Querétaro: ¿un ataque planeado?

La nefasta ola de violencia que se vivió en el continente americano este fin de semana continúa dejando coletazos. Con el fútbol como excusa, delincuentes impusieron el terror en los aficionados que asistían a ver el Querétaro-Atlas del campeonato mexicano y el Atlético Mineiro-Cruzeiro del torneo brasileño.

Las terroríficas imágenes del enfrentamiento de los barristas de los ‘Gallos Blancos’ en Santiago de Querétaro le dieron la vuelta al mundo el fin de semana.

En un principio, la situación se achacó a una pelea directa entre los hinchas en las tribunas, pero el presidente deportivo del club de La Corregidora, Adolfo Ríos, no tiene tan claro que haya sido fortuito: “Fue una cuestión que detonó, parecía que sí había una situación de acuerdo, en un minuto exactamente en el partido para poder detonar un descontrol como se detonó y precisamente de acuerdo a eso no hubo posibilidad de parte de los elementos que estaban, de reaccionar, porque fueron superados en todos los sentidos”.

LA POLICÍA DE BRASIL, SUPERADA

Mientras todavía se trataba de esclarecer lo que pasó en suelo mexicano, barras bravas del Atlético Mineiro se cruzaron a disparos con los del Cruzeiro, dejando como saldo una persona fallecida. El sujeto identificado como Rodrigo Marlon Caetano fue llevado de urgencias al hospital, pero la bala alojada en su pecho resultó fatal horas más tarde.

La Policía Militar del estado de Minas Gerais comunicó aye rpor la mañana un parte de lo sucedido, argumentando que en la antesala del partido recibieron más de 200 llamadas en las zonas aledañas al Estadio Mineirao, por lo que tuvieron que recurrir a refuerzos para poder hacer frente a la situación. También comunicaron la captura de dos sujetos de 31 y 33 años, sindicados de ser los asesinos de Rodrigo Caetano.

EN SEVILLA SE EVITÓ

Ayer también se reportó que la Policía de Sevilla consiguió abortar dos conatos de pelea en menos de un mes. La primera fue en febrero, entre aficionados del Dinamo de Zagreb y el Sevilla, que requirió la intervención de 400 uniformados.

Tras esto, el pasado jueves ultras del Rayo Vallecano fueron escoltados y vigilados para poder controlar su llegada al Benito Villamarín para el partido que disputaron ante el Real Betis.