Messi no se merece este final

Quizá pudo bajarse más el sueldo o incluso jugar gratis esta temporada como insinuó hace unos meses Joan Laporta. Quizá algún día sepamos exactamente porque su renovación saltó por los aires cuando su nuevo contrato ya estaba redactado, validado y tenían a un notario esperando en su despacho listo para firmar. Sea por lo que sea, la cuestión es que por un tema estrictamente económico se fue al traste una bonita historia entre un futbolista irrepetible y un club diferente. El Barça, a corto plazo, está notando su ausencia, pero se rehará. Costará, pero lleva camino de ello y el equipo volverá a ganar ligas, copas y Champions. Sin embargo, a Leo, esto se le acaba. Se le acaba su carrera, se le acaba la posibilidad de ganar otra Champions y se le acaba volver a sentirse feliz dentro de un terreno de juego. Al margen de lo que pueda pasar con la selección argentina en el mundial que se disputará en Qatar, jugar ahora en el PSG puede representar un suplicio. No se le escapa a nadie que Messi no se fue a París para ganar una liga descafeinada y poco competitiva.

Por tanto, tras el fracaso deportivo, deberá soportar la dura crítica de los medios de comunicación franceses y de unos aficionados que soñaban con ganar el triplete con el tridente más poderoso del mundo. A ellos, Messi les ha fallado y no le perdonarán. Y Leo no se merece este final. Ha sido el mejor dentro del terreno de juego y un deportista ejemplar así que merece despedirse del fútbol con una sonrisa en la boca. Visto lo ocurrido difícilmente podrán en París tener un final feliz. Por tanto, el Barça debe ayudarle. No estoy insinuando que Laporta deba volver a fichar a Messi. Su etapa como futbolista finalizó para siempre, pero debería recuperar su relación con la persona. Se ha hablado estos días de realizarle un homenaje cuando se estrene el nuevo Camp Nou. No hace falta esperar tanto, ni tampoco hay que organizarle una fiesta, entregarle una distinción o agasajarle demasiado. Simplemente busquen las complicidades necesarias para recuperar su amistad. El tiempo lo cura todo y seguro que sus amigos Busquets, Alba o el propio Xavi pueden ayudar a que Leo a sentirse en el Barça como en su casa. Que vuelva al Camp Nou a presenciar un partido desde la tribuna o desde el palco o acudir con sus hijos a la ciudad deportiva o al estadio Johan Cruyff. En fin, que cada vez que vuelva a Barcelona y a Can Barça y se sienta como en casa. Porque el Barça es su casa. Pasó lo que pasó, pero Leo no se merece este final y solo los suyos y el Barça pueden ayudarle.