engordaban considerablemente la operación, y el tercero el día de su venta.

La famosa fotografía de los directivos con el cheque de los 222 millones de euros fue el principio del fin de la de por aquel entonces felicidad azulgrana. Ese día comienza la caída hacia las tinieblas que sufre en la actualidad el Barcelona..

Es absolutamente imperdonable que los dirigentes del club permitieran que se condenara a la entidad por el llamado caso Neymar 1. ¿Qué culpa tenía el Barcelona de la mala gestión de sus dirigentes? Triste es poco.

Ensuciar así el nombre del club es innoble. El empecinamiento y la prepotencia de que Neymar había sido un fichaje barato. Al final, se demostró que no era real y costó juicios y más juicios y pagos a Hacienda.

Gastar los 222 millones de euros o mejor dicho malgastarlos en nefastas inversiones y dilapidar un dinero que podría haber mantenido al Barcelona en la bonanza económica es casi pecaminoso. Y además ayudó a provocar la espiral de renovaciones locas y millonarias que acabaron arruinando al club.

Incluso estos días hemos tenido que escuchar que fichó por el Barcelona antes que por el Real Madrid porque siempre quiso y solo quiso jugar en el Barcelona. Si tan culé se sentía, ¿por qué acepto los cantos de sirena del PSG a pesar de que los compañeros le rogaron que no se fuera? Messi le llegó a decir que si quería ser Balón de Oro él se proponía hacer todo lo posible para que así fuera. Ni por esas se quedó. Y nunca ganó ese Balón de Oro. Esa era también su maldición y su precio de Judas.

Evidentemente el fichaje de Neymar fue un cúmulo de despropósitos. Toda una desgracia para el Barcelona.