Un Griezmann en sus horas más bajas

Antoine Griezmann volvió este verano al Manzanares este verano con la idea de regresar a su mejor versión. Una versión que no se vió en Barcelona y que, sin duda alguna, si salió a relucir bajo las órdenes del Cholo Simeone. Pero segundas partes nunca fueron buenas, y ahora mismo, el francés está viviendo su peor momento con la camiseta colchonera.

Como en el Barça, sigue destacando por su trabajo y esfuerzo sobre el verde. Al campeón del mundo nunca le falta implicación, pero a falta de siete partidos para que finalice el curso, su bagaje es muy testimonial, con solo 8 goles en su casillero, 3 de los cuales en Liga.

La lesión en el derbi madrileño le dejó lastrado y le está costando recuperar la presencia que tenía antes. Sus dos mejores actuaciones desde entonces se remontan a la visita a Old Trafford donde dió un pase de gol a Lodi y el sufrido triunfo ante el Rayo.

Después, un parón de selecciones inoportuno cortó su progresión de raíz, ya que a partir de ahí, pese a ser titular en los cuatro partidos siguientes, siempre ha sido el primer cambio del Cholo.

Y muchas veces, ha coincidido con una mejora de su equipo. El último ejemplo, el partido ante el City en el Wanda, donde desde su marcha, el cuadro rojiblanco jugó sus mejores minutos.

Se le ve feliz en Madrid e implicado con el club. Muestra de ello son las lágrimas por la eliminación a manos del Manchester City. Pero igual que pasó en su etapa en el Barça, sigue destacando más por sus labores defensivas que ofensivas.

Y si el vigente campeón de Liga quiere afianzar su puesto Champions, necesitará mucho más de un futbolista que sigue viviendo del pasado y que sus registros actuales están bajo mínimos.